Hay historias que hablan de nosotros, de los humanos, pero a veces, de los costados más despreciables, oscuros y complejos. Alex Tossenberger, director y guionista de Un bosque en silencio, elige para contar aquello un lugar idílico en Tierra del Fuego. La película se centra en Manuel (interpretado por Iñaki Aldao), un joven que retorna a su terruño con la intención de prepararse para entrar al conservatorio de música. Ahí empieza una relación con Sibila, la hija de un latifundista, quien se niega a esa relación. Manuel pondrá entonces en juego su deseo por la música y por su amor prohibido, y una serie de tensas circunstancias llevarán adelante una narración intensa, en un film que de alguna manera también habla de la Argentina y su estructuración social.

Como parte de un elenco que incluye a Andrea Bonelli , a Lorena Vega y a Carlos Kaspar (ver recuadro) Víctor Laplace es el villano, el que muestra el peor costado de los poderosos y expone los aspectos clasistas de esta historia. Como padre del protagonista y en el polo opuesto, Kaspar es un hombre que pierde el trabajo y no sabe cómo hacer para ayudar a su hijo a cumplir su sueño. “Es un film que remarca los intereses de clases, y lo hace contando un amor prohibido como eje, a lo Romeo y Julieta«, dice Laplace. «Además, se plantea en la Patagonia, que con una belleza inconmensurable y una paz especial, es ideal para salir de lo citadino. Hay acciones no tan santas en el paraíso. El paisaje tranquilo también puede contener situaciones complejas. Con Alex (Tossenberg), el director, también hice de malvado en La guarida del lobo, su anterior película, que filmamos en 2018.  Es un desafío. Porque hay mucha gente buena en la vida, la mayoría, pero los malvados, están a la orden del día. Además, tienen mucho poder. Hay que aprender de los errores y no discutir como en la época de las cavernas, para detectar aquellos que hacen el mal en pequeñas acciones. Discutir entre hermanos no nos lleva a ningún lado, y esto se ve claro en esta historia”, apunta el intérprete.


Para Laplace, la película ayuda a reflexionar sobre las cosas que pasan en la Argentina y en el mundo, de alguna manera, tratando de invitar a pensar cómo sanearlo. “Hay una lucha despareja, entre los poderosos y los que tratan de mejorar las cosas. Esto queda claro. Pero por suerte todavía se puede luchar o al menos mostrar cuán malos son los malos. Filmamos el año pasado, aprovechando la geografía, para demostrar que en todos lados, y en cualquier momento, pueden aparecer personajes nefastos y violentos, como el que me tocó interpretar en este caso”.


Más allá de este estreno, Laplace comparte que siempre encuentra un proyecto que lo motive. “Lo mío es la autogestión, de toda la vida. Desde que armaba los bailes de carnaval en Tandil.  Nunca espero que me llamen, sino que genero, y si luego me proponen algo, veo. Ahora estoy retomando un proyecto que habíamos creado con Aída Bortnik,; se llama Soldados y soldaditos. Habla de los soldados de verdad y los soldados de morondanga. De un soldado yankee que está cansado de invadir y hace rimas con todos los lugares a los que le tocó ir, hasta de un samurái, que se hace el harakiri por el honor y la ética. También estoy produciendo un audiovisual para el CCK”. Además, el actor está por llevar al cine la obra de teatro que estuvo haciendo hasta hace algunos meses, Rotos de amor, de Rafael Bruza.



Carlos Kaspar:el antagonista en un papel para la reflexión

Carlos Kaspar hace del padre de Manuel, quien pierde el trabajo y no sabe cómo hacer para ayudar a su hijo a cumplir su sueño. “Esta es una película muy interesante, porque plantea que la idea de la solidaridad y la aceptación que tenemos como pueblo no es así en todos los casos, y que hay un racismo que muchas veces aflora y hay que hacerse cargo de esa carencia como sociedad”, afirma Kaspar. “Saber que falta aún evolucionar en ese aspecto y no dejar que ciertas ideas, que invitan a relegar a otras personas, se sigan. Somos un país muy abierto, pero la discriminación aparece con potencia. Este film lo muestra de una manera especial, contando luchas cotidianas, que a pesar del entorno idílico, pasan”.

Kaspar cree que estrenar una película bien realizada, con buenas actuaciones, es un lujo que se da a pesar de las dificultades. “Es que el cine y el teatro, el arte en general, resiste a todo. Cuando hay una historia para contar, una punta para invitar a reflexionar, de alguna manera, se plasma. Yo vengo de filmar mi primer cortometraje como director, en Chile, y es algo que me tiene entusiasmado” cuenta. Además, Kaspar está haciendo teatro: Moconá, tierra de polacos; y está ensayando Bruto en el Teatro Payró, donde trabajará bajo las ordenes de Oscar Barney Finn. “Hoy en día todo cambió, para los actores el volumen de trabajo se achicó, la tele no es más importante que las plataformas, las remuneraciones son distintas, creo que hay que reinventarse constantemente y seguir el ejemplo de gente como Victor. Hay que buscar hacer algo que amemos, algo que nos guste y nos de vida”, afirma Kaspar.


Un bosque en silencio 
De Alex Tossenberger. con Iñaki Aldao, Antonella Ferrari, Lorena Vega, Carlos Kaspar, Víctor Laplace y Andrea Bonelli. En las mejores salas.