La incertidumbre que rodea al mercado cambiario ayudó a que la colocación de títulos atados a la evolución del dólar fuera un éxito. En la licitación del martes, organizada por la Secretaría de Finanzas, se adjudicaron Bonos del Tesoro Nacional por $ 136.105 millones, con vencimiento a 13 meses (noviembre de 2021). Se ajustarán por el tipo de cambio minorista informado por el Banco Central en los términos de la comunicación A-3500 y además otorgarán el 0,10% de interés adicional.

El lanzamiento de estos bonos dollar-linked había sido anunciado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, en el marco de las medidas para descomprimir la demanda de divisas. En los hechos, funcionan como un seguro de cambio, porque la operatoria se realiza íntegramente en pesos pero el capital estará indexado de acuerdo a la cotización del billete estadounidense. El riesgo cambiario (en el caso de una eventual devaluación) corre por cuenta del Tesoro.

La suma recaudada, que equivale a U$S 1.766 millones, triplica con exceso los U$S 500 millones fijados en un principio. Para el gobierno fue una buena operación porque llevó para sus arcas un exceso de pesos que podía presionar sobre el tipo de cambio, sea el oficial o el contado con liquidación. Además, le servirá para enfrentar los compromisos de deuda pública de este mes, que rondan los $ 225 mil millones. Entre ellos, de acuerdo al informe realizado por la Oficina de Presupuesto del Congreso, se destacan los $ 37.820 millones de las Lecer que vencen el martes próximo y los $ 103 mil millones de Ledes y Lecap a cancelar el jueves 29. Dos días antes de esta última fecha está prevista una nueva subasta de títulos.

Visto desde el otro lado del mostrador, el apetito que despertó la emisión demuestra la inquietud del mercado por cubrirse de una eventual devaluación. Los últimos episodios de política cambiaria alimentaron ese temor. Entre ellos, la irresuelta negociación del gobierno con el sector cerealero para que liquide la cosecha retenida, el ajuste todavía mayor al cepo cambiario y el anuncio del Banco Central de que dejará que la cotización del dólar tome “mayor volatilidad”. Esa tensión llevó los tipos de cambio alternativos (blue y contado con liquidación) a tocar los $ 153, casi el doble de los $ 77,08 del mayorista, y a que los ahorristas retiraran unos U$S 1.000 millones de sus cuentas. A pesar de ello, un informe de la Universidad Nacional de Avellaneda que reprodujo la web de Tiempo, descartó riesgos para el sistema financiero local ya que, según consignó, “mantiene niveles récord de liquidez, arriba del 80% de los depósitos”.

Otro factor que influyó fue el exceso de dinero en manos de inversores institucionales. El Central obligó a los bancos a desarmar parte de sus colocaciones en Leliq, como compensación por la suba de tasas que pagará a esas entidades por los pases. “La colocación dollar-linked tiene sentido para bancos y compañías de seguro que tienen que estar en la rueda de pesos y necesitan cubrirse frente a una brecha del 100%. Finanzas lo aprovecha y potencia el financiamiento en el mercado de pesos, estirando la duración y pagando baja tasa, a costa de indexar deuda en pesos según el tipo de cambio”, explicó en las redes el economista Federico Furiase, director del estudio Eco Go. “Pero si no se aprovecha este tiempo para bajar el déficit y generar credibilidad, no se soluciona la brecha ni el riesgo país, y finalmente se corre el riesgo de un shock de tipo de cambio que termine haciendo carísima la colocación”, advirtió.