Quedan dos viernes en septiembre pero habrá más para festejar sus 20 años, aunque ya no lleven el nombre completo de Me darás mil hijos, sino el abreviado de Mil hijos. Una nueva etapa que se decidió a fines del año pasado y que se confirmó en principio “a los diez minutos de estar tocando juntos”, según el líder y compositor Mariano Fernández, y se selló cuando hicieron las primeras presentaciones en mayo pasado y el éxito de público fue total. “Nos habíamos juntado e hicimos algunos shows más a modo de homenaje a mi hermano que como una vuelta formal u oficial de la banda -rememora Fernández la anterior juntada, como despedida de Santiago Fernández, también miembro de Mil Hijos-. Esta vuelta así podría calificarse como un regreso más oficial y formal del grupo, ya comprometido también con todo lo que nos está pasando.”

Este regreso formal y triunfal también traerá nuevos temas en los que están trabajando. “En principio la vuelta fue revisitar los cuatro discos, que nos llevó un buen tiempo, digamos, meternos en el repertorio porque estamos hablando de más de 50 canciones. Este año nos juntamos a ensayar y el primer desafío fue volver a meternos con nuestro repertorio, revisitarlo, reversionarlo y eso llevó una buena parte del tiempo. Y estos ciclos tenían idea en principio de este camino de festejar los 20 años, ir pasando por los distintos discos, por los distintos temas que conformaron nuestra historia. Y ante la respuesta y todo lo que fue pasando con la multiplicación de las fechas, con los Tasso llenos de gente muy entusiasmada y participando del show como si no hubiese pasado el tiempo, nos llevaron a una segunda instancia que estamos trabajando también, que es un material en el Maipo de la presentación de nuestro primer disco. O sea que estamos generando nuevo material por distintas vías.”

Valses, milongas, boleros, acordes rock, tangueados o no, fox trot, ritmos balcánicos, la explosión de energía de Me darás mil hijos a comienzos del siglo fue una inyección de vitalidad en medio de un panorama en el que parecía que nada quedaría en pie. “La formación de orquesta nos dio siempre la posibilidad de jugar un poco e ir atrás de lo que cada canción nos pide; si a una canción le encontramos un aire de bolero, vamos a full por ese lado, si tiene un aire de fox trot, vamos por ahí.” Eso con una lírica bien arraigada en lo urbano, esa línea que hasta entonces habían establecido el tango y el rock, le daban un vuelo nuevo a la canción ciudadana que sorprendió a una juventud a la que el rock barrial ya no le daba respuestas, y menos le hacía preguntas.  

Más allá de que las cosas suelen tener sus propios tiempos, si todo es tan sencillo entonces uno se pregunta por qué el reencuentro no sucedió antes. “Creo que jugaron dos factores. En la vuelta anterior que fue en formato homenaje todavía había mucho dolor, y esa ausencia, para mí y para todos era como haber perdido mi mitad a la hora de componer. Creo que llevó un tiempo ese duelo, y también ver bueno desde dónde nos reencontrábamos.” El empujón ese que siempre hace falta lo dio la gente “del Tasso que insistía, insistía, insistía”. Insistencia que motivó a Fernández a formar un grupo de WhatsApp para ver qué les parecía la idea: “A las 24 horas todos dijeron que sí”, ríe. “Tal vez hubo alguna intuición o algo ahí que fue: capaz que es ahora. Y era ahora.”

Foto: Prensa Torquato Tasso

La gente en el Tasso hizo el resto, y las fechas se prolongaron. “Nos dimos cuenta de que habíamos sido compañeros en la formación de un montón de gente. Fue a reencontrarse y hacer las paces con eso, revalorarlo. Tuvimos un paso por acá, una carrera, dejamos una obra que está buena. Reencontrarnos con eso y quererlo ya sin las expectativas de que esto llegue a algún lugar. Desvestirse de esa necesidad ‘exitista’ de prosperidad, carrera y hacerte amigo de lo que fue desde el lugar que fue, y con la huella que uno fue dejando con lo que hizo. Hicimos las paces con todo lo que vivimos, cosas muy hermosas y otras muy dolorosas. Desde ese lugar creo que hay una madurez de todos y eso se refleja en lo musical, entre nosotros, como una especie de gran familia.”


“Un par de nuestros hijos abrieron nuestros shows en esta vuelta. Lo cual fue una cosa completamente flashera porque tenemos ya hijos de 20 años y adolescentes, y disfrutamos mucho la multiplicación, que van siguiendo el camino.” En esa relación amorosa que establecieron con la música allá por 2002, seguramente parieron más de mil hijos. En el camino dejaron uno, Santiago Fernández, porque pese a que nos pese, no hay amor sin costo: al menos cuando “uno está comprometido con lo que está haciendo”.


Mil hijos

Viernes de septiembre, Torquato Tasso (Defensa 1575). A las 22.