Existen hechos en la historia de nuestro país que todavía exigen una urgente relectura. Así lo pensó el piloto e investigador Alejandro Covello en su libro Batallas aéreas (Aviación, política y violencia. Argentina 1910-1955), en el que recorre una serie de sucesos aeronáuticos trascendentales sucedidos ennuestro país pero generalmente ocultados. El último capítulo rescata, exhibe y devela lo sucedido el 16 de junio de 1955, cuando la Fuerza Aérea –junto a aviones de la Marina– bombardeó Plaza de Mayo y zonas aledañas causando miles de heridos y la muerte de más de 400 personas. La excusa de los golpistas fue que querían matar al presidente Juan Domingo Perón, pero aquel acto de terrorismo buscaba eso y mucho más.

Para echar luz sobre esos siniestros hechos el director Nicolás Dalmasso le dio forma a Piloto de caza, un documental basado en el libro de Covello que está disponible en la plataforma pública y gratuita Cont.ar desde el jueves último. Pensado como un largometraje, en paralelo a los bombardeos la trama reconstruye la vida y obra del teniente Ernesto Jorge “Muñeco” Adradas, un piloto de cazabombardero que enfrentó en el aire a los golpistas y  derribó en pleno vuelo a un avión sublevado, salvando de esa forma cientos de vidas inocentes. Covello investigó detalladamente los hechos, encontró abundante material de archivo y realizó docenas de entrevistas a camaradas de Adradas. Pero también dio con su viuda, que por medio de su relato incorpora aspectos desconocidos sobre la vida de su marido.

“Esta película nos llevó unos cuatro años de trabajo, pero finalmente llegamos al estreno. Ahora todo lo que hicimos, como suele suceder en estos casos, es de dominio público y ya no nos pertenece”, acota el piloto e investigador.

En Piloto de caza, el análisis de la importancia del 16 de junio de 1955 es vital, tanto como la vida y audacia de Adradas. “Una parte significativa del tiempo de producción de esta película se la llevó la investigación sobre el “Muñeco” Adradas (fallecido en 1984) porque fue un aviador que fue omitido por la historia del país y la propia Fuerza Aérea. Poder hacer memoria sobre su vida era algo que merecía, así que fuimos en busca de eso. Ahora yo estoy retirado, pero en 1982 ingresé a la Fuerza Aérea y no conocía nada de él, hasta que escribiendo el libro me dieron el dato de la existencia de un combate aéreo sobre el Río de la Plata en 1955, y ahí entró Adradas. Yo no podía creer que luego de 17 años en la fuerza nadie haya comentado nada. Así que comencé a investigar sobre él, encontré a su viuda que me contó sobre su vida como piloto brillante recibido con honores y que voló el mejor avión de su tiempo, el Gloster Meteor”, revela Covello.

“Dar con la viuda fue difícil porque hubo que tocar muchos timbres, pero gracias a ella llegué a los amigos compañeros de Fuerza de Adradas, que como él fueron expulsados luego del golpe de 1955, vía juicio militar. Ahí me entero que tenían prohibido hablar, y que por eso Adradas se fue a trabajar como remisero, luego hizo fumigación aérea y después de mucho tiempo pudo entrar en Aerolíneas Argentinas. Fue un perseguido toda la vida, y de hecho casi es fusilado el mismo 16 de junio en la base de Morón, pero se escapó. Ahí salvó su vida por primera vez, aunque después lo encontraron en Ituzaingó en un bar y le simularon un fusilamiento para luego dejarlo todo golpeado en un baldío. Su viuda me contó que su marido no era peronista, pero que amaba volar siendo piloto de combate y que cumplió su deber ese 16 de junio. Más tarde, ya siendo piloto de Aerolíneas Argentinas, le llevó cartas clandestinas a Perón en Puerta de Hierro, el General reconoció su trabajo hecho en 1955 y por eso fue parte de la tripulación aérea en la vuelta de Perón el 20 de junio de 1973, cuando regresó definitivamente al país”.

Más allá de las invalorables participaciones de testigos de época, Piloto de caza también se luce por su material de archivo: “Se pueden ver fotografías y material en video del Archivo General de la Nación, y en España encontré el despegue de Perón desde el aeropuerto de Barajas con la tripulación que lo traía. Lo que llama mucho la atención es que la cultura no se expresó durante este hecho, porque  durante más de 50 años no hubo películas, ficciones y poca literatura que lo recordaran. El artista plástico Daniel Santoro  tiene una obra sobre el 16 de junio, pero parece más un acto de resistencia que una obra. Él cuenta que hay pintores que pintaron el Guernica español, pero acá todavía no se pintó nuestro Guernica sucedido en junio de 1955”, concluye Covello. «



Piloto de caza
Un documental de Nicolás Dalmasso. Investigación periodística: Alejandro Covello. Disponible en Cont.ar.