A sólo seis días de que termine su vigencia, la continuidad del programa Ahora 12 todavía no está asegurada. La reunión realizada el último lunes entre funcionarios del gobierno, cámaras de comercio y representantes del sector financiero no alcanzó a limar todas las diferencias y por eso no hubo resolución.

Los pedidos de los comerciantes para mantener el sistema de ventas en cuotas chocaron con los reparos desde los bancos, que pidieron elevar la tasa de interés que se aplica en las operaciones, en consonancia con el incremento que dispuso el Banco Central para las tasas reguladas. Actualmente, en las operaciones más largas, a 30 meses, se agrega un interés de 40,18% anual y las entidades quieren subirlo en por lo menos un par de puntos porcentuales.

Tanto la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) como la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) quieren evitar cualquier modificación que desaliente las compras y haga caer su número, que de acuerdo a estimaciones empresariales representan el 25% de la facturación total de esos comercios. «Sin Ahora 12, hay negocios que directamente se quedan sin financiamiento. No imaginamos hoy una casa de electrodomésticos sin el programa”, dijo el dirigente Pablo Aliperti, de la CAC, a la agencia Télam.

Desde la Secretaría de Comercio Interior, de todas maneras, son optimistas en poder solucionar esos detalles y que el programa continúe a partir del 1 de febrero, quizás con algunos productos agregados. La última versión incluye elementos durables de cocina y línea blanca, televisores y monitores, pequeños electrodomésticos, computadoras, notebooks, indumentarias, calzado y marroquinería y juguete, entre otros artículos, que pueden ser adquiridos entre seis y 30 cuotas, según el caso, con la intención de facilitar las compras. Por eso en el gobierno quieren mantener la oferta. “La idea es que el programa continúe”, dijeron fuentes oficiales.

De acuerdo a los números de la Secretaría, a lo largo del año pasado (restaba computar diciembre) en el Ahora 12 se encuadraron 62,5 millones de operaciones por un total estimado de $ 822 mil millones. El 35% de las compras se destinó a electrodomésticos, el 22% a indumentaria y el 10% a materiales de construcción, entre los rubros más solicitados. Las promociones comerciales del tipo CyberMonday y BlackFriday potenciaron esas cifras.

Para las autoridades, el fortalecimiento del consumo es una fuerte preocupación, ya que la conjunción del sector público y privado explica casi el 70% del PBI. Sin embargo, por fuera de la actividad del Estado y de las empresas, los últimos números no fueron buenos. Según la consultora Scentia, que releva las ventas de artículos de consumo masivo en cadenas de supermercados y autoservicios, en el acumulado de 2021 se verificó una baja de 2,1%, que trepó al doble (4,2%) en el área metropolitana de Buenos Aires. Este es el correlato de la caída de los salarios reales: tal como lo publicó Tiempo en su edición impresa del último domingo, los sectores asalariados sólo se llevaron en el tercer trimestre de 2021 el 42,7% del valor de la producción en todo el país, con una caída de cuatro puntos con relación a la medición anterior y bastante lejos del fifty-fifty que tradicionalmente marcó a la economía argentina.