“Que venga la gente que tenemos que comprar cuerdas”, convoca el increíble Daniel Maza a la presentación de Maza, Lew, Fattoruso, Nolé – Vivo en Boris 2011, el formidable disco recientemente editado que registra la última presentación en nuestro país del mítico baterista uruguayo Osvaldo Fattoruso, quien falleció en 2012.

Maza, dueño de una dúctil interpretación en bajo y voz, y de una mirada sobre las cosas, las personas y las relaciones de una originalidad emotiva, explica que la edición de ese “último toque” que hicieron con Osvaldo fue un trabajo que se extendió durante casi toda la pandemia. “Esto está buenísimo, pensé, y se lo mandé a los muchachos. Y ellos me dijeron: ‘¡Vamos a hacer un disco!’”

Más allá de esa mezcla de osadía y belleza que es el álbum, una de las cosas que más llaman la atención es su atemporalidad, como si los temas y las interpretaciones registradas resistieran cualquier cambio de tiempo y lugar. “Es lo que hablamos nosotros siempre. Te siento en mi casa y te hago escuchar los discos de Opa (la mítica banda de los hermanos Hugo y Osvaldo Fattoruso, de la cual se incluyen muchos temas en el disco, N. de R.), que tienen más de 40 años, y son discos re actuales. Los sonidos, los arreglos, no hay tiempo, no pasa nada. Están como el cuadro de Dorian Gray, para mí que estos hicieron un pacto con alguien”.

Este viernes, Maza se presentará junto a los grandes músicos con los que compartió ese histórico concierto, el guitarrista Ricardo Lew, el pianista Ricardo Nolé y Fabián «Sapo» Miodownik en batería, quien además fue alumno del gran Osvaldo Fattoruso. El bajista asegura que hay “una expectativa bárbara” por el show con espíritu de homenaje y que la gente que está escuchando el disco por Spotify “sólo manda críticas copadas”. También acota que el efecto del “regreso” en la post pandemia ya lo pasó. De octubre a diciembre de 2021 hizo 38 conciertos. “Agarré el bajo y mi pedalera, que se llama Roberto, y me fui a tocar.” Primero fueron Córdoba, La Rioja, Catamarca; después encaró más hacia el norte argentino, por Chaco y Corrientes, y la última parte fue por el sur. “Me vino bien porque estaba como perro que le sueltan de la cadena. Mucha cosa por Internet, pero vos querés tocar, ver gente. Nunca pensé que iba a vivir una cosa así, creo que nadie; fue un poco bravo lo que pasó.» Y recuerda: «Los músicos antes vivíamos al día, y yo hace unos años aprendí que no, que había que guardar. Entonces me agarró la pandemia y durante todo ese tiempo comimos con aceite, tranquilos. Pero tuve algunos amigos colegas que la pasaron mal, que los agarró mal parados.» Y tira una reflexión: “A mí me gusta tocar con mi proyecto Daniel Maza cuarteto, solo, en trío, y también como cesionista. Siempre le digo a mis alumnos: cuando agarrás esto, es como si te compraras un taxi; si solamente llevás rubios, estás complicado, se te va a acortar el rango de laburo. Hay que llevar a todo el mundo y tratar de encontrar la vuelta para disfrutarlo, porque si se te pone pesado tampoco va, si toco es porque me gusta, la estoy pasando bien.” Sobre estos meses de reencuentro con el púbico, en los que aflojó la pandemia, el músico dice que “la gente está encendida”.

-¿Extrañás algo de los tiempos con Osvaldo Fattoruso?

-Lo extraño pila. Era una musicazo increíble. Y las conversaciones eran increíbles. Antes de tocar, después de tocar, en los viajes. Y con Hugo lo mismo. Son tipos que aparte los admiro profundamente; los quiero porque son buena gente, tipos muy copados, y la música se les sale por todos lados. Hugo no para de tocar. A veces estábamos hablando por teléfono y me decía, “escuchá”: y Osvaldo, que estaba enfermo, aparecía tocando, estudiando como loco. Aparte lográs tocar con ellos y llegás con la liga mayor, ganando como cinco a cero. Con Hugo seguimos tocando, tenemos el Cuarteto Oriental, unos laburos y unos viajes que se están hablando. Y Osvaldo se extraña.

Y si bien a Maza le sobran virtudes para haber tenido el lugar que tuvo entre esos dos “musicazos”, lo cierto es que la convocatoria de los Fattoruso fue un hito en su vida musical. “Cuando ellos me llamaron la primera vez, Osvaldo -con el que teníamos un trío con Abel Rogantini- me dice: conseguí laburo para el Trío, vamos a tocar en Punta del Este, hay mil dólares para cada uno. Y yo le dije: ‘Osvaldo, nunca vi mil dólares yo; bueno, entonces le aviso a Abel…’. Y él me contestó. ‘No, es el Trío Fattoruso’. Y yo hice un silencio… Hugo empezó a mandarme grabaciones suyas por correo y me decía: ‘acá tenés que grabar esto solo’, y me hacía el solo con la boca (lo imita). La primera vez estaba como empastado; tocar con los Fattoruso es como que te llamen para jugar con Messi y Ronaldinho. Hasta que en un momento empezás a respirar igual que ellos, y ahí la cosa se acomoda. Entrás en la rosca, y empieza a caminar todo. Tuve mucha suerte.

Daniel Maza, Ricardo Lew, Ricardo Nolé y Fabián “Sapo” Miodownik en concierto
Presentan el álbum Maza, Lew, Fattoruso, Nolé – Vivo en Boris 2011. Viernes 22 de abril a la 20, en Bebop Club, Uriarte 1658.