El próximo 21 de diciembre Sara Hebe festeja los 10 años de la salida de Colectivo vacío, el disco que significó un punto de inflexión en la artista y también el anuncio de que las cosas estaban cambiando más de lo que se creía y aún más de lo que se esperaba. “Vengan a Niceto que va a estar espectacular, ¿no Rama?”, casi grita Sara Hebe. “Sí, va a ser una noche espectacular” arriesga Ramiro Jota, autor de los beats de aquellos 16 tracks que anunciaban un nuevo sentido de las cosas, y las relaciones.
Fue Ramiro quien recordó en enero pasado que en 2025 se cumplía el aniversario número 10 de Colectivo vacío. “Lo hablé con Edu (Morote, baterista), que estaría bueno hacer un show con el disco completo.” La aclaración vale porque hace unos años Ramiro y Sara siguen caminos diferentes que se van tocando según manden las ganas y el arte. “Me parecía una buena ocasión para juntarnos”, completa Jota el origen de este festejo. “Empezamos a hablar después de mitad de año -dice Sara-. Nos tuvimos que apurar porque tenía que ser este año. Es un disco que tiene canciones con letras muy largas y estamos apurados para hacer lo que hacíamos en esas épocas.”
Entre otras cosas, aquel disco resultaba la exhibición en superficie, por decirlo de alguna manera, de un conjunto de artistas que hacían letras muy largas si se las compara con las de hoy. “Escribía sin estribillo -recuerda Sara-. Y ahora ya está, no sé si no tengo tanto para decir o ya lo dije. Intentaba ser lo más rapera posible porque estaba más pegada con el rap. Y después, en Politicalpari u otros singles que fuimos sacando con Ramiro empecé a darme la libertad de no tener que llenar todo con letra. Pero eso es lo que tiene de valioso Colectivo vacío: son letras desafiantes. En el rap de esa época, que era bien underground, había canciones con full letra, y no quisiera decir contenido pero lo estoy diciendo.”
El beat del disco también responde a un tiempo que llama más a la acción, como a una consigna más de batalla. “En esa época quería incluir no sólo el rap sino también algo más autóctono -cuenta Jota-, que no sea solamente una copia del rap norteamericano. Por eso hay temas con guitarras más punk, dos temas con influencia del funk carioca – había viajado a Brasil y me gustó-, cumbia villera.”
La sensación de que el 2015 corresponde a un año de la prehistoria la tienen los dos. “Yo estoy nerviosa y tengo miedo -hace reír a los presentes Sara al hablar de las sensaciones que le provocó reencontrarse con esas canciones-. De hecho recién estaba escuchando Los golpes que es súper denso y me puse nerviosa porque voy a volver a enfrentarme a esas letras. Justo en esa letra dice: tengo miedo, pánico satánico. Y a la vez me parece espectacular volver a juntarnos.” Diluir esa distancia que habían tomado pese a “nunca dejar de hacer música juntos”. “Dejamos de tocar porque estábamos quemados, giramos un montón por Europa y Chile de manera underground y eso en un momento te quema, hubo momentos en los que no nos soportamos más, pero siempre nos quisimos mucho. Esta vuelta a tocar en vivo es súper emocionante.” “Éramos más jóvenes, yo tenía una actitud más punk”, suelta su sentimientos Ramiro. “Hoy más grande me interesa sonar bien, pero en esa época me gustaba que sonara sucio.”
“Yo veía venir una cosa negra a nivel político y social; las letras son como heavy”, señala Sara sobre lo que significó el disco en su tiempo. “Para nosotros como generación vivir un momento novedoso. Se veía venir una opresión latente en la calle, y ahora está pasando lo mismo. Eso me parece notable.” “Tocábamos mucho y eso era novedoso -agrega Ramiro-. Y el rap seguía siendo underground pero la gente ya lo aceptaba más.” Eso lo diferencia de un hoy que Sara define como “ultra marcado por un estallido que tuvo la industria en la Argentina”. “Acá se empezó a producir como en Estados Unidos, ponele. Las nuevas generaciones de traperos y traperas para mí irrumpió cuando vi el video de Loca de Cazu, Khea y Duki y estalló la industria, estalló y sigue estallando el capitalismo y veo que los artistas de ahora son muy buenos y muy buenas. Hay un nivel de voces y de perfección y de pulcritud que me parecen muy admirables. Y por otro a mí me gusta una cosa más trash, y más de antes. Pero eso es una cuestión de gusto. Sale el disco de Dillon y play al toque como si fuera un material de estudio, qué temazo, pero después me pongo a escuchar Flema de nuevo.”
Un sentido similar en las diferencias de época marca Ramiro. “Para llegar a tocar en Niceto tuvimos que hacer un montón de shows. Hoy en día los pibes nuevos capaz hacen un tema solo, lo suben a YouTube, pega y pueden hacer un Niceto. Antes era imposible. Aunque siento que ahora saturó un poco la idea del trap de un chabón cantando con una pista y se empezó a valorar más el rock. Un poco está volviendo eso de la banda, los instrumentos.”
Así la cosa el de Niceto será un show como los de su tiempo de lanzamiento, a tocar disco completo “con orden sorpresa”, que no será la única. “Habrá invitados, estamos pensando un montón de cositas para que quede como un hermoso y brillante, como un caramelo”, adelanta Sara. “Aparte desde siempre tenemos unas visuales que nos acompañan hasta el día de hoy, que son de Pinqui, nuestro visualizer, que es capo. Va a estar súper diverso, divertido y luminoso el show”, que incluirá temas de los discos anteriores de Colectivo vacío.
Luego cada artista seguirá el camino que venía andando. Sara Hebe con disco nuevo en 2026, Ramiro J con sus producciones. “Yo quiero hacer otro disco exclusivamente con Rama, pero hay que ponerse a laburar.” Si sucede, se verá si el feeling social de la pareja creativa da con los tiempos que corren. “Hoy los pibes están buscando para atrás, porque sólo mirando para atrás en la historia se pueden encontrar novedades. Y ahí tratar de inventar algo nuevo para futurear. El panorama está jodido. Yo desde la letra trato de poetizar con el material actual, que a veces me da pánico. ¡Como en el 2015!”, exclama como quien acaba de descubrir algo.
10 años de Colectivo vacío – Sara Hebe
21/12 Niceto Club.
