Black Rodríguez Méndez es reconocido como una de las caras de La Delio Valdez y por su participación en diversos proyectos tangueros. Pero la creatividad del cantor, actor, percusionista y autor siempre encuentra nuevos cauces. En este caso se trata Canciones para dormir la mona, su segundo álbum solista: once historias y reflexiones en clave de milonga, vals, chacarera y zamba, con inevitables pinceladas tangueras y algo del espíritu rockero que convive con él desde siempre.

«Son historias que fui recopilando durante años. Me gusta poder compartir algo íntimo y que no era para mi estilo en lo grupal. Son temas muy personales donde exploro otros lenguajes. Son relatos que fui acumulando, de andar en milongas, de conocer gente, de andar en la noche. Se cuentan historias distintas, una mirada propia. Pero sobre todo me parece que son temas que armé siempre a última hora, ideas trasnochadas, y creo que en los once temas se nota lo nocturno. No es un disco para poner en reuniones o amenizar algún momento en especial. Son temas para escuchar tranquilo, en casa o para caminar o andar en bicicleta. De esa manera se puede disfrutar mejor, me parece», aduce Rodríguez Méndez.

El autor admite que puede sonar pretencioso pero lo siente de esa manera: «el disco fue concebido así, no busco  que funcione, es para compartir de manera  directa. Fui armando los temas sólo con guitarra criolla con los cinco o seis tonos que conozco. Tiene una mirada que me recuerda a mi adolescencia, a cuando uno recién despierta a la vida musical y artística. Hay influencias de Sui Generis, por ejemplo, con guitarras muy de su estilo. O sonidos que recuerdan a Pastoral, la primera banda que vi en un recital. Hay algo de rock nacional en mi formación y salieron a la hora de componer. Hay de todo. Canciones que cantábamos con mi hermano en el patio de casa y ese estilo de temas. Las canciones suenan bastante despojadas, sobre todo para que se destaquen las letras, que son lo más importante».

«Hay canciones sobre San Telmo, de cuando cantaba en la plaza, viendo el ir venir de la gente –agrega–. O de cuando por trabajo fui a París, con el espectáculo de Mora Godoy. Son momentos atesorados, recuerdos plasmados en papel y luego incorporados en una canción. Relatos con la idea de transmitir la posibilidad de que un mundo mejor es posible. Rescato eso, tratando de encontrar el tesoro de lo cotidiano. Muchas veces el transitar en la vida nos envuelve en conflictos, distintas preocupaciones, y perdemos momentos de observar y deleitarnos con lo que nos pasa frente a los ojos. De esta manera traté de captar momentos».

El cantor y compositor  señala que hubo un tiempo en que la conflictividad social era menor y se podía compartir en comunidad, en la calle, «me parece que recordarlo hoy en día está bueno. Para rescatar». Rodríguez Méndez también cree que el arte siempre tiene el filtro del corazón: «El poeta observa y cuenta lo que siente y recuerda qué es en el fondo lo importante. El día a día te aleja de las emociones, y el paso de la vida sin darte cuenta no te deja meditar sobre lo bueno que nos pasa. Pensar y hablar filosóficamente sobre el paso del tiempo y lo que queremos hacer en nuestra vida, o el propósito de las cosas, a veces es difícil de lograr. Y con una canción, un cuento o una historia quizás te acordás y apreciás el sentido de lo que te pasa».

El artista siente que está en búsqueda de lo mejor de las personas y busca mostrarlo a su manera: «Uno trata de sobrevivir, pero se puede elegir cómo hacerlo. Con estas canciones, trato de compartir miradas, sobre ni más ni menos que valores humanos que me parecen destacables, para compartirlos y disfrutarlos, dejando atrás el individualismo y la violencia del sálvese quien pueda que hoy algunos quieren imponer como la salida».

En cuanto al futuro, adelanta: «Me gustaría retomar algunas canciones del primer disco, de este y también de mi banda de rock de los ’80, Araca París, y armar un mezcladito para que se vea mi manera de entender la música y de escribir canciones. Probablemente lo haga el año que viene, es un proyecto: quiero armar un grupo, y ordenar la agenda. Por suerte puedo juntar la moneda con todo lo que hago, solo restaría poder organizarme para también concretar esto que es más personal. Pero lo vamos a hacer, con una pequeña ayuda de los amigos, como decían los Beatles». «







Black Rodríguez Méndez – Canciones para dormir la mona

1- «Agujero fiel».
2- «Sonata parisina».
3- «Se escapa la borrachera».
4- «Aniquilados por el humo».
5- «Quememos ya la inspiración».
6- «Parque Udabe».
7- «La purpurina».
8- «Milonga en orsay».
9- «Me muerdo la lengua».
10- «Salta a Santiago»
11- «El Tacuarí».