Los venezolanos fueron este domingo a las urnas para elegir a los gobernadores de los 23 estados federados del país en comicios que transcurrieron en general con tranquilidad y aguardaban los resultados con el mismo clima de calma.

Aunque poco más de 18 millones de personas estaban habilitadas para votar, la tasa de concurrencia era incierta debido a que el sufragio no es obligatorio y mudanzas de última hora de numerosos centros de votación -denunciadas por la oposición y admitidas por el Consejo Nacional Electoral (CNE)- dificultaron la asistencia.

El presidente Nicolás Maduro afirmó, poco antes de que cerraran los centros de votación, que el proceso electoral era “un éxito total” y un “triunfo total de la democracia”, y sostuvo, sin dar datos, que el nivel de participación de los ciudadanos era “muy superior al de 2012”, cuando se efectuaron las anteriores elecciones de gobernadores, según reportaron las agencias ANSA y EFE.

La presidenta del CNE, Tibisay Lucena, aseguró que 99,92% de las mesas de votación estuvieron abiertas y funcionando con normalidad desde la mañana, y que el trámite electoral se realizaba con tanta fluidez que cada ciudadano demoraba “apenas segundos” en cumplirlo.

Sin embargo, varios dirigentes opositores denunciaron el cierre de mesas de votación, cortes de electricidad que afectaron el dispositivo electrónico con el que se cumplen los comicios -principalmente en el estado andino Táchira-, retrasos deliberados en el funcionamiento del sistema y la presencia de grupos de simpatizantes chavistas armados con la finalidad de amedrentar a los votantes opositores en varias zonas de Caracas.

De todos modos, las dificultades fueron minimizadas por uno de los principales referentes de la oposición y presidente de la Asamblea Nacional (AN, parlamento), Julio Borges.“Los problemas que habíamos tenido en la mañana han sido superados; la gente se ha volcado a la calle a votar; los incidentes son muy particulares, no masivos”, dijo el legislador, según consignó el diario El Nacional.

Las de hoy fueron las primeras elecciones en casi dos años a las que concurrieron tanto el chavismo como la oposición.