Tinelli. Moyano. Russo. Tapia. Lammens. Angelici. Macri. Esos son hoy los apellidos más importantes de la política futbolera. Los primeros cuatro se disputan la presidencia de la AFA, que se renovará en julio. Los últimos dos pueden definir esa elección. Las alianzas se tejen y se rompen con gran dinámica, pero se empieza a vislumbrar quiénes competirán por el trono.

Chiqui Tapia, presidente de Barracas Central, tiene a todo el Ascenso y a los clubes del Interior encolumnados detrás de él. Sin embargo, casi nadie ve con buenos ojos la posibilidad de que el Ascenso maneje los hilos. Ahí, aparece Hugo Moyano (Independiente), quien concentraría a los peces gordos que se jugaron por el saliente Luis Segura (ver aparte) en las fallidas elecciones de diciembre último.La alianza Moyano-Tapia, con el líder sindical a la cabeza, es la que pica en punta. Nicolás Russo sostiene una tercera posición: crear una suerte de comité presidencial y que gobierne AFA un grupo conformado por los representantes de las distintas corrientes (Ascenso, clubes grandes, chicos, Interior). Es muy poco probable que resulte y Russo se alinearía con Moyano.

El otro gran aspirante es Marcelo Tinelli, vice de San Lorenzo. El conductor televisivo tiene mucho peso propio y cuenta con el apoyo de los clubes grandes; al menos, en principio. Si bien Matías Lammens ya tiene vuelo propio y también juega su partido, mueve sus fichas a favor del conductor televisivo. Víctor Blanco (Racing) y Rodolfo D’Onofrio (River) volverían a apoyar a Tinelli, aunque con un ojo puesto en la decisión de Daniel Angelici (Boca), aliado de Segura en diciembre último.

La postura de Angelici será fundamental, casi decisiva. El Tano no sólo representa los intereses de Boca, sino también del presidente de la Nación Mauricio Macri. El PRO quiere que los clubes sean Sociedades Anónimas y puja por la creación de la Súper Liga. Nadie en AFA quiere tener al gobierno en contra y por eso el voto de Angelici podría arrastrar a muchos otros. El candidato que ofrezca sus servicios al gobierno será quien se quede con ese voto central y, tal vez, con la AFA.