El presidente Donald Trump nombró a Jeff Landry, quien actualmente se desempeña como gobernador del estado de Luisiana, como su enviado especial a Groenlandia, con el objetivo de promover «con firmeza» los intereses del país norteamericano en la isla perteneciente a Dinamarca. Más tarde Landry confirmó la aspiración de lograr que Groenlandia llegue a formar parte de Estados Unidos.

La medida fue cuestionara por el ministro de Asuntos Exteriores de Dinamarca, Lars Løkke Rasmussen. «Ese nombramiento atestigua que en EEUU se mantiene el interés hacia Groenlandia. Por nuestra parte estamos subrayando que todo el mundo, incluido EEUU, debe respetar la integridad territorial del reino (de Dinamarca)», dijo el canciller a la compañía de radio y televisión DR.

Trump declaró en varias ocasiones que Groenlandia debe ser parte de Estados Unidos, subrayando su importancia estratégica para la seguridad nacional y la protección» del «mundo libre», en particular, contra China y Rusia. El ex primer ministro de Groenlandia Mute Egede dijo en respuesta que la isla no se vende y nunca se venderá. Trump se negó a prometer que EEUU no usaría la fuerza militar para establecer su control sobre la isla.

Groenlandia fue una colonia de Dinamarca hasta 1953 y aunque obtuvo autonomía en 2009 para autogobernarse y tomar decisiones independientes en política interna, aún es parte del reino danés.

El gobernador agradeció el anuncio en su cuenta de la red social X, donde afirma que «es un honor» trabajar «para que Groenlandia forme parte de Estados Unidos» y asegura que el nombramiento «no afecta en absoluto» a su responsabilidad al frente de Luisiana.

El anuncio se enmarca en las ya conocidas pretensiones de Washington de controlar este estratégico territorio autónomo pero también de consolidar a la región de las tres Américas y zonas adyacentes como el “espacio vital” estadounidense en el marco del Corolario Trump a la Doctrina Monroe establecido en la Estrategia de Seguridad Nacional 2025.

ALG con Europa Press y Sputnik