El flamante y tercer disco del grupo Piraña se llama «El suspirante y otros ensueños» y está conformado por siete temas propios. El horizonte de estas composiciones es el tango canción, que continúa la tradición previa a la era de las orquestas típicas, pero que se propone sumarle orquestaciones distintivas y letras cuidadas –La Chicana es una referencia reconocible–. La inspiración para darle vida a este material surgió del cruce imaginario entre el clown, comediante y cineasta francés Pierre Étaix (1928-2016) y el tornero, estibador portuario y compositor de música argentina del barrio de La Boca, Juan de Dios Filiberto (1885-1964).

Los integrantes de Piraña son Romina Grosso (voz), Daniel Frascoli (guitarra), Mauro Vignetta (guitarra y clarinete), Pablo Odriozola (contrabajo) y Pedro Fernández (letras). Juntos trajinan una escena que hace gala de un compromiso que parece inagotable, pero que debe enfrentar una crisis que todo lo dificulta.

Romina Groso habló con Tiempo Argentino del presente de Piraña y mucho más.


–¿Cómo imaginaron el encuentro entre Pierre Étaix y Juan de Dios Filiberto?

–Si bien ambos no se conocieron ni fueron contemporáneos, encontramos en ellos un mismo modo de hacer, de estar plantado con sus obras frente a las cosas; ese espíritu del trabajo incesante en lo que desarrollaron artísticamente y en sus vidas. Por ejemplo, Juan de Dios Filiberto habiendo sido tornero, estibador en el puerto, albañil o en el caso de Pierre Étaix, su paso por el circo, su oficio de dibujante. Ambos comparten hasta hoy en día ese espacio «de intemperie», aparecen y desaparecen según el paso del tiempo, a pesar de haber creado en el caso de Filiberto grandes composiciones que dieron la vuelta al mundo como «Caminito», «Clavel del aire» o «Quejas de bandoneón» entre otros. Ambos miran y proponen desde sus obras un mundo que nos gusta compartir.

–»El suspirante y otros ensueños» no llega a los 20 minutos de duración. ¿Se lo plantearon como una dificultad o una ventaja en estos tiempos de escucha fragmentada?
–No es algo que verdaderamente hayamos pensando, se dio así. Algo parecido sucede con “Larvas (canciones para Castelnuovo)”, nuestro primer trabajo. Tal vez esa manera de hacer canciones con estructuras breves que tienen como referencia al tango canción, logren esa característica que describís, pero consideramos que en ambos discos las canciones que los componen fueron suficientes para lo que queríamos hacer y mostrar. No es así el caso de «El chiflido», nuestro segundo trabajo que entre canciones y testimonios es bastante más extenso.
–¿»Hoy cuento las horas» es la canción más triste y melancólica de Piraña?
–»Hoy cuento las horas» es una canción nostálgica del amor, por lo que cuenta su historia, por ese amor que se tuvo y ya no está. El disco letrísticamente transita ese tipo de lugares, nos gusta decir que son «ensueños de la canción sentimental», referenciada en aquella manera de lo sentimental, donde tanto el amor, el desamor, la ilusión o el cariño de algo son parte de las historias y conviven en las estrofas.
Las canciones más tristes de Piraña probablemente están en el primer disco, están inspiradas en un libro de cuentos de Elías Castelnuovo, dónde describe a siete chicos de un reformatorio, olvidados para la sociedad, recluidos en Olivera (provincia. de Buenos Aires). Ahí hay canciones como «Caruncho» o «Guitarrita» que pueden ser de las más tristes que hayamos hecho.
–¿»De todas las cosas», entre otras, parece escrita desde la perspectiva de un hombre? ¿Evaluaron cambiar el género para que vos la cantes?
–Algo que nos interesa rescatar y destacar es al letrista, que forma parte de nuestro trabajo. Es una figura que a veces está algo desdibujada en la escena actual de la música en general, no solamente de un género. Pedro Fernández, es junto a quién armamos y trabajamos las canciones y los textos, «De todas las cosas» es una declaración plena de amor a su mujer, la letra está escrita desde su perspectiva, hay otras canciones que siguen esto y otras tantas que no. Me interesa y me entusiasma interpretar las historias, indistintamente de su género, ese es un tema más profundo.
–¿Cómo entienden al tango en presente sin olvidar su gran legado cultural?
–Hay una frase que extrajimos de una charla que dio Pierre Étaix hace unos años cuando fue invitado al Festival de Cine de Mar del Plata y decidimos ponerla en el disco. En un pasaje dice: «Solo se puede innovar basándose en la tradición». Cómo te decía en la primer pregunta, ellos tenían un modo de hacer y situarse frente al mundo, allí encontramos una cercanía, algo que sentimos propio, por eso estas palabras encierran parte de la respuesta. Entendemos y sentimos ese legado cultural sin olvidar el presente, éste que atravesamos cotidianamente.
–¿Cómo ves el tango de hoy y la situación de la mujer en el género?
–Hay muchas propuestas y variedad en relación a otros tiempos cercanos y considero eso algo muy bueno. En relación al lugar de la mujer, me hace feliz encontrar mucha más participación y sentir que día a día va creciendo. Hoy se desarrolla más plenamente lo que hace algunos años costaba más.

–¿Cuáles son los próximos proyectos de Piraña?
–A pesar que hay nuevas composiciones que van tomando forma, y permanentemente nos reunimos para encontrar una nueva corazonada que nos guíe, estamos enfocados ahora en las presentaciones que tenemos por delante y el continuar de las «Noches suspirantes» que lleva ya dos años que mes a mes nos reunimos en Boedo invitando a amigos músicos, a otros grupos, teatro barrial, humor, historias que se leen de mes a mes.


Piraña sigue presentando El suspirante y otros ensueños. Jueves 5 de septiembre a las 21 en La Turba (Varela 503), en el marco del ciclo La Orilla Infinita. Domingo 8 a las 20:30 en Despacio Quintino.