Llegó a la Televisión Pública una ficción que aprovechando un símbolo de la cultura popular, muestra cómo la historia Argentina a veces se repite o tiene situaciones demasiado parecidas. Mordisquito. ¿A mí me la vas a contar? propone seis capítulos que muestran la relación de Enrique Santos Discépolo con el peronismo, su pelea con la oligarquía, su música, los monólogos de radio (que todavía siguen vigentes) y sus amores. 

“Primero querían hacer un podcast para radio Nacional, con material de la Biblioteca Nacional, que tiene de los monólogos originales de Mordisquito. Pero finalmente se optó por hacer una producción para la televisión, dando espacio a esta ficción. Para mí es un honor y una alegría. Es un personaje emblemático, y siendo un hombre de teatro, aunque reconocido mundialmente por sus tangos, representa el poder que tiene la cultura en nuestra vida”, cuenta Daniel Casablanca, quien encarna al gran artista homenajeado. Lo acompañan Enrique Dumont, Carlos Portaluppi, Leticia Bredice, María Ucedo y David Masajnik. El guión es de Ana Da Costa, Santiago Larre y Mariano Mucci, quien también está a cargo de la dirección.

La vida de Discépolo reúne condimentos únicos.

Casablanca hace tres años protagoniza una obra sobre este autor, llamada Discepolín, fantástico arlequín. Un espacio que lo volvió casi un experto y puso a los creadores de esta ficción detrás de él. “Investigué cinco años antes de hacer la obra, o sea que esta oportunidad para mí es un posgrado.  Muchas  de sus facetas en su momento fueron descubiertas por casualidad, pero era tan profundos su mirada y análisis, tan grande su talento, que demostró porqué fue uno de los mejores artistas que tuvimos. Mira lo talentoso que habrá sido que sin ser músico escribió algunos de los tangos más famosos que existen. Hasta fue director de la orquesta de Radio Belgrano, sin tocar nada.   Además, fue defensor de los derechos de autor y un gran luchador.”

Para Casablanca, el gran Discépolo fue un adelantado a su época. “Eran modernos sus pensamientos y su discurso hoy sigue siendo contemporáneo. A pesar de cosas puntuales de hechos históricos de aquel momento, los tópicos y principios que se transmiten son los mismos que hoy nos parecen fundamentales. Todo resuena muy fuerte. Si estuviese vivo no podría creer donde estamos hoy”, comenta el integrante de Los Macocos.

“Para mí el hecho de participar de una miniserie hecha con tanto cuidado, cariño y un personaje de esta talla, es una alegría. Trabajar en la TV Pública es como trabajar en mi casa. Es parte de todos nosotros. Sólo la idea de que podría dejar de existir me parece terrorífica. Es fundamental para la cultura nacional y se hace una forma de televisión muy distinta a la que puede ser a nivel comercial. Creo en la cultura subsidiada porque nos deja crear productos más cuidados, con más tiempo de trabajo, sin correr detrás de recuperar lo invertido para sacar ganancias o del rating. Solo con el deseo de comunicar una idea. Se puede ser más profundo. Podemos repetir escenas y llegar a otro público. Como artista, he hecho productos comerciales, pero también he tenido la posibilidad de hacer muchos clásicos en el Teatro San Martín, y es algo importante que debemos defender”, señala Casablanca.

El actor destaca el trabajo con sus compañeros y compañeras en este proyecto de la TV Pública. Con muchos de ellos no había trabajado antes: “A Leticia Brédice no la conocía personalmente y a Carlos Portaluppi, lo había cruzado pero tampoco me había tocado compartir. Con Enrique Dumont tenemos muchos amigos en común,  a María Ucedo la había dirigido alguna vez y con David Masajnik, que hace de mi hermano, habíamos hecho algo hace mucho. Es una alegría y espero que se note en pantalla”.

La miniserie llevó dos meses de trabajo. “Fue como hacer una película, un largometraje. Así se trabajó. Tiene algo bien teatral y un registro interesante. Creo que podremos mostrar a Enrique Santos Discépolo de la calle, como saludaba a la gente, cómo era fuera de escena. Era famoso, y vemos cómo a partir de hacer estos monólogos políticos, cae en la grieta: su popularidad se afectó por tratar de transmitir algo en lo que creía. Ese lo afectó y pudo ser el principio de su fin. La historia de Enrique Santos Discépolo es la historia de la Argentina, de alguna manera, no solo desde lo político, sino del cine, del teatro, de la música.»



Mordisquito

¿A mí me la vas a contar? Con Daniel Casablanca, David Masajnik, Carlos Portaluppi, Leticia Brédice y María Ucedo, Enrique Dumont. Martes a las 21 por la TV Pública.


Discépolo, sentido del humor y capacidad de observación

Enrique Santos Discépolo.

Enrique Santos Discépolo falleció el 23 de diciembre de 1951. Fue músico, actor, dramaturgo, cineasta y autor. En esta faceta fue responsable de tangos  memorables como “Uno”, “Cambalache”, “Yira yira” o “Cafetín de Buenos”, entre muchas otros.

Vecino del barrio porteño de Balvanera, Discépolo llegó al teatro por su hermano Armando, pero su capacidad con la palabra lo elevó.  Fue haciendo su camino y alcanzó el éxito y la fama.

Desde la radio vivió una situación que pudo haber influido en su temprana muerte. El secretario de Prensa y Difusión Raúl Apold lo invitó a participar de una serie de transmisiones donde el artista  debía cumplir una tarea política, combatiendo con su habilidad de escribir monólogos,  los  argumentos de los que se enfrentaban al gobierno de Perón y los derechos conquistados. Discépolo aceptó el desafío con la condición de escribir sus propios libretos. Creó un personaje, Mordisquito, que representaba a «los contras», a quienes exponía en sus monólogos con humor y gran capacidad de observación.