En medio de la tensión con los gobernadores y a horas de que el presidente volviera a calificarlos como “traidores”, el ala dialoguista del oficialismo agitó -otra vez- la bandera blanca de la paz. En el marco de la conmemoración por los 211 años de la Batalla de Salta, la vicepresidenta, Victoria Villarruel, y el ministro del Interior, Guillermo Francos, viajaron a esa provincia para presenciar la celebración que encabezó el mandatario local Gustavo Sáenz.

También la visita contó con la presencia de los gobernadores norteños Osvaldo Jaldo (Tucumán), Carlos Sadir (Jujuy), Raúl Jalil (Catamarca) y Hugo Passalacqua (Misiones). Se trata del primer encuentro protocolar entre funcionarios nacionales y gobernadores desde la caída de la ley ómnibus.

El operativo reconstrucción lo inició el lunes por la tarde la vicepresidenta, quien fue recibida en la Casa de Gobierno salteña por el jefe provincial mientras desde Corrientes Javier Milei despotricaba contra la Cámara de Diputados. Con vuelo propio, Villarruel llegó a la provincia el domingo por la tarde. Después del cónclave con el dueño de casa, la vice recibió al resto de los mandatarios y según pudo reconstruir este medio, se mostró abierta a escuchar los reclamos que se enfocaron en los fondos para el transporte público y los salarios docentes.

El difícil cariño salteño

El martes fue el turno de Francos. Mientras los presentes se abuchonaban con empanadas y asado a la espera del quesillo que llegaría de postre, el ministro del Interior sacó a relucir su locuacidad para aplacar la tensión. En tándem, los gobernadores reclamaron al ex funcionario bonaerense que el oficialismo revea la eliminación de los fondos fiduciarios, caja indispensable para las provincias. Aunque el ministro prometió hacer llegar la queja, la decisión está en manos de su par de Economía, Luis Caputo, dueño de la billetera gubernamental.

Si bien desde el círculo de Francos insisten en advertir que “el diálogo con los gobernadores nunca se cortó”, este es el primer gesto de acercamiento público que tiene el gobierno para con los caciques provinciales, que ya no ocultan su impaciencia ante los modos inexpertos del libertario.

La elección de Salta como primer destino no es casual. Desde que Javier Milei fue electo presidente, en el Norte se mostraron complacientes con el libertario y sus reformas. Sáenz fue el primer gobernador en reunirse con Frascos y el jefe de Gabinete Nicolás Posse y se comportó como un aliado ideal después de que su provincia aportara un consistente 55% de votos para que el ahora presidente llegue a Balcarce 50, un resultado que su amigo Sergio Massa aún mira con recelo.

A pesar de su versatilidad de adaptación, para el libertario el gobernador no hizo lo suficiente para aprobar las reformas de la mega ley y fue castigado con la eyección de Flavia Royón de la Secretaría de Minería.

La decisión enfureció al salteño que salió a despotricar contra el libertario. «No nos vamos a arrodillar ante nadie. Acá no hay traidores. Acá no hay mentirosos. Acá hay gente de bien que están pagando las consecuencias de muchos», dijo en un acto aplaudido de pie.

Aunque el discurso oficial dicta que “las provincias deben arreglarse solas”, lo cierto es que el contraataque de Sáenz, que se sumó al del cordobés Martín Llaryora quien también advirtió que su provincia “no va a arrodillarse”, decidió al ala dialoguista del oficialismo a dar el primer paso para recomponer los vínculos. 

Masaje cardíaco en medio del tiroteo

La necesidad de cerrar acuerdos radica en la decisión del oficialismo de revivir la fallida ley ómnibus. Después del fracaso que significó la misma en materia de negociación, las primeras figuras del gobierno saldrán a buscar apoyos en las provincias y dialogarán con los dueños del bastón de mariscal, que hasta el momento sólo habían tenido como interlocutores formales a sus diputados. 

Si bien sus funcionarios saben que no podrán moderar el discurso presidencial desde que el mandatario está dispuesto, como él mismo dijo, a “ir a fondo con sus reformas”, el resto de las figuras del gobierno trabajarán en las sombras para arreglar lo que rompe el libertario. De conseguir un poroteo importante, el gobierno volverá a enviar el proyecto Bases una vez iniciado el período de sesiones ordinarias el próximo 1 de marzo.

La próxima visita oficial también la encabezará Guillermo Francos. El ministro viajará a Mendoza a participar de la Fiesta de la Vendimia tras aceptar la invitación del radical Alfredo Cornejo, quien se encuentra en plena disputa con el presidente de su partido, Martín Lousteau, por la posición que debe adoptar el radicalismo ante el gobierno y los agravios del presidente. Aunque no se descarta, hasta el momento no está confirmada la presencia de otro funcionario en la provincia.