La recesión comenzó a pegar fuerte sobre la economía nacional a partir de abril del año pasado según los datos del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE). Sin embargo, hasta agosto de 2023 el sector privado siguió en una dinámica creciente en lo que a creación de empleo se refiere.

De hecho, fue en ese mes cuando se registró el número más alto de empleados registrados del sector privado, que superaron por primera vez en la historia los 6,4 millones de puestos de trabajo. A partir de allí comenzó una contracción del empleo que se acentuó marcadamente en los dos primeros meses del gobierno de Javier Milei.

Desde agosto de 2023 a enero de 2024 se perdieron más de 70 mil puestos de trabajo registrados privados según la última información disponible del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA-AFIP) que difunde el Ministerio de Trabajo. De ese total, más de 40 mil se destruyeron durante diciembre y enero. A ese número hay que agregar los 36 mil empleados públicos registrados que se perdieron entre diciembre y enero de este año.

Las estadísticas disponibles no incluyen todavía lo que sucedió con el empleo registrado en los meses de febrero y marzo cuando se sumaron más de 15 mil despidos de empleados públicos nacionales, y la recesión y la caída del consumo siguieron impactando fuertemente sobre el sector privado donde comenzaron a conocerse diversos casos de cierres y despidos en gran número en sectores metalúrgicos, del calzado y textiles.

Entre los datos disponibles del sector privado registrado destacan los 32.600 puestos de trabajo que resignó la construcción sólo durante diciembre y enero. Fuentes del sector aseguran que la cifra ya superó largamente los 50 mil puestos a fines de marzo y que acumula una caída de 80 mil desde el pico de agosto de 2023.

Otro sector que también mostró una caída sensible fue el de hoteles y restaurantes que, marcado por el fuerte derrumbe del consumo, perdió en solo dos meses casi 6 mil puestos de trabajo.

La industria manufacturera por su parte resignó en los primeros dos meses de gobierno 2900 puestos pero las expectativas marcan una profundización del proceso (ver página 13).

Expectativas oscuras

Los datos oficiales sin embargo todavía no muestran fehacientemente lo ocurrido en febrero, marzo y abril aunque sí existen indicadores que permiten adelantar el panorama.

Según la encuesta de expectativas de la industria manufacturera, el 50,6% de los industriales considera que la demanda disminuirá en el trimestre que va de marzo a mayo y el 48,2% aseguró que reducirá el uso de su capacidad instalada.

Por su parte, el 21,3% de los empresarios industriales asegura que reducirá sus dotaciones de empleados y el 30% vaticinó una reducción en las horas trabajadas. Para encontrar porcentajes de respuestas negativas en esos niveles hay que retrotraerse al trimestre que va de julio a septiembre de 2020, en plena pandemia.

El promedio de empresarios que pronosticaron reducir dotaciones entre 2021 y 2023 apenas supera el 9% y llega al 15% para los últimos ocho años. En cuanto al indicador más volátil de la reducción de horas, el 30% de marzo-mayo se ubica muy por encima del promedio histórico del 22 por ciento.

De la Encuesta Cualitativa de la Construcción surge un panorama aún más desolador para el trimestre en curso. El 39,1% de los empresarios que se desempeñan en la obra privada aseguraron que la actividad disminuirá entre marzo y mayo. El porcentaje escala al 73% para aquellas empresas que ofrecen servicios al sector público cuando el promedio de los últimos ocho años se ubica en un 31 por ciento.

En este segmento, el 56% adelantó que reducirá sus dotaciones mientras que el 26,5% se pronunció en ese sentido en el segmento que opera sobre la obra privada. Para la obra pública el valor más que duplica el promedio de expectativas desde 2016 que se sitúa en un 22%.

Matías Maito, director del CETyD-IDAES de la Universidad Nacional de San Martín, señaló a este diario que “los nuevos datos dan cuenta de que la importante caída de la actividad económica está teniendo un impacto fuerte y marcado sobre la situación del empleo, que en enero marcó una caída del 0,5% que implica la pérdida de 30 mil puestos de trabajo formales en el sector privado que se suman a los 40 mil que se habían perdido en los cuatro meses previos”.

Para Maito “estamos en presencia de una caída continuada del empleo formal que tiene que ver con la actividad económica, pero también con falta de políticas que apunten a sostener los puestos de trabajo en un contexto recesivo”.

Sobre las expectativas, el especialista señaló que “es de esperar que esta tendencia se haya continuado durante febrero, marzo y posiblemente en abril. Hay dos indicadores que marcan esto. El primero es la continuidad de la contracción económica y el segundo es el propio relevamiento que hace la Secretaria de Trabajo sobre las expectativas de las empresas acerca de la evolución de las dotaciones. Ahí resalta un creciente pesimismo que se ubica en valores similares a los de la pandemia”. «

Los salarios siguen sin recuperar los perdido

Según los últimos datos publicados por el Indec, los salarios en febrero crecieron en promedio un 13,3%. La mejora superó levemente a la inflación que, para ese mes, marcó un 13,2%.

En el caso de los trabajadores registrados privados la suba llegó hasta el 14,1% marcando una leve recuperación con relación a lo que habían resignado en los meses anteriores, especialmente en diciembre cuando se habían contraído un 11%. Lo mismo sucedió con los salarios del sector público, que crecieron un 15,1%.

Por el lado de los haberes informales, la suba fue de apenas un 5,7% aunque se trata de un valor que muestra un rezago de cinco meses y no permite mostrar fehacientemente lo ocurrido.

Según Luis Campos, del Instituto de Estudios y Formación de la CTA, si bien en febrero hubo una leve recuperación “en comparación con noviembre los salarios caen entre un 11,3% (sector privado) y un 20,6% (públicos)”. Además, puntualizó en su cuenta de X (ex twitter) que “en los últimos siete años cayeron 27% y 38% respectivamente”.