Las subas extraordinarias del precio del gas a nivel internacional comienzan a preocupar a las organizaciones de defensa del consumidor, que ven que podrían impactar en el valor de la tarifa que pagan los consumidores argentinos.

El gas natural por redes que reciben los más de 6 millones de hogares del país tiene una parte importada, que en los meses de invierno alcanza hasta un tercio del total. La prolongación del clima frío, ya entrado octubre, más la recuperación de la actividad económica redundan en una demanda sostenida tanto de parte de los hogares como de las empresas.

En lo que va del año, la Argentina importó más de 40 cargas de barcos metaneros, que son los que transportan el gas en forma líquida. Esos barcos despachan su carga  en Bahía Blanca y Escobar, que al volver a su estado gaseoso se inyecta en los gasoductos.

El valor del gas en Estados Unidos se ha cuadruplicado en un año; en Europa y Asia es récord. Y según los analistas de la Agencia Internacional de Energía, seguirán así hasta bien entrado 2022, al menos.

La semana pasada, el secretario de Energía, Darío Martínez, emitió un comunicado en el que señaló que «el Plan Gas.Ar nos defiende de la suba del precio internacional del gas». El funcionario recordó, además, que esa iniciativa fue criticada (entre otros, por Tiempo, porque definió un precio del gas bien por encima de los costos locales de producción y de los valores internacionales que estaban vigentes entonces). Lo cierto es que los U$S 3,5 por millón de BTU (MBTU, una unidad de comercio del gas) que se les paga a las productoras locales es casi la mitad de lo que cobran las de Estados Unidos (U$S 6,5 por MBTU) y siete veces menos que lo que facturan los metaneros que llegan a las costas de Europa y Asia. «Esa decisión inteligente de poner en marcha el Plan Gas.Ar ayuda a defenderse», agregó Martínez.

Incentivos, otra vez

El miércoles pasado, las ONG de defensa del consumidor llevaron el tema a la reunión semanal virtual que mantienen con los mandos medios del Enargas encargados de las relaciones con estas asociaciones. Según testigos de la reunión, los funcionarios tomaron nota del planteo pero no hicieron comentario alguno. «En este contexto, podría darse un aumento del gas que consumimos pero en proporción al gas que se importa», aclaró la fuente.

Pero la preocupación de estas asociaciones también está en la posibilidad de reclamos por parte de las petroleras que producen el gas local. De hecho, quien fue ministro de Energía del gobierno de Cambiemos, Juan José Aranguren, ya empezó a pedir un «precio de estímulo» para «incentivar» la producción local, como si los U$S 3,5 que reciben (y que salen del bolsillo de los consumidores y de las arcas estatales en forma de subsidio) no cubrieran los costos de la producción.

Estos planteos, por ahora con muy bajo perfil, son los que ponen en alerta a las ONG de defensa del consumidor. «Ya hay productoras que comienzan a decir que como el gas es un commodity, se aplique el precio internacional», agregó la fuente. «Nos preocupa la situación porque el recurso no está totalmente en manos del Estado nacional, sino que intervienen empresas privadas y multinacionales. Así que no nos extraña que aparezca este problema. Si gana la posición de las empresas, sería muy grave para los consumidores argentinos», advirtió.

Para las petroleras, el Plan Gas.Ar comienza a transformarse en una «pérdida de oportunidad», es decir, en dinero que no les ingresa por haber firmado contratos de abastecimiento de gas a un precio que ahora es ostensiblemente menor al real. La única vía de rescisión sería que el Estado no pague el gas. Si eso sucede durante seis meses, la petrolera puede abandonar el plan. En mayo pasado, el Estado acumuló cuatro meses de deudas, pero el contexto era otro. Ahora, con los precios por las nubes, un retraso de los pagos podría derivar en un retirada de las productoras.  «

Y con el crudo, también

Además de los «estímulos» para la producción de gas, las petroleras comienzan a reclamar también un «incentivo» para la producción de petróleo.

Según Econojournal, portal especializado en energía, «el precio de paridad de exportación del petróleo producido en la Argentina se ubica actualmente entre 72 y 75 dólares, de acuerdo a la calidad del producto. Sin embargo, en el mercado local las petroleras obtienen 54/55 dólares por el crudo de la Cuenca Neuquina puesto en Bahía Blanca y unos 60 dólares por el crudo Escalante». La publicación advierte que la brecha «desalienta las inversiones».