El indicador del Índice Crianza que elabora el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) fue tomado como referencia en 19 fallos judiciales en litigios de incumplimientos de la cuota alimentaria en diez provincias.

El dato se conoció esta semana y convierte a esta herramienta creada a partir un trabajo de investigación que realizó el Ministerio de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad de la Provincia de Buenos Aires. El índice Crianza mide el costo de bienes y servicios esenciales en el cuidado de niñas, niños y adolescentes y comenzó a publicarse con regularidad desde mayo de este año.

Según un informe realizado por Unicef, en el país hay 1.600.000 de hogares monomarentales donde viven más de 3 millones de niños, niñas y adolescentes, lo que implica 1 de cada 4 hogares. “En 3 de cada cinco hogares no se percibe la cuota alimentaria en tiempo y forma”, explicó a Télam Sol Pietro, directora nacional de Economía, Igualdad y Género.

Esta semana se habló mucho de la responsabilidad paterna en las crianzas de lxs niñxs y puso en el foco el debate de los deudores de la cuota alimentaria y el impacto que tienen esas deudas en la vida de las mujeres, niños, niñas y adolescentes.

Cómo surgió este índice

Si pensamos con detenimiento la vida de nuestras compañeras de trabajo, amigas, familiares a cargo de un hogar monomarental, seguramente esas mujeres no pudieron estudiar todo lo que deseaban, no pudieron acceder a trabajos formales o simplemente fueron las más ausentes en las actividades sociales de ir a un bar, a un cumpleaños a una reunión. Para las mujeres a cargo de hogares, la situación es compleja porque son las principales responsables no sólo del cuidado sino también de la economía. Este aumenta la brecha económica entre un hombre y una mujer, pero también profundiza la desigualdad en todos los ámbitos de la vida. 

Desde ahí partieron las técnicas del Ministerio de las Mujeres de PBA cuando comenzaron a investigar sobre los deudores de la cuota alimentaria.

“El primer insumo que tomamos fue una encuesta que se realizó en forma virtual y que la respondieron más de 6000 mujeres en los 135 municipios de la provincia de Buenos Aires”, cuenta Sabrina Cartabia, integrante del equipo que llevó adelante la investigación y elaboró el informe.

El resultado que obtuvieron fue que 7 de cada 10 casos cuando las parejas se rompen, los padres eluden sus obligaciones parentales en relación con el cuidado de la crianza y la cuota alimentaria. “No la pagan o pagan menos de lo que deberían o pagan cuando quieren”, agrega.

Los datos que aparecen en el informe demuestran cuánto les afecta a las mujeres este incumplimiento. En primer lugar, aparece la cuestión del tiempo. “Tienen que gestionar el tiempo de una manera muy difícil: están solas con la crianza y el cuidado y además está la cuestión económica, o sea, la plata no les alcanza. Algunas se sobrecargan de trabajo, pero como el padre no se hace cargo del cuidado lo que genera es que esos chicos pasen mucho tiempo solos. Otras se endeudan para subsistir y cubrir una bola de deuda cotidiana. Y por esta es una de las razones por las cuales los hogares monomarentales están hasta ocho puntos más endeudados que los del resto de los hogares en nuestro país.”

Además de esto, entre el endeudamiento, la falta de tiempo y la saturación de las tareas de cuidado, las mujeres no tienen tiempo libre para desarrollar ninguna otra actividad.

“Si lo cruzamos con las encuestas que hay sobre el uso del tiempo, lo que te dicen las mujeres que están estalladas es que si tuvieran tiempo lo que harían es primero estudiar, o sea, mejorarían su nivel académico para poder tener mejores trabajos; buscarían trabajos registrados que no pueden tener porque si no tienen garantizado el cuidado, no pueden cumplir con un trabajo de 8 horas. Y otra cosa que nos decían es que harían deportes. Entonces ese abandono parental y esa sobrecarga de cuidado, lo que hace es excluir a las mujeres de otras actividades sociales, como por ejemplo participar de la política, estudiar, formar parte del mercado laboral en una mejor condición o hacer deportes”, analiza Cartabia.

El informe también tuvo la coordinación de Sol Calandria y Luci Cavallero.

Foto: Edgardo Gómez

La trampa judicial

Este índice busca ser una referencia para los casos de demandas por incumplimientos en el pago por la cuota alimentaria. La abogada destaca que de los resultados de esta investigación lo importante era que pueda existir una herramienta que involucre a los tres poderes del Estado.

“Si no hubiera Ministerio de las Mujeres en la provincia no hubiéramos hecho esta investigación de esto que es un problemón: estamos hablando del 70% de los casos, no es que le pasa a alguna mujer, nos pasa a todas. Lo más probable es que si te separás no te paguen la cuota alimentaria y vos tengas que lidiar con ese abandono parental en completa soledad”.

Tickets de todo y cuestionamientos sobre las compras son algunas de las cosas que viven las mujeres cuando inicia una demanda ante la justicia. Cartabia destaca que cuando una mujer intenta judicializar se encuentra, “con algo que se parece más a una carrera de obstáculos que te lleva a un callejón sin salida que a un camino claro con una respuesta rápida y certera”, de allí fue que surgió la inquietud de que se genere una variable de costo de la crianza. “Nos parecía ridículo que en 2023 y con todas las capacidades que tiene el Estado, no se puede aplicar una presunción de que cuidar tiene un costo mínimo”.

Hablar de co responsabilidad parental

Es la primera vez que el Estado se plantea la creación de una política pública en materia de cuota alimentaria. “Esta injusticia está naturalizada, en primer lugar, porque somos una sociedad que todavía tiene muy marcada la división sexual del trabajo, se entiende que la crianza de los hijos es algo de las mujeres” dice la abogada.

De la gestión del Ministerio de las Mujeres de PBA éste es uno de los grandes logros durante esta gestión. Actualmente, el Ministerio de Mujeres de Nación es quien trabaja intensamente en el análisis que realiza INDEC a la hora de determinar el índice mensual de crianza.

“Este es un tema central en la política argentina. Acá está involucrado el derecho a la vida de los niños, niñas y adolescentes. Eso es fundamental, porque si un niño cae en la pobreza por el incumplimiento alimentario, explica gran parte del fenómeno de feminización e infantilización de la pobreza. Las condiciones en las cuales se está ejerciendo la maternidad en nuestro país, hacen que la maternidad se haya vuelto un ancla a la pobreza, a la exclusión y al endeudamiento. Y esto entendemos que es fatal para una sociedad. Justamente el futuro de nuestra sociedad son nuestros niños y nuestros niños están completamente desamparados y en estado de pobreza”.

¿Cómo se calcula el índice?

El indicador de la tasa de crianza releva, por un lado, los costos mensuales de los bienes y servicios esenciales y, por el otro, el costo del cuidado para la protección de la primera infancia, la niñez y la adolescencia.

El Indec calcula el costo de los bienes y servicios para el desarrollo de infantes, niñas, niños y adolescentes, tomando el valor mensual de la canasta básica total (CBT) del Gran Buenos Aires (GBA) que difunde todos los meses para la medición de la pobreza.

En septiembre pasado, el costo de la Canasta de Crianza fue de $ 141.320 para los niños menores de un año; de $ 166.877 para los de entre uno y tres años; de $ 134.600 para las criaturas de entre cuatro y cinco años; y de $ 169.570 para los que tienen entre seis y 12 años.