Mark Fisher (1968- 2017) fue un importante crítico musical británico, escritor, editor y docente. “K-Punk volumen 1 – Escritos reunidos e inéditos (Libros, películas y televisión)” es el primer lanzamiento de una trilogía que pertenece a la colección “Futuros Próximos”. Esta compilación incluye textos inéditos y una mayoría proveniente del blog que le da nombre al libro publicado por la editorial Caja Negra.

“¿Por qué comencé el blog? Porque me parecía que era un espacio –el único espacio– en el que podría continuar un tipo de discurso que se había iniciado en la prensa musical y en las escuelas de arte, pero que casi había desaparecido, provocando, a mi entender, consecuencias culturales y políticas espantosas”. Con esta explicación del propio Fisher comienza un libro que se propone indagar en producciones culturales contemporáneas, pero con una mirada distintiva.

En este primer volumen Fisher desarrolla y analiza varias de sus obsesiones: películas como “Avatar”, las sagas de “Star Wars” y “Batman”, “La Caída” –a la que define como “una genuina obra maestra”–, “El Resplandor” y el universo fílmico de David Cronemberg, son apenas algunos ejemplos.

La música siempre está presente como un puente que une a sus géneros y movimientos con los procesos históricos, especialmente los relacionados con el punk y el postpunk.

“K-Punk Volumen 1” también se detiene en la obra del escritor de ciencia ficción J G Ballard. Fisher analiza ciertos rasgos que caracterizan a los personajes y sus conductas extremas, que casi siempre explotan dentro de situaciones límites como pueden ser las catástrofes climáticas.

En el universo de Fisher todo se ramifica y se enlaza en un sinfín de conexiones que sirven como disparadores para llegar a autores como Nietzsche, Fedric Jameson, Gilles Deleuze, Zizek, J G Ballard, Lacan, y William Burroughs, entre muchos otros.

“Fisher funcionó dentro del campo del pensamiento como un catalizador que vinculaba la teoría filosófica con la música y el cine, la técnica con pensamientos más estéticos. Desde el blog, y antes también en su participación en ciertos espacios marginales de la academia y a través de una colección editorial que él dirigió como editor (Zer0 Books), ocupó un rol de vaso comunicante entre muchos autores, siempre tuvo esa capacidad de conexión, de hipervínculo”, detalla el editor de Caja Negra Ezequiel Fanego.

Fisher se fue demasiado rápido. Su suicidio dejó un vacío que reclama que otras mentes igual de lúcidas asuman el riesgo de denunciar los estragos que produce el sistema capitalista cuando opera a través de la silenciosa proscripción de un futuro más auspicioso.