A los 39 años y después de cuatro mundiales, cuatro Juegos Olímpicos, diez años en la NBA, 157 partidos y 2581 puntos en la Argentina, Luis Scola tildará un casillero -¿el único?- vacío en su carrera: jugará por primera vez en un Panamericano. Será uno de los 778 representantes argentinos en Lima. Será el estreno en la competencia y también parte de una despedida a la que le falta una fecha concreta, pero que ya está cerca. A Luifa le quedan por encestar los últimos puntos con la Selección. La unión con la celeste y blanca acumula 20 años ininterrumpidos y la cuenta está a punto de frenar. Los Juegos en Perú y el Mundial en China, su casa durante los últimos dos años con Shangai Sharks, aparecen como algunas de las imágenes finales. Acaso la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio podría estirar el vínculo hasta 2020. Pero el pivote disfruta y elige mirar otro costado del último trayecto con la número 4 cerca del corazón. “Nunca jugué los Panamericanos y espero que sea una linda experiencia en la que podamos lograr una medalla”, dice antes de viajar a Lima.

-¿En qué momento llegan estos dos meses de Panamericanos y Mundial?

-Me siento bien. Estoy en un buen momento. Me voy contento tanto a nivel individual como a nivel colectivo de estos primeros días. Respondí bien y el grupo también. Estamos atravesando un buen arranque de preparación de estos dos meses que terminarán con el Mundial en China. Coincide con lo que están sintiendo tanto el Oveja como el resto de los chicos y eso es bueno.

-¿Cuál es el objetivo para Lima?


-Vamos con la idea de competir al máximo. No hicimos una preparación como si fuese el único torneo que vamos a jugar. Si este fuera la única competencia y la principal seguramente habríamos empezado antes y hubiéramos jugado muchos amistosos. Al estar los dos torneos juntos nos da la opción de usar al Panamericano como preparación aunque a la vez le damos importancia. Queremos alcanzar lo máximo. Es la posibilidad de tomarlo como una preparación para China y a la vez una oportunidad de sumar una medalla. Si bien no duplicamos la carga ni los entrenamientos, una vez en Lima lo vamos a tomar como lo más importante.

-¿Cómo se construye una nueva camada?


-De ninguna manera en particular. Se trabaja, se convocan jugadores nuevos, jóvenes y se empieza de cero. No es ese el momento nuestro. Nosotros ya venimos con un equipo hace cuatro o cinco años. No hay chicos nuevos. No estamos construyendo una nueva generación, sino que hay chicos que ya vienen jugando. Algunos están hace cinco o seis años en la Selección. Facu (Campazzo) está hace siete años e incluso jugó los Olímpicos de Londres, Marcos (Delía) tiene muchos torneos encima, Pato (Garino) y Lapro también. Ya tienen su propia carrera hecha. No estamos en un momento de recambio ni de jóvenes que recién llegan. Es un equipo diferente al que teníamos con la Generación Dorada, pero es un equipo formado no uno nuevo.

-¿Lograr una medalla sería el salto que le falta a este equipo?


-Es importante y es evidente que si ganas suma en el armado del grupo. Una medalla en un Panamericano significa mucho, tiene mucho valor y para el país es importante. Mientras mejor color tenga la medalla mejor va a ser. La vamos a disfrutar y darle el valor que tiene si es que la conseguimos. Le estamos dando toda la importancia que tiene el torneo. Después cada vez que juegues bien va a sumar al ánimo y a la moral igual. Así como si jugás mal va a restar.

-¿Argentina va con la responsabilidad de subir al podio?


-Calculo que llegamos como candidatos. Habría que preguntar un poco al resto, pero vamos con el equipo que va a ir al Mundial, fuimos de los mejores en las Eliminatorias y somos fuertes dentro del continente. No veo razón por la que no seamos candidatos a ganar la medalla. Está muy claro que somos protagonistas a nivel continental.

-Hace poco dijiste que tu compromiso en la Selección llega hasta el Mundial. ¿Evalúas cambiar si en China logran una de las dos plazas de América para Tokio 2020?


-Dentro de la pregunta está la propia respuesta. Mi compromiso va hasta el Mundial. Hasta ahí va. Después podré jugar, podré no jugar. No significa nada. Pero mi compromiso ahora va hasta después del Mundial. 

-¿A los 39, se viven distinto estos dos meses con el equipo argentino?


-Lo estoy viviendo de manera especial porque es el final de mi carrera. Será este torneo o el otro, o dentro de dos más, pero no quedan diez torneos más ni diez años más. Desde ese lugar lo vivo de una forma especial y estoy tratando de disfrutar. Tengo cierto dejo de melancolía. En el resto de las cosas lo vivo exactamente igual que siempre.

-¿Cómo quisieras que se recuerde tu paso por la Selección?


-No es momento para pensar eso. No lo estoy pensando. Simplemente juego. Tampoco creo que lo piense en el futuro. ¿Qué más da? La gente puede recordar mi paso como quiera, no hay problema con eso. Yo vine, jugué, hice lo que quería hacer y cada uno puede recordarlo como le guste.