En medio de la profunda crisis que atraviesa el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), la tensión volvió a surgir esta semana en la formación, en la que un grupo de militantes pidió hoy a su ex líder, Pedro Sánchez, que vuelva a ponerse al frente. El político, de 44 años, dimitió en octubre por las presiones internas.
Tras la rebelión de un sector crítico del PSOE que pedía dejar gobernar al conservador Mariano Rajoy para romper el bloqueo político en España, el líder socialista no logró el apoyo de la mayoría de sus compañeros y se retiró de la primera línea política.
Ahora, el partido está descabezado y en manos de una gestora. Se espera que próximamente se convoque un proceso de elecciones primarias y un congreso para elegir al nuevo secretario general.
Sin candidaturas sobre la mesa, 68 miembros del PSOE procedentes de todo el país se reunieron hoy en Madrid para expresar públicamente su apoyo a Pedro Sánchez, quien no acudió a la cita ni tampoco confirmó hasta ahora si optará a convertirse de nuevo en líder del partido.
«Se está generando mucha ilusión, mucha esperanza. Éste es el comienzo de un camino al que esperemos que se sume mucha gente», aseguró al término de la reunión en una conferencia de prensa improvisada una de las integrantes del grupo pro Sánchez, Adriana Lastra.
«Entendemos que quien mejor puede encarnar esa opción de futuro de un nuevo Partido Socialista es Pedro Sánchez», expresó otro de los participantes en el encuentro, José Luis Ábalos, quien destacó la «actitud insobornable» de Sánchez y su «inquebrantable posición frente a la injerencia de cualquier poder».
Sin embargo, la convocatoria suscitó recelos y críticas entre otros miembros del PSOE.
«No digo que perjudique al partido, pero desde luego que no lo ayuda», afirmó a la prensa la ex presidenta de la formación, Micaela Navarro, citada por la agencia de noticias DPA.
El PSOE se encuentra sumido en una profunda crisis desde hace meses.
En el origen estuvo el dilema de permitir o no gobernar al conservador Mariano Rajoy, quien había ganado las elecciones en diciembre de 2015 y en junio de este año pero sin una mayoría clara para poder gobernar, tras meses de parálisis política en España. Sánchez se opuso a ello y le costó el cargo.
Finalmente, dejó la secretaría general del partido, tras haber llegado a lo mas alto en julio de 2014 prácticamente desde la nada y alzado por los militantes.
Días después, el PSOE decidió abstenerse en la votación de investidura de Rajoy, que gracias a ello revalidó su cargo al frente del gobierno español.