Después de la derrota ante Racing por la Superliga, el partido previo a la vuelta de la semifinal de este martes ante River por la Copa Libertadores, La Bombonera se convirtió en una caldera. Los hinchas estallaron de bronca y apuntaron hacia el palco presidencial, donde se ubica Daniel Angelici, arriba de la platea baja. Allí estaba Carlos Aguas, el secretario general del club, quien insultó a los socios, los invitó a pelear y hasta llegó a escupir a otro. Aguas ocupa el cargo que dejó vacante Christian Gribaudo, abocado a la campaña electoral, ya que es el candidato de Angelici (y del oficialismo) en las elecciones de diciembre. La escena, en rigor, recrea un estado de situación en Boca.

Según testimonios de socios, Aguas increpó a los hinchas que se retiraban minutos antes de la finalización del partido ante Racing y, desde arriba, los apuntó con un dedo. “¿Qué sobrás, qué te reís?”, le devolvieron desde abajo. Los hinchas que habitualmente van a la platea baja recordaron un episodio reciente: el 17 de febrero pasado, ante Lanús, un grupo de barras de La Doce intervino en la zona cuando cantaban en contra de la gestión de Angelici. La barra brava, apoyada por el oficialismo, acudió para silenciar los cantos. Este viernes no sucedió lo mismo, pero Aguas, a la vez presidente de la agrupación Boca es Boca, agredió a los dueños del club: los socios.

El clima de tensión en Boca no sólo se sustenta en la serie adversa de semifinales de Libertadores ante River. El escenario electoral de 2019 tiene reservado un último capítulo en diciembre: las elecciones. Y pese a que falta más de un mes para el cierre de las listas y a que aún no está claro el tablero definitivo del oficialismo ni de la oposición, el aire está caldeado. Desde el comienzo de año las paredes de La Boca llevan el nombre del presidente del Instituto de Previsión Social (IPS) de la provincia de Buenos Aires: Gribaudo, funcionario de la gobernadora María Eugenia Vidal. Aunque en las últimas semanas, a la par del escándalo mediático que generó el polémico video institucional que luego fue bajado de las redes sociales del club, creció el rumor de que Mauricio Macri le habría bajado el pulgar definitivamente a la candidatura de Gribaudo.

La enemistad de Macri con Gribaudo, el elegido por Angelici, es conocida hace un tiempo: nunca le perdonó que, en 2010, cuando era diputado nacional por el PRO, Gribaudo declarara en una entrevista a Página/12 que “De Narváez mide igual o más que Macri” para una candidatura presidencial. En ese panorama, como adelantó Tiempo en mayo, el nombre que crece es el de José Beraldi, dirigente histórico de Boca, ahora opositor pero ligado al macrismo durante años. “José nos acompañó después de la segunda elección, puso gente a nuestra disposición. Ameal no, nos hizo la contra en todo”, dijo Angelici el martes en una extensa entrevista en Fox Sports.

Jorge Amor Ameal, presidente de Boca de 2008 a 2011 tras la muerte de Pedro Pompilio, aparece en la vereda de enfrente del oficialismo, acompañado por la figura de Mario Pergolini. Y la oposición al macrismo quiere llevar el resultado de las PASO a Boca. Angelici enfrenta el partido ante River con el peso de que, en casi ocho años de presidencia, Boca no ganó ningún título internacional (y había asumido con el slogan de campaña de “renová el pasaporte, que del resto nos ocupamos nosotros”). Para colmo, River podría ganarle a Boca el martes el cuarto cruce internacional en los últimos cinco años. En el oficialismo, las encuestas -y la realidad- preocupan mucho. Es el partido que más les importa a los dirigentes.