Miembro del Quinteto Astor Piazzolla, con actuaciones, entre otras, con la Orpheus Chamber Orchestra, The Royal Philharmonic of London, la Filarmónica de México, y ganador de varios Grammys, el gran músico Pablo Ziegler vuelve a presentarse en Buenos Aires “para juntarse con amigos y despuntar un poco vicio”, sonríe. Con presentaciones el viernes 10 y el sábado 11 de febrero (y una en marzo) con la Pablo Ziegler Jazz Tango Trío & Masae Shiwa en el marco del Festival Summertime 2023 de Bebop Club, el compositor y pianista también está en la Argentina “para visitar a los nietos y la familia”.

“Tengo un grupo en Argentina, uno en Nueva York, uno en Berlín y otro en Japón -cuenta-. Los tengo un poco por las distancias, los vuelos y eso, que es algo que han hecho los músicos de jazz en la época del Bebop, que se movían como podían: de a uno, de a dos y se asociaban a otros músicos en otros países”. Residente desde hace 20 años en Nueva York, fue Quique Sinesi quien durante su estancia en Berlín le propuso “hacer lo mismo que en Buenos Aires”, y así fue que lo invitaron a Walter Castro para armar la formación berlinesa. “Y hace más de diez años me encuentro con una persona fantástica en Nueva York, que hoy es mi esposa japonesa, Masae Shiwa, y empecé a viajar y a conectarme con músicos japoneses. Porque además, ellos tienen una tradición increíble en el tango, ya desde el año 30, que se acentuó con la Segunda Guerra Mundial porque no se podía pasar música estadounidense. Encontré unos músicos fantásticos.”

Ziegler tiene un recorrido que entrelaza jazz y tango, pese a que su formación musical es clásica. “De pibe hice unos temas que aprendí con mi viejo, que era violinista de la orquesta del sello Columbia y me enseñó algunos tanguitos”, minimiza. “Pero después se me cruzó el jazz y me cambió la carrera. La improvisación, aprender a improvisar, me maravilló. Y eso hice con mi primer grupo”. Y con él, todo ese recorrido por un montón de programas de televisión y obras de teatro (“hice todos los shows de Cecilia Rosetto y muchas músicas de películas”), hasta que López Rega decidió que David Stivel, con quien Ziegler trabajaba en el Clan Stivel, “era peronista revolucionario”, y los echó. Y ahí, en pleno tiempo de jazz -aunque sin trabajo estable- un músico amigo le dice que Astor Piazzolla quiere hablar con él, que lo llame.

“Astor -le digo -, yo soy músico de jazz; y él me dice: ‘Te llamo por eso’. ¿No es maravilloso?”, ríe. Allí vino más de una década prodigiosa para ambos músicos, que incluyó un concierto fenomenal con una versión de Tristeza de un Doble A de 27 minutos de duración en el Festival de Jazz de Montreal 1985, que quedó guardada en la memoria de muchos (y en YouTube). “La mitad de esa improvisación yo le tiraba una frase y él me la contestaba; tenés que ver el cambio enorme que hubo en ese grupo, en la improvisación. Con ese quinteto seguimos hasta que él tuvo sus problemas de salud.”

De ese tiempo vino también la idea que lo ubicó como uno de los exponentes principales del nuevo tango, que combinaba ritmos y arreglos del tango y la música clásica con improvisación del jazz. “Ástor me decía que al improvisar, tratara de poner en las frases la música de Buenos Aires, y así empecé a tener un estilo como jazz aporteñado. Con eso, Piazzolla me ayudó mucho a tener un estilo propio”. Eso, y la colaboración de “un productor maravilloso, Ettore Stratta” cuando empezó a vivir en Nueva York, lo llevó a tocar “jazz estándar todos los años, donde tocaban los mejores solistas de jazz de los Estados Unidos. Ese ida y vuelta con tipos como Chick Corea, uno de Baker Brothers, Regina Carter -los tipos estaban fascinados-, fue cambiando mi impronta musical. Mi experiencia con la música nuestra de Buenos Aires y la improvisación aporteñada fue lo que me llevó por todo el mundo”.

-Con toda esa trayectoria, ¿cómo ves la evolución del jazz y el tango y su relación con las generaciones más jóvenes?

-Cuando me uní a Piazzolla, si había otro músico distinto que yo comparaba con él, pero desde otro género, era Dino Saluzzi. Y Saluzzi en su grupo tenía a Quique Sinesi, que después viene a ser mi guitarrista en mi primer cuarteto. Pero en esa época, en 1978, Piazzolla arrancaba de nuevo. Y no había grupos innovadores en el tango. Eso en los ‘90 empezó a cambiar y ahora hay músicos fantásticos. Algunos siguen más la tradición de Piazzolla y otros hacen cosas nuevas y distintas. De alguna manera, eso que me pasó a mí fue generando un cambio en muchos músicos argentinos.

La última es una pregunta tramposa, pero Ziegler la responde con la misma elegancia con la que interpreta y compone. “Los premios vienen solos -dice sobre si prefiere el reconocimiento de los premios o de los colegas-: yo cada álbum que grabo lo mando al Grammy. El primero fue en 2005 y me enteré por la televisión: Mora Juárez, hija de Manolo, que en ese momento manejaba Notorious, fue la que mandó al Grammy uno de mis discos y ahí gané el primer premio. Cuando mandé Jazz Tango (ganador en 2018) vi que quedó en el Grammy americano, y dije: va a ser complicado esto, pero por lo menos ya estar en la ceremonia era un privilegio. Y de pronto ganamos en Latin Jazz, que siempre estuvo en manos de músicos de jazz del Caribe. Me sentí muy contento por la música nuestra.”



Pablo Ziegler Jazz Tango Trío & Masae Shiwa

Se presentan en el marco del Festival Summertime 2023. Con Pablo Ziegler en piano, composición, arreglos; Walter Castro en bandoneón; Horacio «Mono» Hurtado en contrabajo y Masae Shiwa en teclados. Viernes 10 y sábado 11 de febrero, y martes 3 de marzo, a las 20 en Bebop Club, Uriarte 1658.