Álvaro Yunque escribía de noche y dormía de día. Soñaba y abarcaba múltiples géneros: fue cuentista para adultos y niños, ensayista, dramaturgo, historiador, poeta, y hasta hizo aforismos y haikus. Y todas las aristas de su inspiración -con su mirada social al frente- pueden verse en la muestra Álvaro Yunque. El profeta de Boedo, en las salas Leopoldo Lugones y María Elena Walsh de la planta baja de la Biblioteca Nacional. Hasta el 2 de noviembre, los espectadores se sumergirán en el universo de este polígrafo tan emblemático de las izquierdas criollas.

“Álvaro Yunque. El profeta de Boedo”, el escritor que empuñó la palabra como un arma política

La exposición, que se puede visitar de lunes a viernes de 9 a 21 y sábados y domingos de 12 a 19, busca “dar cuenta de la integralidad de su obra, tomando como punto de partida el abordaje de su fondo personal, resguardado desde 2012 por el Departamento de Archivos de la Biblioteca Nacional”, dice la comunicación oficial de la muestra, sobre las más de sesenta cajas con todo tipo de materiales y documentos en torno a las diversas facetas del narrador y ensayista: fue uno de los símbolos del Grupo de Boedo que publicaba en la Editorial Claridad y revindicaba la función social de la literatura.

Álvaro Yunque también se volcaba a la traducción, la preparación de antologías, los prólogos, el periodismo, el lunfardo y la correspondencia.

“Álvaro Yunque. El profeta de Boedo”, el escritor que empuñó la palabra como un arma política

 De nombre original Arístides Gandolfi Herrero, nacido en 1889 en La Plata y fallecido en 1982 en Tandil, es mayormente recordado por su literatura infantil: la muestra en la Biblioteca Nacional busca hacerle justicia a su variedad. “Hay cierto olvido acerca de su figura, tomando en cuenta que él fue un escritor importante desde los años ’20 hasta los ’60”, señala Emiliano Ruiz Díaz, coordinador de la exhibición e investigador de la Biblioteca Nacional.

Ante todo, “Yunque se caracterizó por ser un polígrafo y es lo que queremos mostrar”, dice. ¿Cómo lograron la mayoría del acervo en exhibición? “Su hija, Alba Gandolfi, donó treinta y siete cajas con miles de documentos: hay decenas de inéditos, manuscritos y textos mecanografiados, fotografías, proyectos, afiches y más de mil cartas de Yunque con diferentes intelectuales y referentes de la política -repasa Ruiz Díaz-. Pusimos todo en valor en este formato de exposición”.

“Álvaro Yunque. El profeta de Boedo”, el escritor que empuñó la palabra como un arma política

Al revisar y seleccionar el material, a Ruiz Díaz le llamaron la atención, justamente, “las más de mil cartas, la gran cantidad de inéditos, los originales de los trabajos de Yunque” y, entre tanto legado, un incunable: “El manuscrito original de Calfucurá. La conquista de las pampas, un ensayo historiográfico que publicó en el ’56 y en el que desde las izquierdas reivindica por primera vez al indígena como sujeto político activo. El libro tiene su puño y letra y jamás había sido mostrado”, revela Ruiz Díaz.

“Álvaro Yunque. El profeta de Boedo”, el escritor que empuñó la palabra como un arma política

También le fascinó encontrar “noventa cuadernos escolares de primaria, tipo Rivadavia, donde Yunque anotó durante toda su vida pensamientos que extraía de sus lecturas. Son aproximadamente quince mil pensamientos numerados, manuscritos, con referencias a Nietzsche, Dostoievsky, Gandhi, José Hernández, Tolstoi, Platón y Aristóteles”, dice. Yunque luego incluía muchos de esos pensamientos como epígrafes o citas dentro de sus cuentos o en sus libros historiográficos. “Hay una biografía de Leandro N. Alem, uno de sus mejores trabajos, y, al final, un apéndice de pensamientos del líder radical”.

El trabajo de laboratorio muestra “a un hombre muy convencido de que a partir del pensamiento breve y contundente se podía transformar las conciencias”, amplía Ruiz Díaz, consciente de que “todavía queda por exhumar muchísima obra de Yunque para publicarla”. ¿Por qué quedaron inéditos tantos de sus cuentos y producciones? Prosigue el investigador: “El 1° de julio, en la inauguración de la muestra estuvo de casualidad la nieta, ya que vive en Estados Unidos. Ella contaba que su abuelo era un escritor compulsivo, de noche, y que hasta antes de morir siguió escribiendo poesía”.

“Álvaro Yunque. El profeta de Boedo”, el escritor que empuñó la palabra como un arma política

Así, Álvaro Yunque “terminaba un trabajo y arrancaba otro” y, ya en los ’60 y ’70, “cuando había cambiado el campo de relaciones literarias y culturales, empezó a quedar un poco más olvidado. Pero en vida editó más de cincuenta libros”, evoca Ruiz Díaz. Y ofrece otro dato: “Gito Minore, que dirige Clara Beter Ediciones y que participó con un artículo para el catálogo de la muestra -que puede descargarse gratis-, publicó algunos de sus poemarios inéditos en 2017 bajo el título Luces malas. Nosotros ahora damos cuenta de ese material”

Álvaro Yunque, un escritor comprometido con su tiempo

Álvaro Yunque fue un hombre de izquierda siempre comprometido con su tiempo, define Ruiz Díaz: “Comenzó siendo ácrata; después viró más hacia el socialismo de La Vanguardia, que dirigió, y luego se incorporó al Partido Comunista. Pero también estuvo en los frentes por la paz mundial. Yunque tuvo un pensamiento profundamente antiautoritario, apeló a un universalismo ecuménico y mostró una característica propia del Grupo de Boedo: abrevó en el cristianismo como una opción por los pobres”.

Ante todo, “Yunque siempre tuvo un compromiso con la palabra: creía que a partir de la pedagogía de la literatura se podía intervenir en la realidad”. Y, en su veta de autor infantil, en la muestra se pueden ver “las cartas que le mandaban los chicos de distintos colegios agradeciéndole por sus libros y pidiéndole más”, cuenta Ruiz Díaz. “Pero ya después de su muerte hubo una retracción, quizá porque su literatura fue realista, cruda y también dolorosa: incluía chicos proletarios, explotados por sus padres y maltratados en el colegio, así como niños vagabundos”.

Es un acto de justicia. La muestra “busca recuperar una estética que tuvo mucha pregnancia hace menos de cien años”, dice Ruiz Díaz. Los espectadores se sorprenderán con la variedad literaria de Yunque. Pero hay más: “También podrán ver fragmentos de Barcos de papel, la película de 1963 que hizo Román Viñoly Barreto sobre uno de sus libros más conocidos. Y se encontrarán con su correspondencia con gente del Grupo de Boedo, como Leónidas Barletta y Elías Castelnuovo, e incluso con Atahualpa Yupanqui. Quien venga se va a enterar de quién fue Álvaro Yunque en todos sus caminos”.