«Tomo como referencia el primer disco con El Arranque, que fue hace 20 años. En la vía pública ya está el anuncio con la tapa de todos los álbums que grabé desde entonces porque la idea es que participe en el show mucha de la gente que estuvo en cada uno: la orquesta El Arranque, Lidia Borda, Ramiro Gallo, Rodolfo Mederos… Me hubiese encantado que me acompañaran Rubén Juárez y Alberto Podestá, pero ya no están entre nosotros. La idea es hacer un recorrido con mi orquesta, las guitarras, Jorge Giuliano, Rudi Flores, Hugo Rivas, Moscatito Luna y también mi mamá, con quien grabé un tema en 2013». Ariel Ardit podría seguir enumerando gente con la que compartió escenarios y proyectos durante estos 20 años que ahora festeja.

El cantor no se retira de ningún lado, menos de la música. Pero todo festejo celebra lo pasado para poder avizorar horizontes novedosos. Y en ese sentido este «partido homenaje» es también una despedida. «El festejo surge después de una pequeña crisis, porque siempre he ido involucrándome más en los proyectos en los que participaba. Empecé como cantor de orquesta, después decidí armar mi grupo de guitarras, después un cuarteto, mi típica, un disco sinfónico; y empecé a producirme mis proyectos, tener repertorio, comprar mis arreglos, la ropa de la orquesta, los atriles, las lucecitas de los atriles, conseguir el diseñador de la tapa del disco, el máster, elegir mi técnico de grabación: todo eso lleva a que haya una entrega de energía que no siempre es traducible en éxito económico, pero sí en éxito artístico. Y me siento muy reconocido. Pero después de haber hecho en el Teatro Colón el homenaje a Gardel, dije: ‘¿Y ahora qué hago?'».

Ardit dice que no estaba aburrido pero sí que nada le parecía nuevo. «Ahí me di cuenta de que estaba necesitando un cambio, un cambio estructural. Tal vez un cambio de sonoridad. Aunque siempre voy a ser un cantor de tango. Entonces me dije: ‘Ya que voy a hacer un cambio artístico, lo voy a festejar'». El músico confiesa que 20 años fueron mucho, que los siente «bien vividos, amortizados», tanto que merecen de su parte este show que también es un «agradecimiento» al tango por haberle dejado hacer todo lo que quiso: «De lo que se me ocurrió, hice todo», subraya.

El tiempo pasa para todos, pero cada persona lo vive a su manera. «No me siento viejo, pero sí grande: hay pibes que hoy tienen 20 y yo tengo más de 40 –remarca–. Tienen nuevos proyectos, nuevos grupos. La mía es una generación intermedia que apareció en los ’90 como un recambio generacional muy fuerte. Cuando teníamos 20 estábamos en cualquier otra música y encontramos en el tango un asilo cultural, un refugio y una forma de expresión. ‘Che, somos esto, y esto no representa’. Tuvimos la suerte de salir a conocer el mundo como nunca lo imaginamos. De esa camada de muchachos algunos venían del conservatorio, otros como yo del canto lírico y otros del rock. Y nos movimos en los extremos: Piazzolla y Gardel. Ahora hay más cantidad de proyectos y unas cuantas cosas novedosas».

Pero, ¿cómo será lo que se viene para Ardit? «Tiene que ver con la novedad. En estos 20 años me preocupé exhaustivamente desde a tomar un café con todos los cantores vivos que había e ir a verlos a los boliches y las grabaciones, hasta leer libros, ver películas y lo que se te ocurra, porque me parece que cuando uno hace algo tiene que saber de lo que habla. Y todo el tiempo tuve que justificarme ante esa esencia», destaca.

–¿Por qué?

–Porque siendo un cantor joven tenía un público grande, aunque eso también ha cambiado ahora. Era un público grande que había visto a los grandes y vos tenés que justificarte antes eso. Fue algo que me gustó y lo tomé como un desafío. «Canta como los del ’40», me decían. Y es un elogio, pero también te puede perjudicar. Yo no puedo estar en la vitrina de los cantores de los ’40 porque soy de ahora. Siento que no tengo que demostrar nada más, entonces vamos a buscar un cambio, probar otras texturas y eso va a tener que tener otro tipo de arregladores que pueden aportarle y romper el cerco del género. Desde el tango también podés probar otros géneros y cantar otras cosas.



¿CUÁNDO?

Ariel Ardit, 20 años después. Sábado 16 de noviembre a las 21 en el Teatro Coliseo, Marcelo T. de Alvear 1125.