«Hay una avanzada del gobierno sobre las cooperativas», advierten desde la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT). El mundo de las cooperativas es uno de los que más sufre el efecto de los tarifazos. Esta semana, se viralizó el caso de CueroFlex, la recuperada de San Martín que pasó de pagar 50 mil pesos de luz, a $ 3,8 millones. El caso no es aislado, sino testigo de una problemática profunda. La tormenta perfecta incluye a la baja general del consumo y a la apertura de las importaciones que quitan competitividad. Para la CNCT, no es un daño colateral de las políticas económicas, sino parte del modelo.

Joaquín Fernández, presidente de Red Textil y consejero nacional de la CNCT, dio a Tiempo su punto de vista: «Hay una avanzada del gobierno. Ya sea a partir de tarifas exorbitantes o a partir de trabas burocráticas, ya sea de ARBA, de la AFIP, de la Justicia. Buscan trabar la continuidad de las cooperativas y recuperadas». Como ejemplos de esta situación, sobresalen los casos del Hotel Bauen, cuya expropiación fue vetada por el propio presidente Mauricio Macri; o el reciente veto de la gobernadora María Vidal a la expropiación que había obtenido una recuperada de Tres de Febrero.

Casos testigo

Graciela Correa, presidenta del Consejo de Administración de la vidriera rosarina Vitrofin, contó en detalle a Tiempo la situación de la cooperativa: «Tenemos un horno que por las tareas que cumple debe estar prendido las 24 horas, todos los días. Eso hizo que desde el aumento del año pasado hayamos pasado de pagar 40 mil pesos de gas mensuales, a pagar más de 300 mil pesos».

Vitrofin sufrió un combo de golpes que lo dejó en la lona. «Primero, fue la apertura de importaciones. El siguiente golpe fue con la devaluación del peso, de un 40%, que nos afectó mucho porque tenemos que comprar ciertos insumos en dólares. Después, vino semejante tarifazo. A eso, hay que sumarle la caída del consumo, que superó por épocas el 50%», relató Correa.

Frenar el horno en verano es una medida extrema que debieron tomar. «Nuestros retiros bajaron en un 50%, promedio», advirtió y agregó: «Hoy, somos 45 socios porque se tuvo que cerrar una parte de la producción. Pero llegamos a ser 60». Sin embargo, no pierde las esperanzas: «Vamos a pelearla hasta el final.»

Desde la textil platense CITA fueron contundentes: «Edelap nos partió al medio. Nos han llegado facturas de más de 50 mil pesos. Luego, pudimos hacer un convenio para reducir el costo a la mitad. Pero el cargo es mínimo; es decir, si usamos menos, nos cobran lo mismo y si usamos más, nos cobran la diferencia completa».

La cooperativa nuclea a 30 socios, cuyos puestos de trabajo volvieron a estar en peligro. «Tuvimos que cortar el turno noche porque de 6 a 10, la electricidad es mucho más cara. Entonces, en ese horario estamos a vela», bromeó. Antes de los aumentos, pagaban entre 15 y 20 mil pesos, con turno noche incluido. «A eso, sumale que las ventas están paradas». Por estos días, la cooperativa está en pleito con la AFIP, por deudas derivadas de la crisis.

En el caso de la jabonera Cañada Rosquín, de Rosario, las nuevas facturas significan el 35% del costo de producción, por lo cual «tuvimos que aumentar el precio de venta en un ocho por ciento, que en el contexto de baja de ventas es un montón», relataron a Tiempo desde el sector de compras de la recuperada. Los productos que más aumentaron son los detergentes en polvo y jabones de tocador. «El gas lo compramos directamente a YPF porque no tenemos gas de red. Pero nuestro caso, dentro de todo, fue leve. A otras cooperativas del sector, que también deben pagar las facturas de gas, les ha subido el costo hasta en un 70%».

Así como la situación de CueroFlex reavivó el foco de la problemática, el año pasado había sido tristemente célebre el caso de la cerámica recuperada ex Zanón, que pasó de pagar un millón de pesos de gas, a pagar la módica suma de 8 millones de pesos. «