La Canasta Básica Total (CBT) que mide el umbral de la pobreza llegó en abril hasta $203.361 para una familia integrada por dos adultos y dos menores. La Canasta Básica Alimentaria (CBA) que determina la indigencia alcanzó los $94.148 para el mismo grupo familiar. Proyecciones privadas indican que la pobreza afectó, en abril, al 45% de la población.

La inflación de los pobres

Foto: Martin Zabala / XHINUA

En el caso del costo de ambas canastas la suba mensual se ubicó por debajo del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que había marcado para ese mes un 8,4%. Sin embargo, a la hora de analizar la evolución interanual de ambas canastas, surge que mientras el IPC entre abril de 2023 y el mismo mes del año pasado escaló un 108,8%, la CBT lo hizo en un 113,5% y la CBA saltó un 121,4%. En el acumulado del año, además, el IPC creció un 32% mientras que el nivel de la pobreza lo hizo en un 33,3% y el de la indigencia subió un 40,1%. Esto en apenas cuatro meses.

Es que, ambas canastas sufren una incidencia particular de los alimentos de primera necesidad que son los productos cuyos precios más se incrementaron durante los últimos meses con relación al resto de los bienes y servicios que componen el Índice de Precios al Consumidor.

Salarios y pobreza

La evolución en el valor de esas canastas se produce en un contexto de crecimiento de la actividad y de la tasa de empleo aunque con una persistente pérdida del poder adquisitivo del salario en general y del de los trabajadores informales en particular.

Por eso resulta determinante analizar la evolución de los ingresos de los trabajadores para evaluar el impacto de la suba de precios en la evolución de la pobreza y la indigencia. Según el último Informe de Salarios del INDEC disponible, en marzo de 2023 los salarios en promedio habían crecido en los anteriores doce meses un 102,4% muy lejos del 121,4% en que creció en el acumulado anual del mes siguiente la canasta de indigencia y del 113,5% en que lo hizo la de la pobreza. Pero para el caso de los asalariados no registrados, todavía más expuestos a situaciones de pobreza e indigencia, el salario entre marzo de 2023 y el mismo mes del año anterior subió apenas un 81,2%. En sólo un año (con un desacople de un mes) los salarios de los trabajadores registrados perdieron un 18% de poder de compra con relación a los alimentos que componen la canasta de indigencia.

Foto: Luis Robayo / AFP

Un salario (demasiado) mínimo

Esos haberes, a la vez, se referencian especialmente en el salario mínimo vital y móvil que establece el Consejo del Salario integrado por funcionarios de la cartera laboral, representantes de las centrales sindicales y de las cámaras empresarias. El pasado 28 de marzo se oficializó una suba de ese haber del 26,6% en tres tramos que pasará de los $69.500 vigentes en marzo hasta los $80.342 en abril para alcanzar finalmente los $87.987 para el mes de junio.

Con todo, el salario mínimo vigente con el cual un trabajador debió hacer frente a los valores de las canastas que se conocieron hoy es el que corresponde al mes de marzo que se percibe los primeros días de abril. De esa manera, el haber mínimo disponible en abril apenas alcanzó para cubrir un 34% del valor de una Canasta Básica Total que mide el nivel de la pobreza o un 74% del valor de la canasta que necesita una familia para no ser considerada indigente. Dicho de otra forma, un salario mínimo no alcanza para que una familia afronte el costo de los alimentos capaces de garantizar las calorías necesarias para eludir la desnutrición.

Pero además, una familia “tipo” cuyos dos adultos percibieron en abril un salario mínimo cada uno y, a la vez, las dos asignaciones universales por cada uno de sus hijos acumularon ingresos por un total de $161.930 insuficientes para cubrir el valor de una Canasta Básica Total que, además, no incluye el valor del alquiler de una vivienda en el probable caso de que los mismos no fueran propietarios.

De hecho, el lunes se conoció un informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina que reveló que, en 2022, a pesar de que la mitad de los niños y niñas en la Argentina percibieron alguna asistencia social (fundamentalmente la AUH), el 62% se encontraba en una situación de pobreza.

El monto de los Potenciar Trabajo, por su parte, depende de la evolución del salario mínimo vital y móvil y, por lo tanto, a principios del mes de abril marcó un valor de $34.750, apenas un 37% de lo que marca la línea de indigencia. Por eso, en estas horas la Unidad Piquetera desarrolla una Marcha Federal desde todos los puntos del país que llegará a la Plaza de Mayo el miércoles y confluirá el jueves con las organizaciones sociales oficialistas agrupadas en la UTEP.

Proyecciones

Así las cosas, es de esperar que los índices de pobreza que en la última medición del segundo semestre de 2022 conocida el 30 de marzo marcó un 39,5% mantenga su trayectoria ascendente. De hecho, según el nowcast de pobreza que realiza la Universidad Di Tella bajo la dirección del econometrista Martín Rozada con un alto grado de precisión, indica que para el semestre que va de noviembre a abril, en promedio, la pobreza ya afectaba al 42,4% de la población. Según el mismo estudio, además, para el mes de abril la pobreza ya afecta al 45,1% de la población.