El 4 de febrero de 2004 –hace exactamente 20 años– un programador y empresario de la fotografía lanzó Facebook, la plataforma web que iba a revolucionar el modo de relacionarse en Internet. Su nombre y su apellido se leerán en vertical si se responden estas 14 preguntas.

1. ¿Cómo se llama el conglomerado de tecnología y redes sociales con sede en Menlo Park, California, que actualmente lidera el personaje de la fotografía y que incluye a Facebook e Instagram, entre otras subsidiarias?

2. En 2014, Facebook adquirió por 19 mil millones de dólares la aplicación líder en mensajería instantánea, que habían lanzado en 2009 el emprendedor de origen ucraniano Jan Koum y el ingeniero Brian Acton, exempleado de Yahoo! ¿De qué aplicación hablamos?

3. ¿Con qué concepto de la matemática se conoce al conjunto de instrucciones que determinan el orden específico en que se le ofrecen a cada usuario los posteos que consume en una red social?

4. ¿Cómo se conoce en el resto del mundo la red social Douyin, lanzada en China en 2016 por la empresa ByteDance, y que permite compartir videos cortos?

5. El vocero presidencial Manuel Adorni ganó en 2023 el Martín Fierro digital al mejor tuitero. En 2019, los tuiteros se habían enojado porque el premio lo ganó una actriz y presentadora de televisión, galardonada como “la tuitera más influyente”, y cuya cuenta sólo hacía retuits. ¿Cuál es su nombre de pila (artístico)?

6. ¿Cómo se llama el multimillonario dueño de Twitter, que compró la red social en octubre de 2022 y en abril de 2023 le cambió el nombre por X?

7. Una aplicación de mensajería efímera de fotos y videos creada en 2011, cuyo logo es un fantasmita, se popularizó gracias a los filtros que agrega a las selfies que comparten sus usuarios. ¿Cómo se llama esa aplicación?

8. ¿Cómo se llama, en inglés, la unidad de medida de la aprobación de los mensajes en Facebook y otras redes sociales?

9. Hay una red social que permite a sus usuarios crear y administrar colecciones de imágenes, colocándolas en tableros personales temáticos, como si los pincharan con alfileres en un mural. ¿De qué red social hablamos?

10. Con el auge de las redes sociales, se generalizó la utilización de representaciones gráficas –fotografías, dibujos, íconos– asociadas a cada uno de los usuarios. ¿Con qué palabra tomada del hinduismo se conoce a esas representaciones?

11. La compañía Facebook se vio involucrada en 2018 en un escándalo político cuando se supo que una consultora británica había usado la información personal de los usuarios para incidir en procesos electorales a favor de Donald Trump, Mauricio Macri y otros candidatos. La empresa, ya disuelta, se llamaba ….. Analytica. ¿Cuál era el primer nombre de esa firma?

12. ¿Cómo se llama la cuenta de X (exTwitter) del argentino que más seguidores tiene –18,7 millones– en esa red social?

13. ¿Cuál es en anglicismo que se usa para definir al usuario de redes sociales que expresa y difunde discursos de odio?

14. ¿Y cómo se denomina a la palabra o cadena de palabras precedidas por un signo numeral que permite etiquetar determinada información en Twitter y otras redes sociales?

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La instalación del odio con fines de lucro

La irrupción de Facebook en las vidas de millones de personas, hace ya dos décadas, instaló un paradigma relacional que en muy poco tiempo ha modificado drásticamente buena parte de los lazos sociales. En octubre de 2021, la ingeniera informática Frances Haugen, exgerente de producto de la compañía, denunció con documentos en la mano lo que muchos especialistas venían alertando: Facebook sabía –y sabe– que el modo en que organiza y prioriza los contenidos que consume cada usuario alimenta el odio en todas sus formas, además de fomentar la adicción a las pantallas. Y nunca corrigió esa instrumentación de la información (y la desinformación) que circula por la red, porque, así como está, el negocio es mucho más lucrativo. 

La configuración de Facebook –que otras redes sociales tendieron a reproducir– premia sistemáticamente a aquellos contenidos que generan más reacciones. Así, impulsados por el anonimato, la virtualidad y la mera intolerancia, los mensajes que incitan al odio o a la ira se convirtieron en el factor multiplicador de la conversación en redes. Los balances de Facebook siempre cerraron: más rabia, más clics, más dinero. Con un elemento extra: a cada odiador se le ofrecen básicamente los contenidos que refuerzan su odio. Los resultados de esta maravillosa invención que hoy cumple 20 años están a la vista.