En busca de acordar el protocolo adecuado que permitiría la reapertura de las salas de cine en los distritos de la provincia y la ciudad de Buenos Aires, el jueves pasado los representantes de las empresas exhibidoras mantuvieron reuniones con las autoridades sanitarias y culturales de ambas jurisdicciones. De las mismas fueron parte tanto la FADEC, Federación de Cines Nacionales e Independientes, como los responsables de las cadenas de cine Showcase, Multiplex, Cinema Devoto y Cinépolis, entre otras. Los mismos mantuvieron por la mañana una reunión presencial con el ministro de salud porteño Fernán Quirós y su par de cultura, Enrique Avogadro, mientras que por la tarde hicieron lo propio de forma virtual con Augusto Costa, ministro de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de la provincia. Según manifestaron fuentes de ambas partes, los dos encuentros resultaron muy positivos con vistas a la reapertura de las salas cinematográficas en el AMBA.

Las reuniones se realizaron con la experiencia exitosa de la reapretura de salas en casi una decena de provincias y la aprobación a mediados de enero del Protocolo para la Reapertura de Salas y Complejos Cinematográficos de la República Argentina, publicado por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), como antecedentes. En dicho documento, redactado gracias a un trabajo colectivo realizado entre el Ministerio de Cultura de la Nación y las mismas empresas exhibidoras, se establecen una serie de normas de seguridad indispensables para que el sector pueda retomar su actividad de forma segura, tras once meses de completa inacción.

Aunque los funcionarios se manifestaron de manera positiva ante el reclamo del sector y prometieron trabajar de manera intensiva para que la apertura de los cines se produzca antes de fin mes, también expusieron algunas dudas. Sobre todo en lo relacionado a los detalles más delicados de los protocolos publicados, aquellos que todavía siguen generando inseguridad entre las autoridades. Se trata de todo lo relacionado a tres cuestiones específicas: el aforo, o porcentaje de ocupación de las salas; la aplicación y control de la distancia entre los espectadores; y la circulación de los mismos por los espacios públicos de los complejos. 

En relación al primero, los representantes de los exhibidores tomaron como precedente lo que ya ocurre con las salas teatrales, que reabrieron sus puertas a mediados del mes de noviembre. Inicialmente el porcentaje de ocupación autorizado para los teatros era del 30%, pero hace menos de una semana ese límite se amplió hasta el 50%. En cuanto a la distancia obligatoria entre espectadores durante la función, el protocolo publicado por la SRT mantiene la medida de un metro y medio como estándar, estableciendo una burbuja de dos butacas desocupadas entre cada espectador o grupo de espectadores y una fila libre de por medio.

Pero la cuestión que más inquieta a las autoridades de ambas administraciones es la posibilidad de que se produzcan amontonamientos a la salida o la entrada de las salas durante los cambios de función. Para ello, los complejos multisala han reducido la cantidad de proyecciones diarias, pasando de las cinco o seis que se realizaban antes de la pandemia, a solo tres por día. Esta nueva grilla permitiría no solo que el público de una función se cruce con el de la siguiente, sino que le daría tiempo a las empresas para realizar la higiene y desinfección adecuada de las salas.

Desde las mismas se manifiestas optimistas respecto de la posibilidad de hacer cumplir de manera efectiva estas normas de seguridad. Y ponen como ejemplo lo que ya ocurre en las provincias de Córdoba, Entre Ríos, Jujuy, Mendoza, Chubut, La Pampa, Tierra del Fuego o Santiago del Estero, donde los complejos cinematográficos regresaron a la actividad hace tres semanas sin que se registraran problemas de mayor gravedad.

Los funcionarios porteños se comprometieron a realizar una serie de visitas a establecimientos de distintas cadenas, para confirmar que los protocolos establecidos puedan ser realizados en la práctica tal y cómo las empresas lo prevén en la teoría. Después de eso, las autoridades de ambas jurisdicciones terminarán de trabajar en la sintonía fina de los protocolos. Y una vez que esté todo listo, solo restará que extiendan el pedido a la Jefatura de Gabinete nacional, dependencia encargada de dar el visto bueno definitivo que permita el reinicio de la actividad. Recién entonces porteños y bonaerenses podrán volver a disfrutar de ver películas como el dios del cine manda.