Yannick Constantin y Yanina Luponio Sáenz son realizadores audiovisuales cordobeses y también ambientalistas. Estrenan este jueves, 11 de diciembre, en Buenos Aires, Tunun, un documental que muestra cómo un proyecto vial amenaza el medio ambiente de su provincia. Aprobada sin consulta a los pobladores, la obra pone en riesgo sitios arqueológicos, reservas naturales y modos de vida de la comunidad indígena de Cosquín-Las Tunas. El film sigue la lucha de la comunidad contra la Autovía de Punilla y lo que esta implica, recorriendo momentos cotidianos de los pobladores que vienen reclamando y recuperando derechos sobre sus tierras desde la época colonial, mientras el Estado niega su existencia una y otra vez.
“Siempre trabajamos con temáticas socioambientales en nuestra región y conocíamos la problemática de la comunidad indígena porque estamos muy cerca de abogadas que trabajan en derecho indígena, y nos llegó esa primera historia de la comunidad de Cosquín. Empezamos a hablar con ellos y a entender qué significaba que una megaobra vial los atravesara”, afirma Constantin, uno de los directores.
Son de Unquillo, cerca de Cosquín, en la zona periférica de la gran ciudad de Córdoba, y conocen el modo de vida de los pueblos de la región, todavía basado en actividades rurales y alejado de la noción de progreso promovida por el discurso dominante. “En el film mostramos que lo que nos venden como mejoras responde a grandes planes de infraestructura, en este caso el plan IRSA, destinado a integrar vías latinoamericanas, cuyo objetivo final es favorecer y agilizar el extractivismo. Esta autovía pertenece a un corredor bioceánico y está estrechamente vinculada con el colonialismo que hoy se expresa de nuevas formas. No les importa que altere la vida y los modos de vida de las comunidades rurales indígenas de nuestra provincia”, explica el cineasta.
“Hay una forma de ver el territorio que tiene que ver con un anclaje ancestral y una manera de vida que atraviesa generaciones, con estabilidad dentro de ese hábitat. Pero otros lo conciben como propiedad privada y no les importa destruir grandes áreas de reservas naturales, cortar corredores biológicos, arrasar con patrimonio arqueológico ni perjudicar vidas que, al final, no tienen voz ni voto en estos grandes planes, regidos por acuerdos internacionales que presionan para agilizar nuestras rutas”, reflexiona.
El paisaje es un personaje clave del film, porque además se convierte en uno de los grandes afectados a lo largo del documental. “Somos de las Sierras Chicas, así que amamos recorrer nuestro monte nativo, y más aún con un pueblo que vive ahí hace siglos. Queríamos retratar un territorio sano, vivo, verde, y después mostrar cómo las máquinas irrumpen, lo fragmentan y alteran su ecosistema con el asfalto”.
El rodaje comenzó en 2021 y se cerró a finales de 2024. “Este tipo de producciones de documental independiente no se centra tanto en lo histórico, sino en lo que sucede en el día a día. Uno va grabando y encontrándose con la realidad; a partir de eso, empieza a moldearse el relato. El cine se trata de montaje”.
Organizar ese material, que al principio buscaba principalmente escuchar la voz de la comunidad, y luego mostrar las repercusiones de las obras y la militancia ambiental, implicó un trabajo cuidadoso. “Fuimos filmando en distintos lugares y abordando todo lo que implica. Hay una reparación pendiente con las comunidades, cuyos derechos no fueron plenamente reconocidos, y se deben implementar acciones reparatorias. A nivel discursivo creemos importante debatir las nuevas formas de colonialismo y cómo responder a los grandes capitales globales sin perjudicar a los pobladores locales. Es una discusión semántica profunda, que requiere autocrítica social, exenta de partidismo. Como sociedad, debemos preguntarnos qué hacemos con los territorios y cómo los tratamos. Por eso hicimos esta película”, comenta Constantin.
La idea es mostrar el film lo máximo posible. “Estrenamos en una proyección junto a la comunidad; fue la aprobación que necesitábamos para que ahora pueda girar por distintos puntos. Esperamos acceder a salas de cine y espacios culturales, recorrer Córdoba, Catamarca y Ushuaia. Tenemos expectativas de que se abran más espacios y que la película genere los debates necesarios. Esa es la idea”, admite.
Tunun
De Yannick Constantin y Yanina Luponio Sáenz. Única función: jueves 11 de diciembre a las 20 en el Cine Gaumont, Av. Rivadavia 1635 (CABA).
