En la Ciudad de Buenos Aires no hizo falta la aplicación de vouchers médicos para desfinanciar y dejar al borde del colapso a la salud pública durante las dos gestiones de Rodríguez Larreta. El Observatorio de Economía Urbana del Centro de Economía Política de Argentina (CEPA), elaboró un informe de gestión en ese sector, durante el período 2016 2022. Las cifras muestran una realidad que durante ocho años fue escondida bajo la alfombra: la crisis hospitalaria, la falta de personal y fuertes restricciones en salud mental y pediátrica muestran, a las claras, un desfinanciamiento programado en el sistema de salud público porteño.

El informe destaca un fuerte ajuste entre 2016 y 2019, cercano a los 42.500 millones de pesos constantes, lo que implica un recorte del 10% del gasto en salud en tan solo 4 años. A partir de 2020 se revierte parcialmente esa baja del gasto, posiblemente vinculado a la pandemia pero, sin embargo, al analizar el gasto del ministerio entre 2016 y 2022, se observa una fuerte caída cercana a los 6 mil millones de pesos a precios de 2023.

“Algo a destacar del informe es que lo hicimos a valores de hoy, dado que con la inflación y el cambio de la nominalidad de los precios, no podes hacer un análisis riguroso, no podrías comparar absolutamente nada”, explica en diálogo con Tiempo Juan Pablo Costa, coordinador del Observatorio de Economía Urbana del CEPA, y uno de los autores del informe junto a Carlos Vacarezza.

A partir de 2022 se observa una dinámica descendente de la inversión en salud porteña.  En apenas un año, su ejecución se redujo en casi 55 mil millones de pesos a precios constantes de 2023, una caída del 11% en sólo un año. Pero esta fuerte reducción denota, además, en la participación de los gastos de salud dentro del presupuesto total: una caída del 16,1%, lo que implica una pérdida de 2,1 puntos porcentuales sólo en 2022.

“Otra cosa también particular, es que tenés en total, 1.126 millones de pesos, no ejecutados, es decir, que tenía disponibles el Ministerio de Salud pero decidió no utilizarlos en todo este tiempo. El 50% de ese monto no ejecutado fue en el 2020 en el año de la pandemia. O sea, cuando más se necesitaba invertir en salud, alrededor de 500 millones de pesos no fueron ejecutados por esta cartera”, suma Costa.

El documento destaca que “esto resulta especialmente significativo dado el conflicto que mantuvo la Ciudad con parte del personal de salud, expresado en medidas de fuerza del personal médico, incluyendo residentes y concurrentes; así como el no reconocimiento a la carrera profesional de enfermería y obstetricia”.

Crédito vigente no ejecutado por el Ministerio de Salud del
Gobierno de la Ciudad en pesos constantes 2023. Años 2016 a 2022

Al analizar el presupuesto de punta a punta, entre 2016 y 2022, queda en evidencia que “la inversión en salud sufrió un recorte. En dicho período, el gasto en salud cae en 11.500 millones de pesos a precios de 2023”, destaca el documento. Además, la participación del gasto de salud dentro del presupuesto también cae. Si en 2016 era del 17%, finaliza la serie en 2022 en 16,1%. Es decir, una caída de casi 1 punto porcentual.

El fuerte recorte en Hospitales públicos

De los 33 nosocomios analizados, en 31 se reduce el nivel de gasto y sólo en 2 se observa un incremento. En algunos casos el ajuste es superior al 30%. El resultado es una caída de la inversión social en hospitales superior a los 36.000 millones de pesos a precios de hoy.

A modo de ejemplo, en el Hospital Marie Curie, se manifiesta una caída de la ejecución en todos los años bajo análisis. Resalta especialmente el ajuste en el año 2017, de 4 mil millones de pesos a precios de 2023, o 40%. El resto de los años son de una lenta reducción en la ejecución. Entre puntas, el Marie Curie sufrió un ajuste del 48%, o 4.900 millones de pesos a precios de 2023.

En el caso de los hospitales Udaondo y Quemados, se observa un ajuste real del gasto en todos los años analizados. En el caso del Hospital de Quemados el ajuste entre puntas es del 15%, o cerca de 800 millones de pesos. En el Udaondo, el ajuste es del 19%, o 1.200 millones de pesos.

La debacle de la salud mental y pediátrica

El informe del CEPA también detalla la situación de los hospitales de Salud Mental Moyano y Borda. En ellos “existe una sensible caída del gasto en todos los años analizados. El Moyano pierde cerca de 2.000 millones de pesos, un 20%; mientras el Borda un ajuste cercano a los 2.500 millones de pesos, lo que implica un 25% de recorte. Entre ambos hospitales, el ajuste es cercano a los 5.000 millones”. Algo semejante ocurrió en los hospitales de Salud Mental Alvear, Tobar García, y los Talleres Protegidos de Rehabilitación Psiquiátrica. Todos ellos sufrieron recortes en su presupuesto en todos los años analizados. En el primer caso, “sufrió una poda cercana a los 800 millones de pesos, lo que implicó un ajuste cercano al 20%. El Hospital Carolina Tobar García vio recortado su presupuesto en 22%, unos 900 millones de pesos”, agrega el documento.

Aunque en menor medida, los hospitales pediátricos también fueron víctimas de fuertes ajustes. El Hospital Ricardo Gutiérrez sufrió un recorte cercano a 1.000 millones de pesos. En el caso del Hospital Pedro de Elizalde, el recorte ronda los 1.500 millones de pesos, lo que implica una caída de más de 8 puntos de su presupuesto. El Hospital Ramón Sarda sufre un ajuste cercano al 10%, en términos absolutos ello equivale a cerca de 900 millones.