Con trabajo y convicción, Ferni de Gyldenfeldt creó junto a su hermana gemela Luchi Ópera Queer, el show que busca deconstruir el género lírico y que terminó por convertirse en una de las iniciativas más representativas de su arte.


“Desde chicas jugábamos a cantar y a interpretar óperas y escenas que nos gustaban, porque venimos de una familia muy melómana”, cuenta en diálogo con Tiempo Ferni. “Pero hace siete años armamos este espectáculo, como parte de nuestra lucha para no esconder lo que somos. Este es un show pedagógico y didáctico, porque hablamos de ópera, pero también del machismo, de algunas concepciones que marcan una diferencia entre las personas y que en realidad no tienen nada que ver con lo artístico. Esta es nuestra manera de decir que las identidades binarias y no binarias, fuera de lo hegemónico, también somos legítimas representantes de la música y la cultura”, cuenta la cantante trans no binaria antes de la presentación de Ópera Queer este fin de semana, y que en esta ocasión contará con la participación de Valen Bonetto. Así, las artistas y hermanas incorporaron una perspectiva que incluye a públicos de distintas edades, y pudieron lograr que la propuesta sirviera para hablar de las diversidades en escuelas, universidades y espacios de formación docente, entre otros.

En suma, Ópera Queer es una herramienta de militancia. “Es un mundo, a pesar de los avances que se vienen logrando, muy hostil”, sigue Ferni. “Hay sectores conservadores que todavía no aceptan la diversidad. Entonces nosotras estamos empecinadas en construir desde la belleza, compartiendo nuestra música, pero desde una propuesta política que tomó forma en este show. Es nuestra manera de ser ‘artivista’, como le decimos nosotras, porque es activismo desde el arte”. Sobre este punto, explaya: “Le dimos rienda suelta a la exploración de nuestra propia identidad, al feminizar roles masculinos, al deconstruir las estructuras líricas clásicas, mezclándolo con humor y conectando con la gente, hablando de qué se tratan las obras clásicas del género. Por ejemplo, la ópera Carmen, que en su argumento no hace otra cosa que narrar un femicidio, o porque es ridículo que uno u otro rol tenga que ser de un hombre o una mujer”, ejemplifica la “artivista”. “Toda la música es hermosa, no hay identidades que están habilitadas para una cosa u otra. Todes podemos gozar del arte en libertad y eso es lo más fuerte que queremos transmitir”.

En ese sentido, vale aclarar que Luchi Gyldenfeldt es titular de una cátedra nueva en el UNA: Canto disidente, que recorre la historia de la lírica desde una perspectiva más inclusiva, siendo la primera materia de estas características en el mundo. Sobre su hermana y colaboradora, Ferni agrega: “ella tiene un perfil más lírico, está preparando una ópera nacional que va estrenar en el CCK, pero yo estoy explorando más mi costado de cantora de música popular. La ópera tiene un lugar muy potente para mí, pero el folclore es un género que me acompañó desde muy chica, y desde entonces admiro a artistas como el Dúo Salteño, el Cuchi Leguizamón, Liliana Herrero y Mercedes Sosa”, comenta la cantante que consiguió que el tradicional Festival Nacional de Folclore de Cosquín cambiara un estatuto de más de 50 años, anulando las categorías de “voz femenina” y “voz masculina” para reemplazarlo por el de “solista vocal”, sin distinción de género. Pero detrás de eso hay una historia.

Ferni se impuso como intérprete en la sede porteña del Pre-Cosquín, pero se le negó la clasificación en el “Rubro Solista Vocal Femenino”, a pesar de haber ganado el certamen con el mayor puntaje otorgado por el jurado integrado por Mónica Abraham, Franco Luciani y Marian Farías Gómez. Eso motivó una denuncia en el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi). La organización tuvo que cambiar el rubro, y Ferni pudo participar y llegar a la final, aunque perdió. De todos modos, lo vivió como una victoria. “Fue histórico. Tuvo mucha importancia simbólica. Fue visibilizar el epicentro del patriarcado más homofóbico y machista del arte nacional, una realidad silenciada desde siempre. Fue decir aquí estamos, con vehemencia, con fuerza. Este es un momento para no escondernos más, para empoderarnos. Seguir abriendo camino para lo que vendrá y demostrar que las identidades trans no nos hacemos, sino que nacemos, nos formamos, y creamos arte e identidad como cualquier otra persona. Tenemos que vivir sin miedo”.

La cantante llegó a estar entonces en el escenario Atahualpa Yupanqui de la Plaza Próspero Molina, cantando “Grito santiagueño”, de Raúl Carnota, y “La Celedonia Batista” de Teresa Parodi; mientras que para la instancia decisiva del certamen eligió “Como de zamba”, con letra de Susy Shock y música de Leopoldo Caracoche. “Llevé a una autora travesti para hacer presente nuestro sentir y mostrar que el talento no tiene etiquetas. Estoy contenta, porque muchos pudieron escuchar más allá del prejuicio y de la cuestión social anquilosada, que no nos deja crecer. Pude romper fronteras, para que se escuche la calidad de la propuesta artística hecha con libertad y con respeto”.

Actualmente, además de la presentación de mañana de Ópera Queer, Ferni prepara una gira para octubre por Mendoza y Catamarca junto al guitarrista Nahuel Quipildor, mientras que todos los miércoles a las 20 conduce por Radio Nacional Folklórica Brotecitos, otro será el cantar, el primer programa de folklore y tango con perspectiva transfeminista, junto a Susy Shock y Valen Bonetto. “Es un ciclo de música, entrevistas y pensamiento dinámico, con la sensibilidad de los sonidos del folklore y el tango, pero desde la libertad”, asegura la cantante.

Ópera Queer
Artista invitado: Valen Bonetto. Sábado 25 de Junio a las 21, en J.J Circuito Cultural, Jean Jaures 347.