El equipo técnico del Fondo Monetario Internacional emitió este lunes un comunicado en el que reconoce su acuerdo con los funcionarios argentinos alrededor de la segunda revisión del acuerdo alcanzado en marzo de 2022. Así las cosas, resta esperar la aprobación formal del Directorio para habilitar el desembolso de U$S 3.900 millones para afrontar los vencimientos relativos al primer crédito pendiente de pago con el organismo.

La ratificación del acuerdo que se pone más duro

Los técnicos del FMI destacaron las “recientes y decisivas medidas destinadas a corregir reveses anteriores” en referencia al establecimiento de un dólar diferenciado para la liquidación de la cosecha de soja y el ajuste fiscal sobre partidas de educación, vivienda y salud. Para los funcionarios servirán para “restaurar la confianza y fortalecer la estabilidad macroeconómica”.

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Según el comunicado, los funcionarios de ambos lados, luego de analizar los cambios en el contexto global, se comprometieron a mantener “sin cambios” los objetivos “establecidos en la aprobación del acuerdo”.

En palabras del subdirector del Departamento del Hemisferio Occidental y Jefe de Misión para Argentina, Luis Cubeddu, “se acordó que los objetivos clave establecidos al momento de la aprobación del acuerdo, incluidos los relacionados con el déficit fiscal primario y las reservas internacionales netas, permanecerán sin cambios hasta 2023”. Para el funcionario del organismo, esos ejes resultan “un ancla vital para continuar reconstruyendo la credibilidad y sostener el compromiso renovado de implementar el programa” que sintetizó en las metas de referidas “al orden fiscal y la acumulación de reservas”.

El funcionario reconoció que, en lo referido a la acumulación de reservas, el objetivo no fue cumplido “principalmente debido a un crecimiento del volumen de importaciones superior al programado y demoras en el apoyo oficial externo”.

Desde el equipo técnico alertaron por la persistencia de la inflación aunque, aseguran, “se espera una moderación gradual durante el resto de 2022 y 2023” como resultado de una “combinación de marcos de políticas macroeconómicas más estrictas, incertidumbres reducidas debido a la implementación sostenida del programa y la evolución proyectada de los precios mundiales de las materias primas”.

Un presupuesto para Argentina

Al mismo tiempo, ponderaron el contenido del proyecto de presupuesto 2023 que ratifica las metas de déficit primario del 2,5% del PBI para 2022 y un ajuste adicional para ubicarlo en el 1,9% hacia 2023. A la vez, saludaron la política monetaria del BCRA que, tal como lo disponía el programa acordado, “ya está generando tasas de interés reales positivas” y, a la vez, “una reducción continua en el financiamiento monetario del déficit fiscal, que tendrá un tope del 0,8 por ciento del PIB este año (por debajo del objetivo del 1 por ciento del PIB) y se limitará al 0,6 por ciento del PIB en 2023”.  

Con todo, abogaron por “la implementación más decisiva de políticas macroeconómicas más estrictas” que “debería respaldar un fortalecimiento del saldo de cuenta corriente, la competitividad externa y la cobertura de reservas”. Frente a las dificultades de acumulación de reservas durante 2022, el equipo del FMI se mostró confiado en que “las reservas internacionales netas aumenten en US$9.800 millones durante el transcurso de 2022-23” postergando, de esta manera, parte de la acumulación pautada para 2022 a 2023.