El inicio de la primavera y las altas temperaturas ponen fin a la época de poda de árboles para garantizar su florecer. La temporada no finalizó en la Casa Rosada. Diego Santilli, el flamante ministro del Interior de Javier Milei, sufrió la tala de las ramas más importantes del poder político que históricamente cuidó el despacho que ahora dirige y se posiciona como el miembro del gabinete con menor poder de fuego, pese a ser quien llevará las riendas de las conversaciones con los gobernadores para avanzar en el Presupuesto 2026 y las reformas laboral, tributaria, penal y previsional.

Según pudo saber Tiempo, en el gobierno todavía no tienen previsto modificar el Decreto 793/2025 que quitó de la órbita del Ministerio el control del Registro Nacional de las Personas (RENAPER) y la Dirección Nacional de Migraciones y las traspasó al Ministerio de Seguridad controlado por Patricia Bullrich. La decisión, que está lejos de ser una mera modificación administrativa, se debe a la vigencia de una negociación subterránea que mantienen la propia Bullrich, Karina Milei, el flamante jefe de gabinete Manuel Adorni y Santiago Caputo, patas políticas del gobierno, en estricto hermetismo. Los integrantes de la mesa chica presidencial disputan desde hace meses el nuevo tablero de poder del Ejecutivo en el que todos quieren avanzar sin ser comidos.

Santilli y Patricia Bullrich disputan el control del RENAPER
Diego Santilli se enteró por los medios que Patricia Bullrich se quedó con el control del RENAPER y Migraciones.
Foto: Antonio Becerra

Los organismos son claves en el control político de la gestión con las provincias, dada su amplitud y poder. Como contó este medio en su edición del martes, Santilli se enteró por los medios el avasallamiento de su gestión, un movimiento que lo enojó más por las formas que por el recorte. “Era más fácil hacer una conferencia de prensa y decir que se le entregaba todo ese poder a Patricia por decisión del Presidente que hacernos quedar a todos como boludos”, confió a este diario un íntimo del ahora ministro.

La queja del santillismo se funda no sólo en el pedido de Bullrich de quedarse con el control político de los entes, una jugada que a la ministra le valió varias chicanas internas por su ambición incontrolable por el poder. El Colo se mostró espiritualmente alejado de la decisión de un sector del gobierno de advertir que las modificaciones se trataban de un “error administrativo” de la ejecución del Boletín Oficial confeccionado con precisión quirúrgica por la secretaria Legal y técnica, María Ibarzabal Murphy, protegida de Santiago Caputo.

Desde el momento que comenzaron a circular las versiones sobre una posible marcha atrás en la decisión de quitar el RENAPER de la órbita del ministerio del Interior, en el gobierno se encargaron de dejar en claro que la decisión se trató de una negociación política y no de una falla administrativa. “El decreto está perfectamente escrito”, dijeron con contundencia a Tiempo desde la secretaría legal y técnica. El miércoles fue la propia Bullrich quien salió a reforzar la idea de la equivocación. 

Nadie que conozca la dinámica de la secretaría se atrevería a advertir que la ex abogada del Estudio Cassange se mueve con autonomía. Ibarzábal Murphy no da un paso sin el aval del presidente primero y de su jefe político después. Con este contexto, es un hecho que la modificación de la botonera de Interior fue un pedido manifiesto de la senadora electa para quedarse con el poder del RENAPER y Migraciones, desde donde aspira a construir la Policía de la Frontera para seguir alimentando su poder político en el interior. Quedará la incógnita de cuál fue el rol de Karina Milei en la habilitación del vaciamiento político del flamante ministro.

Santilli está dispuesto a resignar su poder con la condición de ser el candidato de la unidad en PBA en 2027
Santilli busca la bendición de Karina Milei para ser el próximo gobernador de la Provincia de Buenos Aires.

Santilli se enfoca en la gestión para desembarcar en PBA

Pese a las desprolijidades y las conversaciones subterráneas que manejan desde su equipo para recuperar los organismos, Santilli repite cada vez que puede que no le importan los cargos. El flamante funcionario le dice en privado a los suyos que está dispuesto a ceder su poder en Interior a cambio de ser bendecido para competir en 2027. En este sentido, el Colo entiende como nadie que de su buena gestión en Interior dependerá su futuro como candidato a gobernador en la Provincia de Buenos Aires, el sueño húmedo que comparte con el presidente de La Libertad Avanza bonaerense, Sebastián Pareja. El saliente diputado está dispuesto a pelear por quedarse con ese lugar, incluso si esto implica ir a una interna partidaria con el armador karinista.

Para ello, el ex larretista necesita indefectiblemente ser bendecido por la hermana presidencial, la única dueña de la lapicera que le permitirá -o no- alcanzar su meta. El ex diputado sabe que para lograrlo deberá llevar resultados y no problemas. Es por eso que desde incluso antes de jurar como nuevo miembro del gabinete se reunió con gobernadores a quienes les hizo saber de primera mano su inquebrantable voluntad para alcanzar acuerdos. Este jueves, por caso, recibió a Gustavo Sáenz (Salta) y Osvaldo Jaldo (Tucumán) en Casa Rosada luego de saludarse amablemente con dirigentes de la CGT en la Conferencia Industrial que organiza la UIA. Jugador de toda la cancha.

Los primeros desplantes contra Axel Kicillof, a quien ninguneó por redes luego de que el gobernador le pidiese una audiencia por la misma vía, fueron otro guiño para nada disimulado a la hermanísima. Días antes, el propio Santilli se había mostrado proclive a dialogar con el ex ministro de economía de Cristina Fernández de Kirchner. La rivalidad manifiesta entre Milei y Kicillof bastó para que el Colo entendiese qué saco debía calzarse.

El todavía integrante del Consejo nacional del PRO sabe que ésta es su última gran oportunidad para conducir el territorio bonaerense, por eso no dejará nada librado al azar. El ex justicialista cuida mejor que nadie su destacada cualidad de supervivencia que lo acompañó en sus más de treinta años de rodeo político. Consciente de quién toma las decisiones, el renunciado diputado hace saber cada vez que puede que trabajará en tándem con Martín Menem y Patricia Bullrich para garantizar los votos en el tratamiento del Presupuesto 2026 y las ansiadas reformas que el oficialismo quiere impulsar durante el período extraordinario. El resaltado de los nombres es clave. Santilli quiere hacerle saber a Karina que no se sumará a ningún backchannel que protagonice Santiago Caputo.

El asesor presidencial, lánguido de cargos formales en el organigrama estatal, ofició hasta la salida de Guillermo Francos como un actor más en las negociaciones bilaterales con las provincias. Caputo no sólo cerró acuerdos electorales con más de un gobernador, también fue el garante del éxito parlamentario del oficialismo en más de una votación sensible, lo que le valió un rol preponderante en la mesa chica que encabeza el libertario, un lugar que la hermanísima nunca terminó de mirar con buenos ojos.

Consciente de la interna indisimulable entre ambos, Santilli buscará oficiar como mediador entre la hermana de sangre y el hermano del alma de Javier Milei, un lugar que está lejos de ser una novedad. Su antecesor, el eyectado Francos, intentó por meses ser el intermediario que le entregara al presidente la unión de su Triángulo de Hierro en bandeja. El final ya es bien conocido.