Lo que queda del día (1993)

Su segundo trabajo en combinación con James Ivory y Anthony Hopkins que lleva al trío a su máxima expresión. Esta adaptación de la novela homónima de Kazuo Ishiguro narra la vida de un mayordomo británico (Hopkins) que está a las órdenes de un aristócrata simpatizante del nazismo en los años previos a la Segunda Guerra Mundial. A través de su mirada se ve el mundo de la aristocracia inglesa, con sus rituales, sus secretos y sus contradicciones, sobriedad y elegancia, su altivo espíritu y su lenguaje refinado.

Pero sobre todo su pretensión: acaso, según el lenguaje de hoy, su supremacismo. Aquí nuestra querida Emma hace su primera entrega de inteligencia y sensibilidad (las que luego desplegará en abanico con Ang Lee y en el resto de su carrera) como el ama de llaves Miss Kenton. De la mano de Hopkins, y Hopkins de su mano, ofrecerán una semblanza como pocas ha dado el cine sobre ese tiempo en el que la lealtad y la responsabilidad histórica tenían otros sentidos.

Disponible en Netflix y para alquilar en Claro y Google Play.

Sensatez y sentimientos (1995)

Momento consagratorio total, si algo así se puede afirmar de una Thompson que en los casi 30 años posteriores no dejaría de sorprender al público. En esta muy buena película basada en lo que los entendidos califican como una gran novela de la gran Jane Austen, Emma Thompson termina sobresaliendo. Y lo hace pese a que hay una fantástica dirección de Ang Lee, encomiables coprotagónicos de Kate Winslet y Hugh Grant y una recreación de época formidable.

Porque además, como si fuera poco, Thompson es autora del guión. O sea que hizo lucir a propios y ajenos y se atrevió a ponerse a la par de Austen. Tamaña osadía luego sería moneda corriente en su carrera, pero en ese entonces resultó un gran impacto que el cine y sus espectadores agradecieron: Thompson se tomó licencia de mujer para intervenir de ahí en más en cada uno de los papeles para los que la convocaran, lo que llevó a sus personajes a lugares inesperados. Que la convirtieron, entre otras cosas, en una de las actrices favoritas de las infancias. 

Disponible en Netflix y para alquilar en Apple TV, YouTube y Google Play.

Nanny McPhee- La nana mágica (2005)

Una de las dos películas para chicos elegidas para esta lista, como una forma de mostrar la amplitud interpretativa de Thompson. Se trata de una nueva versión de Mary Poppins con un toque de oscuridad -esa que desde los noventa se hicieron un clásico en las películas infantiles-, y en la que la actriz vuelve a tomar cartas en el asunto del guion.

Preservando el encanto y la nostalgia de los cuentos clásicos, con una estética cuidada y una atmósfera fantástica, tiene el atractivo de un humor y una ironía bien de estos tiempos, que se divierte jugando con los contrastes que se generan entre la severidad de la niñera y la anarquía de los niños. Un buen ejemplo de entretenimiento familiar con diversión y moralejas sin renunciar a la inteligencia ni al sentido crítico.

Disponible en Apple TV y para alquilar en YouTube, Google Play y Claro.

El sueño de Walt (2013)

O de como Mickey Mouse convenció a Mary Poppins que dejara adaptar su historia al cine. Tom Hanks y Emma Thompson transportan a la audiencia a una época de ensueño, un certero homenaje a la máquina mágica de Disney que es también a los relatos del cine dentro del cine.

Así la historia más conocida contiene a las que hablan del lado más humano y creativo de dos figuras emblemáticas del mundo literario y cinematográfico: P. L. Travers y Walt Disney. Escrita por Kelly Marcel, tiene el tono melancólico y emotivo apropiado con referencias al pasado de la escritora, mostrando facetas poco conocidas y también poniendo en relieve esas vicisitudes que con tanta testarudez la historia persigue a las mujeres.

Dirección de John Lee Hancock para una película que apela a la sobriedad ya que para la exaltación y el histrionismo está la propia historia pública de ambos personajes. Thompson vuelve a encontrar en sus personaje cosas que a la media suele escapárseles. 

Disponible en Disney+.

Buena suerte, Leo Grande (2022)

emma Thompson

Emma se hizo grande, y como nunca pretendió dar una edad menor a la que tenía o seguir las diversas modas, acá vuelve a un género que parecía ya no tener nada nuevo para dar. Es una comedia romántica aunque no del todo, y también una comedia dramática aunque no lo suficiente. En ese híbrido tan característico de la época, ella hace a una señora de 55 años que acaba de quedar viuda y contrata a un trabajador sexual que, según dice en una parte, le ha hecho pasar el mejor tiempo de su vida.

Claro que sabe que exagera, pero sabe que no exagera cuando dice lo mismo sobre el sexo: el gigoló interpretado por Daryl McCormack la hace viajar por espacios desconocidos de su cuerpo, vivir un mundo de sensaciones que no creía que existía, en definitiva, hace que la Nancy Stokes que interpreta viva prácticamente un momento místico en el que cree haber descubierto la cara de Dios. Nada de lo que se pueda actuar le es ajeno a Emma Thompson. 

Disponible en Netflix y para alquilar en Apple TV y Google Play.