Jason Bourne vuelve, pero no está; ahora que parece recuperar su identidad, pierde su estilo, la magia que lo hizo fascinante para millones en el mundo: la posibilidad de la ubicuidad.

Bourne ha recuperado su memoria pero está lejos de saber la verdad. Y sin embargo poco hace para saber cuál es. En ese estado de dejadez cuyo único ritmo es el intercambio de golpes en pelea de mala muerte en algún lugar fronterizo de Grecia, Julia Stiles (Nicky Parsons) lo cruza para revelarle algo que volverá a cambiar su historia del presente porque modifica su visión del pasado. 

Entonces Bourne vuelve. Perseguido, escurridizo como siempre, pero sin aquel espíritu de revancha que lo había caracterizado, rebelándose a que no lo dejaran en paz. Salta de continente, de techos, maneja autos con sola mano o ninguna, hace todo lo que el público espera de él, y lo hace bien. Quién puede desconfiar hoy de la destreza técnica alcanzada por el cine hollywoodense, incluso de cualquier cine. Pero el Bourne que un crítico en la intimidad confesó que alguna vez quiso aplaudir de pie, ya no está. Como si el hecho de estar al ataque y no vivir a la defensiva y pidiendo perdón por el daño causado le restara pasión. Hasta humanidad.

Acaso Bourne sea un tipo de la resistencia. Y de ahí, también, la popularidad que supo conseguir.

Ficha técnica: Título original: Jason Bourne. Con: Matt Damon, Alicia Vikander, Julia Stiles, Tommy Lee Jones y Vincent Cassel. Dirección: Paul Greengrass. Apta para mayores de 13 años.