Después de confirmarse el escenario de balotaje que disputarán el candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, y el libertario Javier Milei, los otros tres dirigentes cuyas aspiraciones a la presidencia quedaron truncas el pasado 22 de octubre comenzaron a rediseñar su futuro. La segunda vuelta será una disputa que necesitará de alianzas varias para concretar la llegada del nuevo inquilino que permanecerá en la Casa Rosada por los próximos cuatro años. El cordobés Juan Schiaretti será uno de los factores que incline tal destino.

Los ganadores fueron los primeros en hacer los honores. En su primer discurso como participante de la segunda vuelta, el líder de La Libertad Avanza dejó de lado sus críticas a Patricia Bullrich -a quien llegó a calificar como “montonera tira bombas en jardines de infantes”, una declaración que le valió una denuncia penal de la dirigente del PRO que aún está en etapa de resolución- y dio por iniciada la etapa de encantamiento hacia el votante duro de Juntos por el Cambio.

Sin quedarse atrás, Massa hizo lo propio y en sus palabras luego de obtener más del 36% de los votos, advirtió que “la grieta se murió”. Inmediatamente después, y atento al rechazo que causa en los sectores más progresistas la figura de Milei, convocó a radicales, simpatizantes del Frente de Izquierda y votantes en blanco a construir el gobierno de unidad nacional con el que el todavía ministro espera contar durante su gestión. El objetivo está, además, puesto en el votante federal.

Florencio Randazzo y Juan Schiaretti.

La cotización de Schiaretti

El gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, obtuvo casi el 7% de los votos: un porcentaje que lo dejó muy lejos del balotaje, pero cotiza alto de cara a la segunda vuelta. Para evitar la pérdida de potenciales votantes que podrían abandonarlo en pos de apostar por el “voto útil” hacia otras fuerzas, el ahora ex candidato presidencial evitó dar declaraciones durante toda la campaña.

Pero luego de concretarse el resultado del domingo, el gobernador comenzó a ser presionado para que apure sus definiciones y se posicione en uno de los bandos. Manteniendo la línea de la moderación anti grieta, el círculo íntimo del cordobesismo se apuró en recalcar que Schiaretti no incitará a sus votantes a definirse por las Milei o Massa. “No se arrogará un derecho que no tiene”, dicen insistentemente desde Córdoba.

Lo cierto es que, a pesar de anticiparse, el gobernador saliente y su sucesor, Martín Llaryora, definirán en los próximos días cuál será el discurso que adoptarán los representantes de la segunda provincia más importante a nivel electoral del país. Ambos líderes iniciarán esta semana una gira por el Golfo Pérsico en búsqueda de inversiones en infraestructura y se espera que las horas de vuelo los ayuden a concretar una línea común.

Los dirigentes cordobeses se disputarán una decisión en medio de un contundente apoyo a Massa de representantes de la provincia mediterránea, territorio en el que el candidato más creció respecto a las primarias, logrando una suba del 72% desde el 14 de agosto pasado.

Minutos después de conocerse los resultados, la diputada nacional Natalia de la Sota celebró el triunfo del tigrense y apoyó su llamado a un gobierno de unidad nacional. Este guiño se suma al que la hija del líder del cordobesismo hizo desde su banca en el Congreso hace unas semanas, cuando se abstuvo de votar la reforma de la Ley de Alquileres que proponía la oposición.

Si bien hasta el momento ninguna de las partes se expidió respecto de una posible alianza, la extensa relación que cosechan Massa y de la Sota sirve como garantía para que un eventual acercamiento no resulte llamativo ni escandaloso.

Natalia de la Sota y Alberto Fernández.

Lo propio hizo el diputado nacional por Consenso Federal, Alejandro “Topo” Rodríguez, quien destacó el llamado de unidad del ministro y contribuyó a incrementar los numerosos rumores respecto a la participación de su líder, Roberto Lavagna, en una eventual gestión de Sergio Massa. A todos ellos, se sumó también la directora del PAMI cordobés y ex esposa de Juan Manuel de la Sota, Olga Riutort, quien rompió todo acuerdo con Schiaretti y se mostró apoyando sin esquivos al candidato de UxP.

Aunque el actual líder del cordobesismo mantendrá, por el momento, su postura de libre albedrío para sus votantes, restará esperar el correr de los días para confirmar cuál será el rol que tomará tanto en la campaña como en cualquiera de los dos posibles gobiernos que se avecinan, el de la unidad de Massa o la motosierra de Milei, en donde su ex compañero de fórmula, Florencio Randazzo, ya tendría asegurado un escritorio con su nombre en alguno de los ministerios que el libertario promete conservar.