“Creo que es una experiencia diferente a lo que una película convencional nos tiene más habituados, especialmente a través de las plataformas y de lo que se pasa en la televisión”, invita con humildad Fernando Spiner a ver su último film, Weser, una ficción documental que, frente al mar, especula poéticamente sobre la relevancia de la muerte en la vida. Sin embargo, la palabra clave de su invitación es experiencia: la película, surgida y rodada en su mayoría durante la cuarentena por Covid, resulta un viaje a ese pasado reciente, un recuerdo de aquella ingenuidad que nos hizo reflexionar sobre múltiples cosas: cómo la muerte pone en valor la vida y cómo el arte, esa forma de ilusión infantil de trascendencia, nos une en el deseo de permanecer en mentes, cuerpos y afectos una vez que el ciclo biológico llega a su fin.

“Es un tipo de película que solamente en el contexto de lo que es el cine independiente se puede llevar a cabo porque no tiene ninguna especulación en sí -completa la invitación-, sino sumar al espectador a una reflexión y a una vivencia.” En ese camino, que no aburre, con los protagónicos de Daniel Fanego, Valeria Lois y Luis Ziembrowski —y la ayuda de muchos otros amigos— Spiner inicia su recorrido cronológicamente con la llegada de sus bisabuelos ucranianos a la Argentina, huyendo de los pogromos de la década de 1880. “Te lleva adentro del océano y, adentro del océano, te detiene un poco de esta vorágine cotidiana que vivimos, en la que estamos un poco perdidos.” El océano es el mismo en el que su bisabuelo llegó en el Weser del título, y es el que baña la costa de Villa Gesell, la ciudad en la que transcurre prácticamente toda la película.

“Weser”: una mirada poética sobre la vida y la muerte
Luis Ziembrowski en Weser.

“El núcleo del experimento trata de la verdad, la ficción, la representación, todo mezclado. Lo imaginado, lo vivido, todo junto como una gran verdad. Ahí está la idea de actores que hacen de personas reales que se ven, actores que hacen de personas reales que no se ven, personas reales que hacen de sí mismas, y todo tomado como un juego, que a la vez es una ficción.” La ficción es la verdad del film y tiene la capacidad de trasladar sin contaminación a ese momento de la cuarentena.

Técnicamente, Weser comenzó con la escritura del guion con Aníbal Zaldívar, con quien había escrito La boya. “Pero todo fue de mucho descubrimiento, las cosas fueron sucediendo, como lo de Fanego, digamos” (el actor estaba en tratamiento por la enfermedad por la que terminó muriendo, pero igual quiso sumarse). “Fanego era mi amigo, habíamos hecho películas y series juntos, teníamos un guion de una película para hacer juntos, que escribimos juntos.” Spiner continúa enumerando una serie de intercambios de afecto y amistad con el actor, que incluye la inspiración en él mismo para componer el personaje que protagonizó en El Inmortal.

“Weser”: una mirada poética sobre la vida y la muerte
Daniel Fanego en uno de sus últimos trabajos

La muerte como parte esencial de la vida es un tema de Weser. “La muerte es lo que le da sentido a todo, lo que le da sentido a la vida -comenta-. Y en algún lugar me parece que esa reflexión, que termina siendo un poco la opinión de la película, la hace luminosa; hace que la película no sea un bajón, sino que salgas con ganas de vivir.” En cambio, la especulación de que la muerte también es esencial para que el arte suceda es una reflexión a la que invita sin proponérselo. “El acto artístico, la expresión artística es trascendente justamente porque las cosas son como son; digamos, porque la muerte existe y es algo que nos va a suceder a todos.”

Así, también sin intención alguna y porque se presenta al público cinco años después de su génesis, Weser funciona como una especulación sobre las posibilidades creativas que muchos le asignan a la inteligencia artificial. “La película es muy artesanal, y creo que justamente lo artesanal y lo vivencial —porque la película también es muy vivencial— es con lo que podemos confrontar a la inteligencia artificial. Yo quiero creer que nunca habrá algo como la vivencia; lo demás es como enunciaciones de las cosas, o acercamientos, pero la vivencia es lo que sentí a lo largo de toda mi vida haciendo cine. Y creo que eso, en algún sentido, siendo generacionalmente tan lejano de la inteligencia artificial —pensá que yo escribía mis guiones con una máquina de escribir, corregía con la cintita blanca, filmé películas en super 8, en 16 y en 35 milímetros, o sea, quiero decir, soy generacionalmente lejano de todo esto— también lo soy éticamente. Creo que la vivencia y lo artesanal, eso que uno hace con sus manos, con su pasión, con su deseo, descubriendo las cosas, recorriendo un camino de vivencia que te lleva a adquirir opiniones y volcarlas, es un proceso para mí irreemplazable.”

“Weser”: una mirada poética sobre la vida y la muerte

Pero contra ese proceso de creación artesanal apunta toda la política cultural de Milei. Entonces surge la pregunta, no sobre la fe en el cine, sino en las posibilidades de su producción para que esté en condiciones de convertirse en arte. “Conservo altamente mi fe, porque creo que el cine es la función de una sociedad y siempre va a existir. A la vez estoy preocupado por lo que estamos viviendo en Argentina a todo nivel, y al cine no le escapa esta idea de la destrucción de la industria nacional. Y también de ciertos valores que se están imponiendo relacionados con la falta de solidaridad. Pero somos seres que llevamos la luz y la oscuridad, y depende de cómo nos posicionemos frente a la realidad y cómo estemos dispuestos a transformarnos y a crecer.”

Las palabras de Spiner tienen la elocuencia de su película: la muerte es parte de la vida, así como no hay vida sin cambio. “Todo cambia, esto también tiene que cambiar. Esta idea del odio y de la no inteligencia, del desprecio por el saber y por la cultura, y todo eso tiene que cambiar. De hecho, eso no es absoluto en toda la sociedad. Hay una sociedad que está siendo muy influenciada por los medios y por este fenómeno de las redes también, pero hay otra sociedad que convive con esa, que también sigue valorando el conocimiento, la emoción y la expresión artística. Ahí hay una pugna de la que estoy seguro tiene que salir algo luminoso y tiene que volver a prevalecer.”

Weser

Dirección: Fernando Spiner. Guión: Aníbal Zaldívar y Fernando Spiner. Reparto: Daniel Fanego, Valeria Lois y Luis Ziembrowski. Aníbal Zaldívar, Fernando Spiner, Guillermo Saccomanno, Adriana Lestido, Ricardo Roux, Leonardo Castellani y Eduardo Spiner. Voz en off: Sergio Lerer. Estreno: 4 de diciembre. En cines.