Pasó un nuevo fin de semana largo, con un récord de personas movilizadas. Muchas de ellas en colectivos de larga distancia. Pero hay algo que se mantiene con el tiempo: el poco apego al cinturón de seguridad en los micros. Ahora un estudio indagó acerca de por qué se lo utiliza en tan poca proporción.

De acuerdo a los relevamientos del Observatorio Argentino de Turismo (OAT), se movilizaron 2,7 millones de turistas durante Semana Santa, cifra récord para este receso, un 4% más que lo ocurrido el año pasado con el impulso del programa PreViaje. El problema es que se sigue repitiendo el nulo uso del cinturón en los micros.

Un informe de la Junta de Seguridad en el Transporte (JST), organismo en la órbita del Ministerio de Transporte de la Nación, relevó cuáles son los factores que desincentivan el uso del cinturón de seguridad al viajar en micros de larga distancia: la dificultad para acceder a los dispositivos de retención en la butaca, su mal funcionamiento; la falta de precisión y aplicación en el marco regulatorio, como también la escasa información brindada a las personas. 

«Esta investigación permite sostener que una proporción muy baja de personas usuarias viajan protegidas«, sostiene la JST. Y agrega: «utilizar el cinturón de seguridad es una práctica poco frecuente en micros de larga distancia».

En una primera etapa de investigación, concluyeron que solamente 4 de cada 10 personas informaron utilizar siempre el cinturón de seguridad al viajar. «La falta de hábito destaca como la principal razón para omitir el uso de los dispositivos de retención como práctica de cuidado. De este modo, el consenso social respecto de la efectividad del cinturón de seguridad es puesto en tensión en la práctica», resaltaron.

La segunda etapa de este estudio exploró de qué modo en el campo de la representación se configuran condiciones que debilitan la incorporación de medidas de seguridad en los usuarios y usuarias, desde barreras sistémicas hasta determinantes subjetivos.

El estudio también remarca «las responsabilidades que deben asumir otros actores involucrados» para garantizar la disponibilidad de elementos de seguridad durante el viaje: «los principales resultados de la investigación permiten indicar que el bajo riesgo atribuido a los viajes en micros de larga distancia junto con la debilidad de los mecanismos regulatorios e informativos percibida por los usuarios contribuyen a que la falta de hábito sea el determinante de omisión de uso regularmente observado».

Un problema es la distancia entre lo que prescribe la norma y los mecanismos de fiscalización existentes. La Ley Nacional de Tránsito obliga a todas las que anden en vehículos automotores a utilizar cinturón de seguridad, «pero en el caso del transporte público de larga distancia no se fiscaliza ni sanciona de forma individual«.

Paralelamente, el Protocolo de Seguridad para los Servicios de Transporte por Automotor de Pasajeros de Carácter Interurbano indica que «la empresa operadora del servicio es responsable de verificar el uso de cinturón antes de iniciar el viaje», pero no existen mecanismos de control sobre esta acción, «sin perjuicio de que esta medida resulta insuficiente para garantizar el uso del dispositivo durante todo el trayecto», apunta el informe.

También la difusión de información aparece en las narrativas de las personas relevadas como una debilidad que aporta a una situación de desconocimiento generalizado de quienes utilizan los servicios de transporte respecto de los riesgos, las medidas de seguridad y el marco regulatorio vinculado al tema.

Foto: Ministerio de Transporte de la Nación

«En ambos casos, las condiciones descriptas se traducen en un bajo incentivo al uso de los dispositivos de retención que coopera con la falta de hábito que refieren tener las personas usuarias respecto de esta práctica –acotan–. Los distintos actores del sistema de transporte pueden asumir un rol activo en la definición de medidas combinadas que se traduzcan en la incorporación de nuevos recursos cognitivos y materiales para fortalecer el uso del cinturón de seguridad en micros de larga distancia».

Sostienen que la implementación de campañas de comunicación puede resultar una estrategia efectiva, incluso a conductores y fiscalizadores, y advierten líneas de acción posibles para incrementar los niveles de uso del cinturón de seguridad en transporte de larga distancia que apuntan a la generación y fortalecimiento de hábitos de cuidado.

Cinturón: resoluciones y campañas

Las usuarias y los usuarios tienen una baja percepción del riesgo y no consideran que vayan a ser supervisadas en el uso del cinturón. Eso promueve la falta de hábito en su utilización. 

Tras la investigación, la Dirección Nacional de Investigación de Sucesos Automotores de la JST emitió Recomendaciones de Seguridad Operacional (RSO) dirigidas a la Secretaría de Gestión del Transporte de la Nación, «con el objetivo de que establezca la obligatoriedad para los operadores de las terminales de ómnibus de Jurisdicción Nacional de exhibir cartelería visible y reproducir recurrentemente mensajes de audio que recuerden la importancia de usar el cinturón de seguridad en ómnibus de larga distancia».   

Las RSO apuntan a que establezca la obligatoriedad por parte de las empresas de transporte interurbano de pasajeros de disponer en el interior de las unidades cartelería visible desde cada uno de los asientos con mensajes que recuerden usar el cinturón. A su vez, apuntan a que las empresas presenten los dispositivos abrochados encima del asiento, previo a que suban los pasajeros «para facilitar su accesibilidad».  

Además emitieron una RSO dirigida a la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) para que incluya en las campañas que desarrolle en medios de comunicación masivos «las distintas representaciones sociales en torno a los hábitos de seguridad de las personas usuarias de ómnibus de larga distancia para fomentar el uso del cinturón de seguridad.»