A raíz del incremento sostenido de la actividad sísmica, el Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR) a través de su Observatorio Argentino de Vigilancia Volcánica (OAVV) y en conjunto con el Observatorio Volcanológico de los Andes del Sur (OVDAS) de Chile, aumentó el nivel de alerta técnica del Complejo Volcánico Laguna del Maule –ubicado en la región cordillerana que nuclea a Neuquén y Mendoza– a color Amarillo.

El Complejo Volcánico Laguna del Maule se encuentra ubicado en el límite entre las provincias de Neuquén y Mendoza, y el límite internacional con Chile, en la región del Maule, donde se encuentra la laguna que da nombre al volcán.

Se ubica tercero en el Ranking de Riesgo Volcánico para la República Argentina. Las localidades más cercanas ubicadas en territorio argentino se reparten en ambas provincias cordilleranas: en Neuquén, las localidades de Cochico y Barrancas; y en la provincia de Mendoza, las ciudades de Las Loicas, Bardas Blancas y Malargüe, en un radio entre 50 – 100 kilómetros aproximadamente. A su vez en las inmediaciones del volcán se encuentra el paso internacional Pehuenche.

«El cambio del nivel de alerta técnica se basa en un aumento en los parámetros de actividad sísmica del volcán desde el pasado jueves 30 de marzo del corriente año, los cuales se han mantenido de forma sostenida a lo largo de los últimos días, con el registro de más de 10.000 eventos de tipo volcano-tectónicos (VT), asociados al fracturamiento de roca al interior del volcán», informó el organismo.

«Esta sismicidad ha sido localizada principalmente sobre el sector chileno del Complejo Volcánico, al sur del sector de las nieblas, a lo largo de en un área elongada en dirección noreste-sureste, aproximadamente a 10 km al suroeste del centro de la laguna y con un rango de profundidad de hasta 8 km», acotaron.

Aclararon que aunque la cantidad de eventos y el desarrollo de esta sismicidad es la de mayor duración registrada desde el inicio del monitoreo instrumental en este volcán en 2012, «las magnitudes calculadas hasta el momento han sido de baja energía y localizadas sobre este sector específico».

Sin embargo, el registro de eventos esporádicos cada vez con mayor magnitud, como los ocurridos el 3 de abril, con magnitudes locales de 2.5, 2.8 y 2.9 respectivamente, y profundidades entre 4.5 y 8 km, generó que sea necesario realizar «un seguimiento más intensivo» sobre la actividad del volcán.

Con el escenario actual, por ahora descartan la posibilidad de un proceso eruptivo inminente, aunque consideran que el Complejo Volcánico se encuentra por encima de su nivel de base de actividad.

En el organismo agregaron que «se continuarán con las tareas de monitoreo y cooperación conjunta con el Observatorio Vulcanológico de los Andes del SUR (OVDAS) de Chile, al igual que con las autoridades locales y provinciales, en el marco de nuestro Sistema Nacional para la Gestión Integral del Riesgo (SINAGIR) y se informará ante cualquier cambio».