El imperio en declive ya no puede invadir países ni hacer su voluntad sin rendir cuentas a nadie pero sigue conservando, por ahora, una indiscutible capacidad para hacer daño, desestabilizar gobiernos, generar caos, y sembrar el terror en determinados países. Nepal, un país con 147 mil km2, un poco más de 30 millones de habitantes, un PBI de U$S 75 mil millones, un ingreso por habitante de U$S 2350 al año y fronteras con los dos grandes gigantes asiáticos (India y China), es el caso.
Desde 1768 hasta 2008 estuvo administrada por una monarquía creada por el Reino Unido. Después de intensas luchas se celebraron las primeras elecciones en 1991: triunfó una alianza entre el Partido del Congreso y el Comunista Maoísta (PCM). En 1996 las fuerzas monárquicas forzaron una guerra civil que acabó en 2008 con el éxito de las guerrillas del PCM. Nacía la República de Nepal.
El pasado lunes 8 de septiembre pasado se desató una rebelión popular juvenil en la capital, Katmandú. El gobierno había decidido abrir un registro para regular el funcionamiento de las redes sociales y algunas plataformas. Pasado el tiempo y ante la resistencia a cumplimentar los requisitos exigidos algunas de ellas fueron suspendidas por las autoridades. Ese fue el motivo, en la superficie, del enojo.
Son medidas que están tomando varios gobiernos en el mundo para evitar la manipulación de la opinión pública con la utilización de noticias falsas o distorsionadas: ocurrió en el Brasil con la red X (ex Twitter), en Myanmar, en Pakistán, Irán, Etiopía, Turquía…
Los manifestantes salieron a reclamar la restitución de las redes suspendidas. El gobierno accedió pero los jóvenes “Z” (nacidos entre 1995 y 2012) desataron el terror, incendiaron el Palacio de Gobierno, la sede del Tribunal Supremo, el Parlamento, asesinaron a la mujer de un exministro, a otro lo desnudaron y arrojaron al río. Una reacción absolutamente desmedida y manipulada. También reclamaban contra actos de corrupción del gobierno. Consecuencias: renuncia del primer ministro y jefe del PCM Sharma Oli y otros funcionarios. Intervino el ejército. El saldo fue de 30 muertos.
Antecedentes
Tiene todas las características de una “revolución de color”. Los antecedentes más inmediatos en la región, que explican cómo el imperio va tejiendo una red de gobiernos hostiles a China y a India, lo encontramos por ejemplo en la guerra civil, estimulada por Occidente, en Myanmar (2021); en los disturbios en Sri Lanka (2022) sometiéndola a la dictadura del FMI; en la revolución de color en Bangladesh (2024) logrando instalar un gobierno pro Occidental; en el fallido autogolpe en Corea del Sur (2025); en el reciente conflicto fronterizo Pakistán-India provocado por células terroristas entrenadas por la CIA; en el enfrentamiento fronterizo entre las FFAA de Camboya y Tailandia; y en los disturbios en Indonesia justo cuando su presidente debía participar en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái en Tianjin (China) el 31 de agosto, y cuando el país atraviesa un acercamiento con China, además de ser la principal economía de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático.
Por otro lado es sospechoso que se desaten estos acontecimientos en Nepal, tras la histórica visita, luego de 7 años, del primer ministro Narendra Modi a China y el recibimiento que le brindó Xi Jinping, así como el crecimiento de asociaciones del Sur Global como los BRICS+ y la OCS.
Debajo de la superficie
En Nepal como en muchos otros países vienen operando cientos de ONG, con motivos humanitarios, reparto de alimentos, asistencia sanitaria, sobre todo en naciones empobrecidas. Conviven organizaciones honestas con verdadera vocación solidaria con otras que hacen un trabajo de zapa para en determinado momento utilizar su influencia y desestabilizar o voltear gobiernos que se desvíen de las reglas” establecidas por Occidente. Por ejemplo:
• CARE opera en 104 países y en Nepal desde 1978, tiene sede en EE UU., se dedica a empoderar a mujeres y jóvenes. Fundada en 1945 se especializa en el reparto de comida, en combinación con el complejo industrial agrícola de EE UU. Patrocinada por CBS News, National Geographic, Huffpost, CNN, BBC, Los Ángeles Time, Time, Washington Post, entre otras.
• Himalaya Children´s Charities realiza actividades de ayuda humanitaria y empoderamiento de jóvenes.
• Fundación Blink Now, con funciones similares y sede en EE.UU.
• Hami Nepal, fundada en 2015, organiza a jóvenes que protagonizaron esta revuelta. Aconseja ir a la movilización con libros, mochilas y vestirse con ropa de estudiante. Había conseguido autorización del gobierno para manifestarse en Katmandú.
Si hay efectivamente un cambio de gobierno en Nepal muy probablemente se vean afectada obras de la Nueva Ruta de la Seda. Por ejemplo está en etapa de estudio de viabilidad el ferrocarril que uniría Katmandú con la ciudad de Shigatse en el Tibet (China), obra de conectividad muy importante de alto costo ya que requiere de numerosos túneles y puentes para atravesar el Himalaya. También estaría en riesgo la posibilidad de desarrollar la obra ferroviaria Raxual (India)-Katmandú.
El gobierno y el pueblo
El imperio opera en casi todos los países. Con paciencia siembra elementos contra revolucionarios y financia organizaciones desestabilizadoras. Sus embajadas actúan como “influencers diplomáticos” que con equipos especializados saben tomar el estado de ánimo de los pueblos. Pero la caída de un gobierno como el de Nepal no solo se produce por razones externas.
Hay un importante componente interno, factores que paralizan a las masas que se ven defraudadas por incumplimiento de promesas y debilitamiento de la esperanza. Por caso, el gobierno del PCM tras 17 años en el poder no sancionó la prometida reforma agraria, tan esperada como necesaria. Y se lo acusa de corrupción y de establecer una burocracia acomodaticia.
Lo que ocurrió en Nepal debe servir para reflexionar y sobre todo tener en cuenta el costo que se paga si se gobierna sin estar pegado al pueblo. Los Z, manipulados, pudieron voltear un gobierno porque el pueblo estaba paralizado debido a muchas insatisfacciones.