El colapso de servicios, el daño ambiental y la inminente inundación del barrio, son los problemas principales del reclamo. Advierten que con el tiempo se van a perder muchos espacios de encuentro del lugar que los vecinos eligieron para vivir.
A medida que cada barrio fue afectado por la construcción invasiva de torres y edificios, miles de personas comenzaron a tomar conciencia: Nuñez, Belgrano, Villa Ortuzar, Colegiales, Caballito y Devoto, empezaron a sumarse a este reclamo general. Más tarde Palermo, Villa Urquiza, Villa del Parque y Chacarita, también. Por esta razón, en las últimas semanas, el colectivo Amparo Ambiental Chacarita, presentó ante la Legislatura porteña un proyecto de ley (Exp 1199-P-2023) para que se vuelva a los parámetros constructivos anteriores a la sanción del nuevo código urbanístico.
“Todo este movimiento comenzó cuando empezamos a ver que había muchas obras en construcción y mucho terrenos en venta. Este es un barrio con un paisaje de casas bajas. Antes se construían edificios de hasta tres pisos más uno de retiro, y ahora está habilitada la construcción de torres”, explica a Tiempo Malena Rimedio, integrante del Colectivo Amparo Chacarita. Los cambios en Chacarita no fueron paulatinos, en poco tiempo había cientos de casas en venta, decenas de obras avanzadas y la inauguración de varios edificios nuevos.
“Como ocurre en otros barrios, redujeron el pulmón de manzana y ahora permiten construir en las esquinas, esto está teniendo un impacto muy fuerte en el área y los vecinos se están movilizando cada vez más”, agrega.
El proyecto presentado contiene tres puntos centrales: bajar las alturas de las nuevas construcciones, proteger el corazón de las manzanas y limitar los usos. Éste último punto, protegería al espacio público del descontrol comercial. “Chacarita es el barrio que elegimos para vivir, es el barrio que queremos como lugar de encuentros, que si lo llenamos de departamentos pequeños, difícilmente las familias podrían criarse como lo hemos hecho nosotros, y por lo tanto hay ciertas otras relaciones y lugares del barrio que van a ir desapareciendo”, analiza en diálogo con Tiempo Lía Bachmann, del Colectivo Amparo Chacarita.
Para Bachmann, otro punto importante es lo que ocurre con el agua. Con los años, el barrio de Chacarita dejó de ser un espacio inundable ante la aparición de diferentes precipitaciones, “pero en la medida que se construyan más edificios, que se pavimenten calles y terrenos que funcionan como suelo absorbente, habrá menos infiltración del agua y más escurrimiento y esto tiende a ir a las bocas de tormenta y a generar inundaciones”.
La resistencia de vecinal de otros barrios, logró poner coto a las construcciones, por ejemplo en las Lomitas de Nuñez y en dos zonas de Belgrano: el Bajo Belgrano y el conocido como Barrio River. Si bien el proyecto de las y los vecinos de Chacarita ya se encuentra en la Legislatura porteña, ahora deberá transitar por las diferentes comisiones y llegar al recinto. Mientras llega ese momento, los grandes desarrolladores inmobiliarios avanzan con el armado de nuevos emprendimientos en el barrio a un ritmo vertiginoso.
“Lo que preocupa en algún punto también es la escala, la velocidad en la que esto sucede y la cantidad de construcciones que hay en nuestro barrio, pero lamentablemente esto está sucediendo en todos los rincones de la Ciudad”, cuenta Vera Czemerinski.
La vecina de Chacarita asegura que ya se está empezando a sufrir el colapso de los servicios: “la presión del agua que ya está bajando, los servicios eléctricos, porque para poder tener más presión de agua hay que poner más bombas que ayuden, y esto representa más consumo eléctrico. Todo esto repercute, más allá del funcionamiento de las eléctricas, en los cortes masivos de energía en toda la Ciudad”, agrega y concluye: “hay un panorama general que nos preocupa y desde Chacarita lo que podemos hacer es el paso a paso local para resistir este avance”.
El jueves 11 de mayo, el oficialismo en la legislatura porteña, sancionó la eliminación del 80 % del impuesto a la plusvalía para los desarrollos inmobiliarios destinados a vivienda que se edifiquen en los barrios de Barracas, Boedo, Constitución, La Boca, San Cristobal, Parque Patricios, y Parque Chacabuco; al igual que Flores, Floresta, Nueva Pompeya, Villa Luro y Soldati, entre otros tantos. El objetivo del cobro de la plusvalía en su momento, fue para obtener un rédito de las obras que se iban a realizar. Esta quita impositiva sancionada el jueves pasado, podría empeorar mucho más la situación, teniendo en cuenta que ahora las desarrolladoras inmobiliarias no tendrán que dejarle prácticamente nada a la Ciudad.
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