El flamante secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, concentró sus energías en los primeros días de su mandato en la pulseada con las cámaras de productores, distribuidores y comercializadores de alimentos para implementar una nueva versión del control de precios. Se trata de un sector sensible para el bolsillo popular que impacta especialmente en la indigencia y en la pobreza por el lugar preponderante que ocupan los alimentos en las canastas de referencia.

Según el Índice de Precios al Consumidor del Indec de septiembre pasado, para la Región GBA ese segmento incrementó sus precios de manera interanual un 51,1% en línea con el Índice General de Precios, que lo hizo un 51,7%. Con todo, destaca el 69,4% que se incrementó la carne así como el 59,6% en que lo hicieron los productos derivados del aceite o el 59,2% de la leche.

Sin embargo, según los datos del mes de septiembre que releva el Indec y que, en el área metropolitana, arrojó en septiembre un incremento mensual del 3,8%, fueron los productos del sector textil y calzado los que lideraron la suba de precios con un 6,7% que se eleva hasta un 7% para el segmento de vestimenta.

En la medición interanual, el sector exhibe una suba de precios del 65,2%, muy por encima del índice general, que se ubica 14 puntos por debajo. Así las cosas, y por el lugar destacado que también guarda el sector dentro de la canasta de consumo popular, es de esperar que, más temprano que tarde, la mirada del gobierno comience a posarse en este sector y dé inicio a una nueva pulseada con sus representantes, tanto de los productores industriales de insumos como también del eslabón de la confección de indumentaria.

La escalada acumula ya 21 meses consecutivos de suba de precios del sector por encima del índice general aunque desde la actividad aseguran que durante los 25 meses anteriores se había producido un fenómeno inverso. Al mismo tiempo, señalan que los precios de los insumos básicos de los que se valen para la producción escalaron a nivel internacional. Esto es, el algodón, la lana, el cuero y el petróleo, que incrementaron sus valores entre un 45% y un 100 por ciento. Las medidas arancelarias que rigen sobre la importación de prendas y que ofician de herramientas de protección, a la vez, presionan sobre los precios con relación a las prendas en otros países.

Esta semana se realizará el decimoséptimo encuentro anual de la fundación Pro Tejer que agrupa a los industriales textiles y, tradicionalmente, oficia de foro de debate y difusión de las problemáticas de los denominados «sectores sensibles» de la producción. Por ese motivo se espera que, junto con los dirigentes de la Fundación y algunos economistas, participen dirigentes de la UIA y el secretario de Industria de la Nación, Ariel Schale, quien cerrará la jornada junto con el titular de la fundación, Yeal Kim.

El propósito explícito del cónclave es el de ofrecer «un diagnóstico certero de la realidad en la que se encuentra la cadena de valor, sin dejar de comunicar el potencial indiscutido del sector en el país y a nivel internacional y las oportunidades que se abren en el marco del proceso de reconfiguración de los paradigmas productivos y tecnológicos a nivel mundial».

Si bien desde el punto de vista formal la Fundación agrupa a todos los actores de la cadena de valor agrícola e industrial de producción de insumos y elaboración de indumentaria, en su mayoría se trata de los industriales productores de insumos que, adelantaron, le atribuyen la escalada de precios a quienes confeccionan las prendas y están agrupados en la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria presidida por Claudio Drescher, quien también será de la partida.

Desde Pro Tejer reconocen que la actividad se encuentra en plena expansión pospandemia. En los primeros seis meses del año, aseguran, la producción mostró «aumentos mayores al 53% interanual, creciendo más de 30 puntos por encima del promedio de la industria». En detalle, señalan que «la producción textil creció un 42,5% interanual en enero-junio 2021», mientras que el segmento de hilados de algodón lo hizo en un 105% y la indumentaria incrementó su producción un 60,7%. Por ese motivo, aseguran, «las inversiones se encuentran ampliando la capacidad productiva».

El Foro será un ámbito en el que se analizará la rentabilidad de cada uno de los eslabones de la cadena de valor con el propósito de, entre otros, determinar las responsabilidades a la hora de la remarcación de precios. «