Los tres gobiernos macristas intentaron avanzar con la instalación de dispositivos de huella digital en las Escuelas porteñas. No es casual que quien logró ese objetivo haya sido la administración de Jorge Macri quien, desde sus inicios, aprovechó la distracción de la sociedad provocada por los desmanes políticos del Gobierno nacional y “la vista gorda” de algunos gremios locales, para poder avanzar en muchas políticas de ajuste en el sector.
A inicios de este mes Tiempo se hizo eco de las palabras del mandatario quien confirmó que su gestión había terminado de instalar la huella digital en todos los edificios escolares. Este lunes, cientos de trabajadores de la educación junto a familias que integran la agrupación Vacantes para Todos, se movilizaron hacia las puertas del Ministerio de Hacienda porteño, organismo responsable de la instalación de estos dispositivos.
“Entregamos una nota, un pedido y una exigencia al gobierno de la ciudad presentada por decenas de docentes que rechazan este sistema huella de control, utilizado para disciplinar a través de los datos biométricos a la docencia. Además de exigirle que deponga su actitud, le estamos preguntando al gobierno quién se está beneficiando, quién es el empresario o la empresa que se está beneficiando con este gran negociado”, señaló a Tiempo Federico Puy, secretario adjunto de la Asociación Docente ADEMYS.
El Docente y referente sindical recuerda que este negociado se gestó en paralelo al desfinanciamiento educativo que el PRO realiza desde hace años en la Ciudad de Buenos Aires.
“Esto ocurre mientras vemos que en las escuelas no se arreglan los problemas de infraestructura, no recibimos los aumentos salariales que necesitamos, cuando vemos que los chicos vienen con hambre a la escuela y no se pone más dinero por parte del gobierno para mejorar en cantidad y calidad los desayunos, las meriendas o el comedor escolar, o no nos entregan todos los útiles que necesitarían los chicos para poder concurrir a clases”, agregó Puy.
¿Por qué instalaron la huella digital? según el gobierno
Bajo el argumento de “modernizar las escuelas”, el Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, confirmó a inicios de mes en sus redes sociales que digitalizaron el presentismo docente en todas las escuelas de la Ciudad.
“Se firmó la resolución para que, desde el próximo ciclo lectivo, el ingreso y egreso de todos los docentes sea registrado exclusivamente con huella digital. Dejamos atrás el libro de firmas en papel y pasamos a un sistema ágil, transparente y unificado”, publicó el mandatario en sus redes sociales.
“Este sistema por parte del gobierno de crear un gran panóptico digital de control y regimentación de la docencia por el cual quiere avanzar, nosotros lo rechazamos y esto no es simplemente una huella, sino es crear un gran sistema pedagógico de control de las y los docentes, porque también modifican los diseños curriculares y quieren una educación cada vez más mercantilizada”, terminó el secretario adjunto de ADEMYS.
El manejo de los datos privados
La Subsecretaría de Gestión de Recursos Humanos del Ministerio de Hacienda y Finanzas porteño fue la encargada de informar sobre los principales objetivos del proyecto autodenominado “Eficiencia administrativa, transparencia en la gestión, uniformidad de criterios en todos los establecimientos educativos -evitando disparidades en la modalidad de registración- y optimización en los procesos de altas y bajas de docentes”.
La misma Subsecretaría afirmó “cumplir con los requisitos de certificación dispuestos por la Agencia de Sistemas de Información (ASI). Algunos de ellos establecen que los sistemas de presentismo y control de acceso deben estar instalados en condiciones de funcionamiento óptimo para garantizar la inexistencia de fugas o desvíos”.
La base de datos está a cargo de la Dirección General de Planificación y Control Operativo, área dependiente de la Subsecretaría. Según la resolución N.° 25/SECRH/11, toda la información que se almacena debe estar protegida mediante un sistema de encriptación que cumpla con estándares internacionales de seguridad.
“Esto busca garantizar que los datos no puedan ser alterados ni accedidos de forma indebida. Además, el sistema debe contar con una auditoría interna que registre todas las operaciones realizadas y establezca responsables directos del control de esa información”, señala el documento.