Desesperados por conseguir descuentos, esta semana miles de padres protagonizaron por horas largas colas para poder comprar útiles a un mejor precio en las inmediaciones de la terminal de Once. No es para menos, Argentina tiene la canasta escolar más cara del mundo, según se desprende de un informe privado elaborado por el Estudio Miglino & Asociados con datos relevados en 12 provincias que arroja un costo promedio de casi 93 dólares en todos los elementos básicos para poder estudiar. Como contrapartida y de cara al comienzo de un nuevo ciclo lectivo, las familias cuentan con mercados alternativos, como el sector cooperativo que cada vez tiene más opciones para ofrecer. 

Este jueves, una de las librerías de Once que había publicado sus ofertas en las redes sociales colapsó. Madres, padres y tíos llegaron a esperar más de cuatro horas para ser atendidos. Faustina, que tiene dos hijas en edad escolar, lleva más de dos horas bajo el sol y por lo menos le falta otra más para poder entrar al negocio. La espera vale la pena. “Las 480 hojas de carpeta acá cuestan 10 mil pesos; y en mi barrio estaban entre 18 y 22 mil pesos”, le dice a las cámaras de los móviles de televisión. 

Roxana, de José C. Paz, tiene una hija y espera poder comprar un poco de todo. Tiene una lista de unos 30 útiles y piensa gastar unos 50 mil pesos. En otro negocio, cree, gastaría más de 100 mil. Vicenta, otra mujer que está en la fila, está acompañada de tres sobrinos y dos hijos. “Buscamos precio y vamos comprando de a poco. Muchas cosas se vuelven a usar como las mochilas, carpetas y cartucheras”, describe. Todas las mujeres entrevistadas coincidieron en señalar que era la primera vez en su vida que habían realizado semejante viaje solo para comprar los útiles de la escuela. Del otro lado, menos promocionados, emerge un sector alternativo.

útiles

Devolver a la sociedad

Creando Conciencia es una cooperativa de trabajo enclavada desde hace más de 20 años en Benavídez, Tigre, vinculada a la valorización de los residuos reciclables, a su tratamiento y a la disposición final. Supo tener 30 asociados fundadores y hoy más de 100 las familias dependen de este emprendimiento.

Fuimos el primer asilo sustentable cooperativo habilitado hace más de 10 años por el ex OPDS, actual Ministerio de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires, porque en su momento las cooperativas ni siquiera tenían la posibilidad de hacer un asilo sustentable aún teniendo las tecnologías y las mismas cuestiones de trabajo que una empresa de capital”, esgrime orgulloso a Tiempo Ramiro Martínez, presidente de Creando Conciencia.

Desde 2016, este colectivo de trabajadores orientó la producción al mobiliario urbano como sillones, bancos, mesas, reposeras, huerteras y composteras; pero, apenas terminada la pandemia, lanzaron un “kit escolar” para el inicio de las clases, elaborado “con un material que casi nadie trata en la Argentina, que es el poliestireno expandido, conocido como Telgopor, con el cual nosotros generamos, diseñamos y armamos un packaging compuesto de una regla, un transportador, una paleta de pinturas y una escuadra, en donde todo ese producto, ese residuo, que tendría un impacto ambiental negativo, genera un impacto ambiental positivo, una devolución a la comunidad y además crea nuevos puestos de trabajo”. 

Este kit tiene un valor de 2.645 pesos más IVA y está considerablemente más bajo que en otros comercios. “Los aumentos y la ruptura de la cadena comercial en este inicio de clases nos impacta de lleno. Bajó bastante la venta. No puedo ser optimista. Si bien sostenemos los puestos de trabajo, dejamos de crecer como veníamos haciendo los últimos dos años”, remarca Ramiro, quien admite: “Nosotros no solo que comercializamos este producto, sino que siempre hacemos campañas para donarlos, porque entendemos que esta devolución a la comunidad tiene que ser integral”.

“Somos una cooperativa y por nuestra base fundacional, como entidad de la sociedad organizada, por ejemplo, hace dos años hicimos una campaña en donde donamos un kit por cada uno que se comercializaba. Así llegamos a 20 mil chicos de diferentes escuelas rurales de todo nuestro país”, detalla el presidente de Creando Conciencia

Con la misma lógica, hace unos días, participaron de una feria en Almirante Brown en donde además de comercializar el producto, donaron parte de los kits a otras cooperativas de la zona, para poder llegar a las familias de los asociados, pero también a los alumnos de escuelas y jardines de infantes de la región.

“En el movimiento cooperativo y la confederación que nos representa, estamos en estado de alerta ante la situación tan compleja que vive, no solo el sector, sino la comunidad en general y los trabajadores. No podemos pasar por alto esta situación. Estamos constantemente participando en mesas de trabajo. No podemos mirar para el costado”, concluye Ramiro.

Los útiles más caros del mundo

Según el informe elaborado por el Estudio Miglino & Asociados, en promedio un cuaderno de tapa dura (de 16 x 21) cuesta $ 4.900; una carpeta número 3, $ 5.900; repuesto de 480 hojas $ 12.800; marcadores x 12, $ 6.900; lápices de colores x 12, $ 2.900; un lápiz negro $ 900; lapicera a tinta, $ 9.700; birome, $900; mochila, $ 20.800; cartuchera, $ 8.900; goma de borrar, $ 900, y una plasticola, $ 1.400.

“Esta encuesta la venimos haciendo hace dos años. La hacemos siempre a principios de año, para darles a los padres una idea de cómo están las cosas. Es la primera vez que tenemos un guarismo tan alto en dólares”, señaló a Tiempo Javier Miglino, quien está al frente de la consultora. Los relevamientos previos habían arrojado un costo de 75 dólares en 2023 y 66 en 2022.

En comparación con otros países, Argentina se ubicó con la canasta de útiles más cara. El trabajo realizado por esta consultora detalló que en Estados Unidos, los mismos productos, tienen un valor en promedio de U$S 66; en Brasil, U$S 65 y en México, U$S 44.