La memoria es un proceso constante. Es un compromiso colectivo que se nutre cada día. El pasado sábado, por la tarde, el Club Atlético Vélez Sarsfield celebró un acto de memoria en su estadio al colocar dos baldosas en honor a Oscar Rubén De Gregorio Marconi y Horacio Oscar Mérega, hinchas del club que fueron secuestrados y desaparecidos por la última dictadura cívico-militar.

Este evento fue organizado por el colectivo Fortinerxs Memoriosxs, creado en 2019 por un grupo de hinchas comprometidos con la defensa de los derechos humanos. Desde su fundación, este conjunto trabaja para recuperar y difundir las historias de los socios y socias de Vélez que fueron víctimas de la represión ilegal.

Con estas nuevas placas, el club suma 17 nombres que reflejan la historia oscurecida por la violencia del terrorismo de Estado. La jornada reunió a familiares, simpatizantes, miembros de la organización y vecinos, quienes acompañaron el acto con un profundo respeto y reconocimiento a aquellos que ya no están.

Oscar, apodado El Sordo, era sociólogo y padre de dos hijos. Militaba en los grupos Descamisados y Montoneros. Fue arrestado en Uruguay, logró escapar, pero finalmente fue recapturado y trasladado a la ESMA, donde fue asesinado. Por su parte, Horacio, conocido como El Cholo, era estudiante de Biología y militante de la UES y Montoneros. Fue detenido junto a su compañera Laura Mujica y a Carlos Ocampo en Villa Adelina. Desde entonces, su rastro se perdió.

Vélez homenajeó en su estadio a dos hinchas desaparecidos en la dictadura

Flavio Gabaldón, miembro de Fortinerxs Memoriosxs, relató cómo comenzó este proyecto y lo que los impulsa: 

“Empezamos en 2019 con la idea de rendir homenaje a los compañeros de Vélez. El primer homenaje fue una baldosa para Susana Rosa Smile, una nadadora del club que fue campeona en los años 60. Su hijo Pablo nos pidió que se ubicara en Vélez, donde ella se sintió plena. A partir de esa acción, nos unimos a la Coordinadora de Derechos Humanos del Fútbol Argentino y comenzamos a conectarnos con otros clubes”.

Clubes como Banfield, Ferro, San Lorenzo, Argentinos Juniors, Huracán, Morón y Lanús también participan de esta red.

En todos estos lugares, la memoria y el fútbol se entrelazan. “Lo que nos une es la lucha por los 30.000. Más allá de las rivalidades, el trabajo es común. La camiseta que nos agrupa es la de la memoria. Nos une tanto la celeste y blanca como los pañuelos de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo”, explicó Gabaldón.

El trabajo de investigación es detallado y colaborativo. “Identificamos 17 historias de socios e hinchas, pero muchas veces, lo único que tenemos es un nombre. Desde ahí, iniciamos una búsqueda meticulosa, consultando archivos, hablando con familiares y compañeros de hinchada. Cada historia es un puzzle que vamos armando con paciencia”, relató.

Una de las historias más impactantes es la de Omar Cherif Aine Rojas, conocido como el Chileno. Exiliado en Argentina desde su juventud, estudiaba en la Escuela Técnica 35 de Villa Luro y militaba en la UES junto a su amigo Alberto Barba. Apasionado del fútbol, se integró a la barra de Vélez en los años 70. El 11 de septiembre de 1977, después de un partido contra Quilmes, fue secuestrado. Fue llevado al Pozo de Quilmes, donde días más tarde su hermano también fue detenido, pero logró sobrevivir. Su madre fue una de las Madres de Plaza de Mayo.

“Esta historia es particularmente simbólica porque el secuestro de Omar ocurrió justo saliendo del estadio. Los clubes eran más que lugares de deporte, eran espacios de pertenencia y de represión. Muchas de nuestras historias están marcadas por el fútbol, pero también por el barrio y las murgas que en esos tiempos reunían a multitudes. El deporte fue siempre un espacio donde se cruzaban muchas luchas”, destacó Flavio.

Este año, la relación entre Fortinerxs Memoriosxs y el club dio un paso importante.  “Durante mucho tiempo, los clubes se distanciaron de estos temas, diciendo que no tenían que ver con el fútbol. Pero la realidad es que la pasión política y la pasión deportiva siempre estuvieron unidas. Los derechos humanos no pueden estar separados del deporte”, señaló Gabaldón.

En la previa del partido contra Deportivo Riestra, el 28 de marzo, se vivió un momento histórico: el primer equipo posó con una bandera que decía «Vélez tiene Memoria», mientras en las pantallas del estadio se proyectaban los rostros de los 17 hinchas desaparecidos y la voz del estadio los nombraba uno por uno.

“Fue una experiencia increíble. La tribuna mostró un respeto profundo. Los familiares que estaban presentes no olvidarán el aplauso de la hinchada. Ahora, nuestro objetivo es consolidar este trabajo y que se cree un área de derechos humanos dentro del club”, concluyó Flavio Gabaldón.

En un contexto donde resurgen voces negacionistas que buscan minimizar lo vivido, actos como el del sábado son una reafirmación del compromiso con la memoria. Recordar es una forma de justicia.