El rock no es la solución para todos los problemas de la vida. Pero en su justa medida y disonantemente puede transformarse en una catarsis salvadora. Cam Beszkin es cantante, compositora, guitarrista, bajista e inquieta crónica. Con Enamorar o morir abrazó como nunca la angustia rock y la devolvió sin estereotipos y en estado de canciones volcánicas. En su tercer disco solista también encontró una medida exacta entre dientes apretados y sensibilidad, emoción e inteligencia, crudeza y hi-fi. Este sábado lo presentará en Roseti con un formato especial: doble batería + un guitarrista invitado.

Olvidensé de White Stripes o The Kills. Beszkin (guitarra y voz) y Arnaldo Taurel (batería, ex Porco) encarnan un power dúo que elude las fotocopias. «Había trabajado con la formación guitarra-batería ya en ‘Este amor ya no es para tanto’ (2013), mi disco anterior. Pero recién después de grabarlo empezamos a tocar con Arnaldo y fuimos encontrando una química e identidad nueva. Pensé los temas de Enamorar o morir para nosotros dos. Creo que en buena medida por eso ganaron en expresividad y dinámica. La participación de Sergio Álvarez como productor también resultó muy importante.»

Beszkin se formó como bajista y cantante. Por eso no dejar de llamar la atención la convicción con que suena su guitarra. En Enamorar o morir no hay lugar para rasgueos cándidos ni acompañamientos de ocasión. Se trata de riffs incisivos y texturas envolventes que lucen, pero nunca distraen del formato canción. La voz es otro de los puntales del disco. Beszkin canta y muy bien, una costumbre cada vez menos recurrente en las arenas del rock, pero además sabe interpretar lo que dice. «Estudié canto muchos años con Iris Guiñazú. Pero desde hace un tiempo me tomé un descanso. Creo que para que te baje determinada información necesitás un camino y espacio. Es algo tan necesario como dormir o las vacaciones. Me parece que los resultados de esos procesos se escuchan en el disco.»

Sergio Álvarez (ex Porco, Panza) fue una pieza clave en la concepción y resultado final de Enamorar o morir. «Es mi profesor de guitarra, mi amigo, Panza me encanta y tuvo una aporte decisivo en el sonido del disco y otras cuestiones. Fue como grabar en familia», detalla Beszkin. Trabajar con un productor puede ser un tema de debate. Históricamente –y no sin razón– los productores fueron vistos como agentes de inteligencia corporativos. Pero en la era de la independencia impuesta –la grandes discográficas hace años se retiraron del rock minorista– pueden hacer un aporte realmente enriquecedor. No siempre la omnipotencia de los solistas o líderes de bandas tiene todas las respuestas. «Yo también tenía mis prejuicios –confiesa la cantante y compositora–. Comencé a sacármelos con Lucas Finocchi en mi segundo disco y con Sergio las cosas no pudieron salir mejor».

El rock-power blues de Enamorar o morir es el vehículo para letras vitales, que por momento se hacen carne viva. La cantante explica: «El título se refiere a enamorar a la vida. A sentirla más radiante. A pesar de todo. Peleándola. Y lo que no va hay que darlo de baja. Hacerlo ‘morir’ para pasar a otra cosa. Es necesario no dejarse llevar por tantas dudas o definiciones pendientes. El disco habla mucho de relaciones, sí. Pero no siempre. «Como un susurro», por ejemplo, se refiere a una amiga que se suicidó y «El propietario» es una declaración contra el machismo. En definitiva, creo que los vínculos lo son todo. Hasta para los mas ermitaños».

El video clip de Enamorar o morir (el tema) convocó muchos me gusta en las redes sociales y alguna supuesta paradoja. Las imágenes incluyen una coreografía de lucha/refriegas/besos en el barro entre dos chicas, a las que se suma una entusiasta Beszkin. «Una chica me recriminó que era algo machista –revela–, pero no lo veo así. Yo soy lesbiana. Me encantan las mujeres y el barro. No interpreto un papel para calentar a los tipos. En todo caso es lo que me calienta a mí y puede coincidir porque más o menos nos atrae lo mismo de las mujeres. Hay que permitirse exteriorizar el deseo.»

Cam Beszkin sigue presentando Enamorar o morir este sábado a las 22 en Roseti (Roseti 722). La acompañarán Arnaldo Taurel (batería) y Andrés Elstein (batería). Invitado: Renzo Baltuzzi (guitarra).