La edición 2025 de Haunted Heart: The Legendary Riverside Studio Recordings vuelve sobre uno de los capítulos más influyentes del jazz moderno: las sesiones completas de Portrait in Jazz (1960) y Explorations (1961), los dos álbumes que Bill Evans grabó junto al contrabajista Scott LaFaro y el baterista Paul Motian. Aquella formación, activa durante poco más de dos años, redefinió para siempre el formato de trío de piano y dejó un legado tan breve como luminoso.
El origen del grupo se remonta a fines de 1959, pocos meses después de que Evans participara en Kind of Blue, de Miles Davis, un disco que abriría su camino hacia una estética más lírica y armónica. Ya desde los primeros ensayos con LaFaro y Motian, el pianista propuso una ruptura radical respecto de la tradición: en lugar del viejo esquema de “piano al frente, bajo y batería en apoyo”, el trío funcionaba como una conversación de igual a igual. Esa interacción -una trama de comentarios, silencios y respuestas instantáneas- fue el sello distintivo que los convirtió en un caso único.
La innovación no se limitó al refinamiento del lenguaje armónico de Evans -sus voicings sin raíz, el fraseo delicado, la influencia del impresionismo francés- sino al modo en que LaFaro y Motian ampliaron los roles de sus instrumentos. El contrabajista tocaba líneas melódicas imprevisibles, cargadas de contrapuntos que parecían dialogar de manera directa con el piano. Motian, por su parte, trabajaba un swing elástico, casi flotante, que abría espacio para la respiración colectiva. El resultado fue un equilibrio inédito en la historia del trío de jazz.
Portrait in Jazz fue el primer fruto de esa alianza. Publicado en 1960, el álbum presentó un concepto musical tan sutil como revolucionario: allí conviven versiones definitivas de Witchcraft, Come Rain or Come Shine y Someday My Prince Will Come, donde ya se escucha la interacción casi telepática que convertiría al grupo en referencia obligada. Un año más tarde, Explorations profundizó ese camino con un clima más introspectivo y poético. Su lectura de Haunted Heart es una de las más románticas del repertorio de Evans, y las reinterpretaciones de Nardis e Israel muestran el modo en que el trío podía transformar material ajeno en un paisaje sonoro propio.
La nueva antología reúne ambos discos e incorpora 26 tomas alternativas y descartes, 17 de ellos inéditos. Aunque las variaciones de Evans suelen ser sutiles, el archivo incluye momentos inesperados: una Spring Is Here con una introducción improvisada más larga y atmosférica, o la sucesión de intentos que dan forma al motivo ascendente de Sweet and Lovely, cada uno con un vértigo técnico distinto. También resulta revelador seguir la evolución interna de algunas piezas: escuchando varias tomas de Witchcraft, por ejemplo, se percibe cómo LaFaro ensaya contramelodías semejantes pero nunca idénticas, evidencia del nivel de diseño colectivo que alcanzaron en estudio.
La historia del trío, sin embargo, quedó marcada por la tragedia. En julio de 1961, apenas un mes después de la célebre residencia en el Village Vanguard, Scott LaFaro murió en un accidente automovilístico. Evans, devastado, se retiró temporalmente de los escenarios y sólo tiempo después retomó la actividad con nuevas formaciones. Aunque desarrolló otros tríos notables -en especial el de mediados de los setenta con Eddie Gómez y Marty Morell-, aquel primer grupo de Riverside permanece como un hito irrepetible.
Haunted Heart ofrece una mirada expandida a ese breve periodo de innovación radical. No sólo devuelve a circulación el sonido original del trío, sino que permite asomarse al proceso creativo que lo hizo histórico. Se confirma, una vez más, que la influencia de Evans, LaFaro y Motian sigue siendo decisiva en el jazz contemporáneo: una lección de escucha profunda, riesgo compartido y sensibilidad colectiva.
Haunted Heart – Bill Evans Trio
Disponible en plataformas.
