La visita de Victoria Villarruel a Córdoba sigue dando tela para cortar. En su recorrida fugaz por la provincia, la vicepresidenta se reunió con el gobernador Martín Llaryora, asistió al mega evento de doma y folklore en la localidad de Jesús María y no se negó ante la cebada de un mate que amablemente le ofreció un paisano, olvidándose por completo del amplio archivo virtual en el que ella misma reconoce su desprecio por la infusión popular. Estos movimientos, advierten varios dirigentes, sólo responden a algo: la abogada está en modo campaña.

El encuentro con el sucesor de Juan Schiaretti tuvo lugar el sábado al mediodía en la casa del cónsul de Suecia y Dinamarca, Emilio Viramonte, diplomático cercano a la vice. En un almuerzo al que varios de los presentes calificaron como “distendido”, Villarruel pidió gobernabilidad y acompañamiento al gobernador, quien se mostró dispuesto a trabajar por el órden, siempre y cuando no se perjudiquen los intereses de su provincia. “Llevate la tuya pero dejame la mía”, resumió a este medio el tipo de negociación que llevó adelante el sanfrancisqueño. Curiosidades del encuentro: no hubo foto institucional, y la reunión trascendió por un posteo en la red X en el que Villarruel llama Federico al gobernador, en lugar de Martín.

Llaryora puso sobre la mesa su descontento con los artículos de la ley Bases y puntos de Partida para la libertad de los argentinos y confirmó que no dejarán pasar las modificaciones al régimen de retenciones, biocombustibles y la movilidad jubilatoria, tres áreas sensibles en la provincia. La presidenta del Senado escuchó atentamente al cordobés y prometió trabajar para dar una solución. Su voluntad para articular sorprendió a más de un comensal. Dentro y fuera del Congreso saben que las negociaciones llevan la firma única del presidente, por lo que la predisposición de la vice no hizo más que abonar la teoría del desprendimiento que manejan varios sectores de la política.

La cumbre, de la que también participaron la vicegobernadora radical Myriam Prunotto y el director periodístico de Cadena 3, Sergio Suppo, fue organizada por el viceintendente de la Ciudad de Córdoba, Javier Pretto, ex presidente de la seccional mediterránea del PRO y hombre cercano a Mauricio Macri. Además, la vicepresidenta asistió al festival acompañada por el intendente de Villa Allende, Pablo Cornet, y recorrió la Unidad de Gendarmería ubicada con la intendenta Mendiolaza, Adela Arning, ambos dirigentes del ala dura del partido amarillo en la provincia.

Llaryora no quiere involucrarse en la interna de los libertarios.
Foto: @MartinLlaryora

Con estos vínculos, desde el círculo de Llaryora ya no titubean al hablar del armado propio que está construyendo la compañera de fórmula de Javier Milei. Un puñado de dirigentes, incluso, se atreve a confirmar que todos los movimientos que hizo la vice en la provincia fueron previamente acordados con el ex presidente, quien decidió bajar el perfil tras perder la elección presidencial en Boca.

Para los más experimentados Macri está reconstruyendo su poder desde las sombras y apunta nuevamente a la provincia mediterránea para reeditar el kilómetro cero de 2015 y pelear desde allí la renovación de la presidencia de su partido contra los alfiles que elijan sus ex aliados Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta en los próximos meses.

El cordobesismo, sin embargo, apuesta por quedarse al margen de esta interna que, creen, traerá cada vez más problemas en el futuro y se enfoca en el delicado equilibrio entre la gobernabilidad nacional y la gestión provincial. Mientras desde El Panal el heredero de Schiaretti hace malabares para cerrar las cuentas ante el recorte de envíos por parte del gobierno nacional, sus diputados batallan en el Congreso para lograr un texto amistoso con las exigencias de la provincia.

La voluntad de Llaryora es respaldada por cinco coterráneos que integran el bloque Hacemos Coalición Federal, presidido por Miguel Ángel Pichetto. Esta semana, además, los cordobeses se integraron a las mesas de negociación con representantes del oficialismo que se abrieron en los últimos días fuera de la comisión donde se trata el mega paquete de leyes y el DNU. Con este lugar privilegiado, en donde el peronismo sintetizado en Unión por la Patria no es recibido, los legisladores operan como voceros oficiales del gobernador e imponen sus condiciones para apoyar a un gobierno escaso de aliados.

Con el respaldo que les otorga ser parte de un bloque definitorio, los cordobeses no descartan que la comisión entregue la próxima semana al menos dos dictámenes, uno de mayoría, donde confluyan el PRO, el radicalismo y el ala dialoguista, y otro de minoría firmado por UxP y la izquierda. Todo esto, si el gobierno está dispuesto a concretar los acuerdos que se generan puertas adentro de los despachos, de lo contrario la amistad se cortará de raíz. “Si nos cumplen, los apoyamos. Si piensan que les vamos a votar lo que ellos quieren porque sí, se armaron un fernet al revés”, resumió a Tiempo una fuente legislativa con indisimulable tonada cordobesa.