El primer Día de Reyes del gobierno de Javier Milei llegó acorde al resto de la economía: en caída libre. La Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ) esperaba recuperar parte de la caída del 6% en las unidades vendidas para Navidad pero la falta de consumo provocó una fuerte contracción del 12%.

Los juegos y juguetes explican más el 80% de los regalos que se realizan a menores de 6 años para Reyes, por lo que es un evento muy importante para la industria del juguete. «Si bien la actividad fue dinamizada con las promociones bancarias, no fueron suficientes para contrarrestar la caída que se venía observando», explicaron desde la CAIJ.

En jugueterías de barrio se demandaron juguetes más económicos a un ticket promedio de $ 5500 por unidad. Por su parte, en cadenas de jugueterías, donde se pueden encontrar 7 de cada 10 juguetes importados, el ticket promedio se ubicó en torno a los $16.000.

Otro balance negativo del año para el sector juguetero que ya viene golpeado y que «afronta altísimos costos para producir por las tasas de interés, los precios de las materias primas locales que duplican los internacionales y las dificultades para importar directamente por las restricciones al mercado de cambios (imposibilidad de transferir para pagar anticipadamente y tener que negociar a un plazo de hasta 150 días de embarcada la mercadería). Además, el mercado está saturado de productos importados de dudosa procedencia que muchas veces no cumplen con la norma técnica de seguridad», remarcaron.

De rodados a bebotes

Las estadísticas de la CAIJ indicaron que el 85% de las transacciones en jugueterías se realizan con promociones bancarias, con una fuerte participación del Programa Ahora 12. Ahora se encuentran a la expectativa por el nuevo instrumento que llegaría a reemplazarlo, aunque se presupone que serán menos cuotas fijas.

Desde la entidad remarcaron que «la industria argentina cuenta con capacidad productiva ociosa para ser ocupada y seguir exportando a mercados regionales pero necesita de igualdad de condiciones para competir». Los productores nacionales se especializan en juguetes de “primera infancia”, categoría que explica el 40% del total de la oferta destinada a menores de 3 años como juguetes didácticos, además de juegos para playa, andarines, triciclos, camiones, bloques, muñecas, bebotes y masas, «con precios muy accesibles, diseño y que cumplen con las normas de seguridad vigentes».

A su vez, dentro del mundo del juguete hay diferentes especialidades. Así, por ejemplo, los de playa, las pelotas o las masas, son quienes menos sufrieron la caída de ventas. También por ser, dentro de todo, de los más económicos. En el otro extremo, todo lo que son juguetes electrónicos, rodados, cocinas, estaciones y muñecos de acción sufrieron bajas superiores al 30%. En la mitad (con un promedio del 7%) se ubican los bloques y los bebotes. Habrá que ver dentro de un año, en el próximo Reyes, cuando la industria nacional posiblemente quede más afectada por la falta de incentivos a la producción local y la liberación de las importaciones sin regulaciones ni control estatal.