Pasó el bautismo de la 17° edición de Cosquín Rock, el festival más grande de rock argentino –y algunos invitados internacionales- con la jornada inaugural del sábado que dejó como saldo una celebración rockera donde alrededor de 20 mil almas agitaron sus banderas y rindieron culto a las canciones de los máximos referentes locales de la escuela stone.

Por el escenario principal desfilaron Barrio Viejo, con un Daniel Osvaldo (ex jugador de Boca) haciendo gala de sus tatuajes y su estampa rocker, Salta La banca, El Bordo, Los Gardelitos, La 25, Guasones y Ciro y los persas, entre otros grupos, que pusieron pie en las tarimas desde pasado el mediodía, con una legión de seguidores que, entre banderas y remeras alegóricas, agitó desde el campo.

Pero el Cosquín rock no es solo un escenario, es una multiplicidad de opciones con una grilla que no deja casi nada afuera. Entre el escenario temático, el Geiser, el Alternativo, el Garage y el Carlos Tortola, pasan por cada jornada alrededor de 65 bandas en el aeródromo de Santa María de Punilla, un gigantesco predio de 9 hectáreas.

Así, promediando la tarde a las 18, Los Pericos subieron al escenario del Espacio Alternativo, donde lo harán cada día del festival, para repasar en tres jornadas sus tres décadas como banda. Ante una carpa llena y con varios problemas de cortes de luz durante el set, el grupo liderado por Juanchi Baleirón hizo bailar y cantar a los presentes con sus clásicos de la primera época. Plantaron bandera con “El ritual de la banana” y siguieron con “Eu vi chegar” con Santi Aysine de Salta la Banca (que también tuvo su set a pleno en el escenario principal), “Waitin”, “Me late”, “Sin cadenas” con Corvata de Carajo, y contaron también con la participación de José Palazzo, el organizador del Festival al que el público le reclamó por el excesivo precio de la cerveza (130 pesos) y con Ale Kurz de El Bordo para el final con “Home sweet home”.

Otra carpa llena fue la de Ceremonia Geiser cuando nuestro prócer rocker Juanse se subió al escenario con su banda –otro que también estará los tres días – y arremetió con varios de sus clásicos paranoicos como “La nave”, “Enlace” y “Voy” y de su etapa solista.

En el temático heavy Viticus puso su impronta con inolvidables y celebrados temas de Riff y con Boff Serafine y Luciano Napolitano (quien también se presentó con su banda Lovorne) de invitados. “Ruedas de metal”, “No detenga su motor”, “Sube a mi voiture” y “Susy Cadillacs” fueron algunos de los clásicos que encendieron a una multitud.

Una de las perlas de esta primera jornada fue la performance de Rich Robinson Band, fundador de The Black Crowes, quien, con su rock setentoso y contundente, se coló en el escenario central entre los locales.

Casi al finalizar el día fue el turno de Guasones, con Facundo Soto al mando del barco y una gran comunión con el público que agitó la sucesión de temas, entre clásicos y novedades como “Para un amigo” que interpretaron junto a Coti Sorokin, quien les está produciendo su próximo disco.

Durante el set se escucharon “Gracias”, “Reyes de la Noche”, “Como un Lobo y “Tan distintos”, entre otros.

Media hora después de lo anunciado, Ciro irrumpió en el escenario principal para darle cierre a una jornada dominada por el rock local. Apareció desde una naranja inflable en el centro de la pasarela interpretando “Similar” de su última producción “Naranja persa”. Entre los clásicos piojosos que se colaron en el set persa se escucharon “Te diría”, “Ando ganas”, “Tan solo” y “Shup shup”. Sonaron también “Caminando”, «Suite», «Luz » y «La Rosa». En “Genius” subió a escena Juanse y le imprimió el sello de su eléctrica guitarra.
Llegando a las tres de la mañana y tras los bises, Ciro se despidió con el Himno nacional interpretado con su armónica y poniendo el broche de oro a la que, sin dudas, y aunque recién sea febrero será la cita más rockera del año.